El pasado 6 de noviembre la gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia estableció alianzas estratégicas con sus homólogas de Ciudad de México, Estado de México y autoridades del gobierno federal para combatir la tala clandestina e impulsar la conservación de las áreas naturales, en una simbólica ceremonia en las instalaciones de la Compañía de la Guardia Nacional “Llanito Largo” en la alcaldía Tlalpan de la Ciudad de México.
Lo anterior, al participar en la presentación de la Estrategia Integral y Sistémica 2024 contra la Tala Clandestina “3 estados”, que encabeza la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y Guardia Nacional (GN), y donde estuvo acompañada de los secretarios de Gobierno, Seguridad y Protección Ciudadana, así como Desarrollo Sustentable.
En este sentido, la mandataria estatal señaló: “Colindamos Estado de México, Ciudad de México y Morelos en un bosque maravilloso y las tres gobernadoras estamos preocupadas por lo que ha venido sucediendo con la tala clandestina, es un lugar fundamental de recarga de agua, y hemos tomado el acuerdo de firmar un convenio metropolitano para la defensa de este espacio”.
Pero las coincidencias no sólo radican en que las tres son mujeres y que provienen del mismo partido, como tampoco es el único problema que afecta a esa zona limítrofe. A lo largo de la historia se han conocido tantos hechos ocurridos entre Tlalpan y Huitzilac, que nos llevan a la conclusión de que, si realmente resuelven en problema de la tala clandestina y la contaminación acuífera, estarían ayudando a solucionar el gravísimo problema que afecta a las tres entidades: la inseguridad.
Uno de tantos hechos sangrientos, quizás el más representativo, fue el ataque que dejó heridos a dos miembros de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, el 24 de agosto de 2012. Ese día, dos funcionarios de seguridad de la embajada de Estados Unidos resultaron heridos al ser tiroteados por policías cuando viajaban en un vehículo blindado y con matrículas diplomáticas en la carretera México-Cuernavaca, a la altura del poblado conocido como Tres Marías.
La camioneta, en la cual también viajaba un oficial de la Secretaría de Marina mexicana, recibió al menos unos 40 disparos de 14 miembros de la Policía Federal (PF), mismos que fueron puestos bajo arresto preventivo mientras se investigaba el confuso incidente.
Posteriormente las versiones señalaron que los dos agentes de la CIA se dirigían a un lugar donde iban a participar en un curso de capacitación para integrantes de las fuerzas armadas mexicanas, en un campo de entrenamiento en el Estado de México.
El ataque al vehículo en el que viajaban presuntamente derivó de una confusión, cuando se estaba llevando a cabo un operativo para localizar a los secuestradores del ex director de Protocolo del INAH, Salvador Vidal Flores. Sin embargo, también se dijo que los policías federales trabajaban para un grupo de la delincuencia organizada, lo cual también es muy común en México.
Cualquiera que haya sido el motivo, 12 policías fueron sentenciados a 34 años de prisión y al pago de más de un millón de pesos como reparación del daño, una condena demasiado dura para los delitos de homicidio en grado de tentativa y daño en propiedad ajena que difícilmente se hubiera dado si las víctimas no fuesen de nacionalidad norteamericana.
En esa ocasión las investigaciones fueron rápidas y certeras para encontrar a los responsables, así como de ejemplar fue la sanción, lo que contrasta con otro hecho sangriento y atroz: el asesinato de dos hombres y una mujer en esa misma zona, empleados del Instituto Nacional de Salud Pública, en abril de 2023. Como las víctimas son mexicanas, las autoridades no solamente no han resuelto el caso, sino que el posible responsable (un jovencito apodado El Diablo) fue defendido por la Comisión de Seguridad Pública que encabezaba el almirante Antonio Ortíz Guarneros, y la Fiscalía y la CES se enfrascaron en una batalla jurídica y mediática que a la fecha continúa.
Quienes hemos cubierto la nota roja, tenemos infinidad de casos en que hubo asaltos, secuestros, violaciones, homicidios, en esa zona limítrofe entre Morelos, estado de México y lo que antes era el Distrito Federal.
Por eso celebramos que tres gobernadoras hayan firmado un documento con buenas intenciones. Nos quedaremos con la duda de saber qué hubiese ocurrido si en lugar de mandatarias morenistas, alguna de las tres entidades hubiera quedado en manos de priístas o panistas.
Por eso celebramos el que Margarita González Saravia, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, y la gobernadora del Estado de México, Defina Gómez Álvarez, hayan coincidido en “colaborar activamente para seguir avanzando en la gobernanza metropolitana, mediante labores de inteligencia, bajo el acompañamiento de la Sedena, GN y las fiscalías estatales”.
Por cierto, fue en ese evento en el que, cuestionado por reporteras y reporteros morelenses, el famosísimo fiscal de la universidad “patito”, Ulises Lara, declaró que la institución a su cargo no tiene ninguna investigación pendiente contra su homólogo morelense, Uriel Carmona Gándara, después de que mediáticamente lo atacó durante meses. ¿Será que Uriel salió victorioso de otra batalla jurídica y política?
Para terminar con el tema del evento del pasado 6 de noviembre, cabe mencionar que la gobernadora Margarita González Saravia, quien se ha dicho respetuosa de los pueblos, la protección a la tierra, montañas lagos y ríos, anunció en las siguientes semanas “acciones relevantes en donde se integrará a la población para fomentar prácticas comunitarias sostenibles”.
Aquí la pregunta obligada es: ¿Y cuál será la participación de César Dávila Díaz, el candidato de Movimiento Ciudadano y Morelos Progresa que ganó las pasadas elecciones con una diferencia de apenas 188 votos para convertirse en el presidente municipal de Huitzilac a partir del primero de enero que viene?
Lo anterior, porque el actual alcalde priísta, Rafael Vargas II, se pasó los tres años dando excusas y justificaciones para no resolver los grandes problemas de Huitzilac y aun así quería reelegirse, por lo que la gente le aplicó la frase de la finísima legisladora Andrea Chávez: “¡Tenga su voto!” (mientras ponía el dedo índice de su mano derecha sobre la palma de su mano izquierda).
HASTA MAÑANA.