Con una ofrenda floral colocada en la explanada del Ayuntamiento de Temixco, la alcaldesa Juanita Ocampo Domínguez en compañía del secretario General Carlos Caltenco Serrano así como integrantes del Cabildo y Gabinete Municipal llevaron a cabo honores a la bandera y el homenaje en conmemoración al octavo aniversario luctuoso de Gisela Mota Ocampo, quien fuera la primera presidenta municipal en la historia de Temixco.
Así comienza su comunicado oficial del Ayuntamiento de Temixco, difundido ayer, dos de enero.
Caltenco, hacedor de la imagen de Gisela y principal beneficiario, pronunció un discurso en el que resaltó la vocación de servicio de la hija de doña Juanita. “…pensaron que asesinándola acabarían con ella y resultó semilla, Gisela fue una de las compañeras que dejó su alma y su vida por Temixco y el país, gracias a su visión y trabajo”, dijo.
Gisela Mota era un ser humano con virtudes y defectos, como cualquiera de nosotros.
Encontramos en nuestro archivo una columna en la que narramos lo que le sucedió a Gisela unas semanas antes de tomar protesta como presidenta municipal de Temixco, cargo que sólo ejerció por unas horas, pues fue asesinada en su casa el primero de enero de 2015:
La presidenta municipal electa de Temixco, Gisela Mota, está en “el ojo del huracán” eso es innegable.
Y es que se conjuntaron una serie de circunstancias que “se alinearon” para ponerla en una situación que, si bien difícilmente le costaría el cargo que obtuvo mediante el voto, sí tendrá como consecuencia un inicio de trienio bastante áspero en lo que a imagen se refiere.
Por principio de cuentas, que “mala pata” chocar contra la camioneta de la hermana de Andrés Huicochea, el candidato del PRI que perdió ante Gisela Mota en las pasadas elecciones.
El conducir en estado de ebriedad es un error que no tiene justificación por más que sea casi normal entre los mexicanos. No importa si fue una cerveza, un six o un cartón completo.
A estas alturas, no se entiende como una persona que en breve habrá de tomar las riendas del municipio, no tenga quien le maneje su camioneta.
De ahí en fuera, si a la señora le gusta tomar bebidas alcohólicas y lo hace antes de asumir el cargo de presidenta municipal no tendría la mayor importancia.
Pero un acontecimiento común (un vehículo se impacta contra otro) que en la mayoría de los casos los resuelven los ajustadores de sus respectivas aseguradoras, esta vez se convirtió en asunto de interés público y la población se dividió en dos: los que quieren linchar a la futura alcaldesa por lo que pudo haber pasado pero no pasó, y los que sienten que hay rudeza innecesaria (física y mediáticamente hablando) contra Gisela por un hecho que le puede suceder a cualquier persona.
De un análisis objetivo de los videos, se advierte que Gisela y la mujer que va como copiloto permanecen inmóviles (sacadas de onda, dirían los chavos), y en ningún momento hay muestras de prepotencia o agresividad.
Los gritos, los insultos, y uno que otro golpe, vinieron de los familiares y vecinos de la mujer afectada por el accidente. “Mira como dejaste mi camioneta hija de la chingada”, se escucha a la víctima. “Veme bien porque no sabes cuantos problemas vas a tener conmigo”, agrega. Y termina con un “no se te vaya ir este pendejo”, dirigiéndose a uno de sus familiares.
Obvio que los videos resultaron llamativos para varios medios de comunicación y algunas páginas de Facebook, pero nada comparado con aquellos que se han hecho virales porque los detenidos no pueden ni hablar o los que agreden a la policía. Aquí el único descontón que se alcanza a ver perfectamente es el que le propina un familiar de la señora Huicochea al acompañante de la alcaldesa electa.
De hecho, si al lector no se le advierte que se trata de una futura alcaldesa, el video resulta intrascendente.
Pero aquí viene el otro ingrediente: la politización del acontecimiento.
No hay que perder de vista que Gisela Mota no era la candidata del gobernador Graco Ramírez y su hijastro Rodrigo Gayosso Cepeda. Ellos querían que el PRD mandara como candidato a su amigo David Martínez, pero resulta que, al sobre exponer el secuestro del entonces diputado, la gente creyó que se trataba de un montaje y tuvieron que desistir.
Es decir, que Gisela no sólo tuvo la malísima suerte de chocarle la camioneta a una hermana del que fue su contrincante, sino también ser motivo de que la atacarán los del partido perdedor, ¡y también los del partido que la postuló!
Por si esto fuera poco, personajes que se mueven ampliamente en redes sociales y que se caracterizan por criticar a Graco Ramírez, como es el caso de Alberto Mujica, Evidencias Reales y Luna Gil Ventura, arremetieron contra la alcaldesa electa, esta vez en la misma dirección que Pablo Rubén Villalobos, el alfil en redes de Graco Ramírez. Hasta Nodonoticias, de Oswald Alonso, difundió que una fuente de la CESP le había confiado que la prueba toxicológica había dado positivo ¡a cocaína!
Los internautas están más que confundidos.
Y es que más tarde, Nora Bucio, a quien hace unos días una cuenta anónima de Facebook acusó de trabajar para Alberto Capella y/o Francisco Viruete, escribió lo siguiente:
“Me siento triste porque a pesar de ser la primera en repudiar que la alcaldesa maneje alcoholizada, me parece ofensivo y vergonzoso ver que su nivel de violencia hacia las mujeres es ponerla como "La Chupitos" o diciendo que por eso tiene la cara así.
Y es que cuando todos pensaban que el comisionado de Seguridad Pública asestaría “el tiro de gracia” a la futura alcaldesa, salió con un “dado lo escandaloso del tema yo no le voy a abonar y no me voy a subir a ni aclarar ni a matizar ni mucho menos”.
¿Precavido? ¿Astuto? ¿Así se lo ordenó Graco? Solo ellos saben.
Lo cierto es que, aun cuando se demostrara plenamente que sí iba alcoholizada o incluso drogada, no hay causales para revertir la decisión mayoritaria de los votantes el pasado 7 de junio.
Pero no menos cierto es que, ahora Gisela Mota enfrenta una responsabilidad todavía mayor: A partir de enero del 2016 deberá demostrar que puede conducir un municipio sin cometer los mismos errores que cuando conducía su camioneta.
Hasta ahí nuestra columna del 12 de octubre del 2015. El resto de la historia ya es del dominio público: tras la muerte de Gisela, su madre asumió el cargo (aunque no en automático) y actualmente es presidenta constitucional de Temixco, siempre con Carlos Caltenco como su asesor.
Tanto Caltenco como doña Juanita se inscribieron para contender por un cargo de elección popular para el próximo proceso electoral por el partido Morena, junto con el actual síndico Andrés Duque Tinoco (quien mandó poner una pista de hielo gratis en su colonia), el regidor Alejandro Flores Sánchez, el ex síndico Gerardo Hurtado y hasta Andrés Huicochea, hermano de la dueña de la camioneta con la que chocó Gisela.
Por cierto que, el discurso ayer de la mamá de Gisela causó escozor cuando dijo que “creo que no debe llegar otro gobierno que haga pacto con la delincuencia organizada, a otro gobierno que le quite el salario a los trabajadores, no debe llegar otro gobierno que les quite los aguinaldos”. Fuertes declaraciones y claro que llevan destinatarios.
HASTA MAÑANA.