¿De verdad no hay nadie mejor que Javier Bolaños?, es la expresión más recurrente entre los miembros del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en la capital morelense, al enterarse que se está impulsando la candidatura del ex diputado local y federal por el Partido Acción Nacional (PAN) como candidato a presidente municipal de Cuernavaca para las elecciones del 2024.
Y es que Bolaños Aguilar llegó a Morelos en 1997 procedente de su natal, Veracruz, invitado por Sergio Estrada Cajigal para hacerse cargo del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (SAPAC), y ya no se regresó a su entidad de origen. Llegó prácticamente con “una mano adelante y otra atrás”, y al paso de los años su situación económica cambió radicalmente, y hasta su vida familiar.
Al amparo de la amistad con Estrada Cajigal, saltó del SAPAC a la Comisión Estatal del Agua y Medio Ambiente (CEAMA) en el año 2000, donde se hicieron grandes obras, pero siempre con sobreprecio.
En septiembre del 2013, el entonces secretario de Gobierno de Morelos, Jorge Messeguer Guillén, denunció que encontraron un desfalco por unos 500 millones de pesos en obras para el saneamiento del agua que ejecutó la extinta Comisión Estatal del Agua y Medio Ambiente (CEAMA), añadió que los precios de los proyectos y de las propias obras que se hicieron estaban por encima de su costo real, además de que ocasionó un rezago en la dependencia que actualmente se dividió en la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) y en la Comisión Estatal del Agua (CEA).
“La creamos porque se prometía una serie de trabajos importantes. Al final lo que resultó fue otra cosa; lo que resultó fue una Comisión Estatal del Agua y Medio Ambiente que tenía por lo menos unos sobre precios de 30, 40, 50 por ciento en las obras, en los proyectos, sobre precios que hoy no los tenemos; hoy estamos trabajando con costos de 30, 40 por ciento más bajos que hace dos, tres años, con proyectos más bajos estamos atendiendo todo el rezago que se dejó, plantas de tratamiento que no tienen drenaje, que no les llegaba el agua, de ese tamaño es la corrupción que se dio en CEAMA, lo dijo el gobernador y lo estamos diciendo con toda claridad y ahí están las pruebas”.
En su momento, el exgobernador Graco Ramírez, denunció que la CEAMA se llegó a convertir en la caja chica de los gobiernos panistas. Tan es así que, durante la campaña del también panista Marco Adame Castillo, Javier Bolaños era quien trasladaba y administraba los “maletines de dinero” que desde las empresas que trabajaban para el ejecutivo estatal, específicamente de la CEAMA, destinaron para la millonaria campaña panista en el 2006.
Y no sólo eso, se advierte que toda una flotilla de autos y camionetas de la CEAMA fueron dadas de baja del parque de esa desaparecida dependencia, para ser utilizadas como unidades utilitarias durante la citada campaña electoral. Todas esas unidades, al término del proceso pasaron a ser propiedad de Javier Bolaños, quien las vendió, con lo que se advierte que obtuvo al menos entre dos y cinco millones de pesos.
Hoy, Javier Bolaños Aguilar, después de dejar el PAN y postularse por el Partido Fuerza por México en el pasado proceso electoral, aparece entre los que levantan la mano para ser candidato a la presidencia de Cuernavaca en la coalición de Morena, Partido Nueva Alianza, Partido del Trabajo y Partido Encuentro Social.
Como si su pasado manchado de corrupción e impunidad hubiese quedado en el olvido, hoy busca su “reivindicación” electoral, siendo que lleva al menos dos procesos seguidos en los que ha recibido el rechazo de los morelenses y específicamente de la gente de Cuernavaca.
Ciertamente que Morena ha demostrado en todos los niveles que es un partido abierto para todos. Así lo ha dicho su líder máximo Andrés Manuel López Obrador, quien incluso ha creado una especie de rito purificador que hace que cualquier político que se convierta al morenismo automáticamente queda libre de todo pecado, y la dirigencia nacional ha demostrado que tiene cabida cualquier personaje, aunque provenga de otro partido.
No obstante, darle la candidatura al veracruzano es un auténtico suicidio político y un mal mensaje para los auténticos morenistas. ¿Cómo explicarles a aquellos auténticos lopezobradoristas (por no decir chairos) que se han “partido el lomo” trabajando en las calles que ahora viene un “fifí” a quitarles el lugar sólo porque logró convencer a unos cuantos que tendrán la decisión?
Incluso personas como Alejandra Flores tienen más merecimientos que Javier Bolaños. A ella la hemos visto recorrer las colonias en busca del voto. Alejandra Pani ha apoyado desde el Congreso federal todas las iniciativas del presidente, muchas de ellas contrarias a las que apoyó Bolaños.
¿Ustedes creen que el auténtico morenismo va a votar por un panista disfrazado de morenista para la presidencia municipal de Cuernavaca? Es más fácil que algunos morenistas voten por José Luis Urióstegui Salgado (como pasó en la elección del 2021) en su intento de reelección.
SANTIAGO MUÑOZ, CON UN PIE EN LA CÁRCEL. – Al grito de “¡fuera!¡fuera!”, cientos de trabajadores del gobierno del estado destituyeron al secretario general del Sindicato Único de Trabajadores del Poder Ejecutivo, Entidades Paraestatales y Órganos Constitucionales Autónomos del Estado de Morelos, Santiago Muñoz Nava, en una asamblea celebrada el pasado 8 de diciembre en el Gimnasio del Estadio Centenario.
Y es que la investigación realizada por la Comisión de Honor y Justicia determinó que hay un faltante de varios millones de pesos que el gobierno estatal le entregó al sindicato para el pago de diversos servicios y su dirigente simplemente “los perdió”, por lo que ahora tendrá que ser la Fiscalía Anticorrupción la que tendrá que determinar qué pasó con ese dinero y fincar las responsabilidades correspondientes.
¿Hasta cuándo se terminará la “tradición” de que los dirigentes sindicales defrauden a sus agremiados? Porque esto lo vemos cada dos años en el sindicato de burócratas y en otras organizaciones sindicales.
HASTA MAÑANA.