Después de estar divididos en “chairos” y “fifís”, ahora los mexicanos tendremos que elegir entre dos opciones: apoyar que Estados Unidos declare a los narcos mexicanos como terroristas (lo que nos pondría muy cerca de ser traidores a la patria); o defender la soberanía nacional aunque ello signifique seguir permitiendo que los diferentes grupos de la Delincuencia Organizada se sigan repartiendo al país.
Esperemos que las declaraciones del nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, hayan sido “parte de la euforia de campaña” y después un discurso triunfalista para dejar contentos a aquellos que son la extrema de la extrema derecha en el vecino país, como también -seguramente- nuestra presidenta no habla en serio cuando casi casi hace un llamado a hacer efectiva la primera estrofa del himno nacional mexicano.
Recordemos que la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en enero de 2017 marcó un hito significativo en la relación histórica entre Estados Unidos y México. Su discurso populista y nacionalista, centrado en la protección de los intereses estadounidenses, trajo consigo tensiones diplomáticas, económicas y sociales que alteraron profundamente la dinámica entre ambos países.
Desde su campaña presidencial, Donald Trump adoptó una postura agresiva hacia México, calificándolo como una fuente de problemas para Estados Unidos. Frases como "México enviará violadores y criminales" y su insistencia en que México pagaría por un muro fronterizo polarizaron las relaciones bilaterales. Estas declaraciones no solo generaron tensiones entre los gobiernos, sino que también provocaron un rechazo generalizado por parte de la opinión pública mexicana.
La llegada de Trump también representó un reto diplomático para el gobierno de Enrique Peña Nieto. El presidente mexicano enfrentó una presión significativa al intentar equilibrar una relación funcional con la administración Trump sin ser percibido como débil por la ciudadanía mexicana. La cancelación de una visita oficial de Peña Nieto a la Casa Blanca en 2017, tras insistencias de Trump sobre el financiamiento del muro, evidenció las dificultades de mantener un diálogo abierto y respetuoso entre ambas naciones.
La retórica proteccionista de Trump tuvo un impacto directo en la economía y el comercio entre ambos países. Uno de los principales puntos de tensión fue la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Trump consideró el TLCAN como "el peor acuerdo comercial de la historia" y acusó a México de aprovecharse de Estados Unidos mediante un desequilibrio comercial. Este proceso de renegociación culminó en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que aunque mantuvo la estructura del acuerdo original, incluyó modificaciones en sectores clave como automotriz, laboral y de agricultura.
El tema migratorio fue una de las piedras angulares de la presidencia de Trump y una fuente constante de tensión con México. Las políticas migratorias de "tolerancia cero" implementadas por su administración incluyeron medidas como la separación de familias migrantes en la frontera y la militarización de la misma. Estas acciones generaron una crisis humanitaria que fue condenada por organismos internacionales y activistas de derechos humanos.
Trump también presionó al gobierno mexicano para contener el flujo de migrantes provenientes de Centroamérica. Bajo la amenaza de imponer aranceles, México desplegó a la Guardia Nacional en sus fronteras para reducir el número de personas que intentaban llegar a Estados Unidos. Aunque esta medida evitó represalias económicas inmediatas, también provocó críticas hacia el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, acusado de ceder a las exigencias estadounidenses.
El discurso de investidura de Donald Trump el 20 de enero de 2025 ha generado diversas reacciones entre los analistas hispanohablantes.
José Miguel Contreras criticó la referencia de Trump al sueño de Martin Luther King Jr., señalando que las políticas del presidente están muy alejadas de los ideales del activista. Contreras afirmó que, si King despertara y viera la situación actual, "seguramente volvería a la tumba".
Javier Ruiz, periodista, calificó el discurso de Trump como una "declaración de guerra al planeta" debido a su apoyo explícito a la industria petrolera y la búsqueda mundial de petróleo. Ruiz expresó preocupación por las posibles consecuencias económicas y medioambientales de estas políticas.
Andrés Guilarte, analista y encuestador republicano, destacó que el regreso de Trump al poder representa "la venganza política más importante". Señaló que Trump, consciente de que estos son sus últimos cuatro años en la presidencia, buscará implementar cambios significativos desde el inicio de su mandato, especialmente en materia de inmigración y economía.
En el ámbito económico, analistas destacaron que, tras la investidura de Trump, el peso mexicano mostró resistencia, cotizando en 20.50 unidades por dólar. Sin embargo, advirtieron que las medidas anunciadas por Trump, como la emergencia nacional en la frontera sur y posibles aranceles, podrían generar volatilidad en la moneda mexicana y afectar sectores clave como las exportaciones automotrices.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum abordó el tema durante su conferencia de prensa del 21 de enero, conocida como “La Mañanera del Pueblo”. La mandataria calificó como “traidores a la patria” a ciertos miembros de la oposición que, según ella, han celebrado las decisiones de Trump que afectan a México. Entre los señalados mencionó al dirigente del PRI, Alejandro Moreno, y a la senadora del PAN, Lilly Téllez.
“El tema central aquí es que algunos personajes de la oposición celebran que hubiera una intervención. Eso sí es traición a la patria”, declaró Sheinbaum. Además, hizo un llamado a cerrar filas en defensa del país, aunque evitó profundizar en cómo su gobierno planea responder a las políticas de Trump.
Uno de los aspectos más polémicos es que México se convierta en el refugio de aquellos extranjeros que buscan asilo en la nación norteamericana. “México es un país humanitario, y no vamos a permitir que se queden a la intemperie, más con este frío”, por lo que anunció la apertura de albergues en las ciudades fronterizas.
Sheinbaum señaló que México enviará a esas personas a sus lugares de origen mediante acuerdos existentes con países como Guatemala, Honduras, Cuba o Venezuela, y que en 2024 buscaba ampliar a Colombia y Ecuador.
Asimismo, los mexicanos que regresen de los Estados Unidos automáticamente se harán merecedores de un apoyo económico. Obviamente que mucha gente no está de acuerdo en que se invierta tanto en los migrantes, cuando hay otros gastos urgentes como son las medicinas y la contratación de médicos para atender a los que nunca salimos de nuestro país.
HASTA MAÑANA.