Los auténticos morenistas le suplican a la dirigente nacional, Luisa María Alcalde Luján, y a su presidenta en Morelos, Mirsa Berenice Suárez Maldonado, que mande una señal (“tirar línea”, se dice) sobre el “caso Cuauhtémoc Blanco” para no quedar en ridículo como ha ocurrido en otros casos.
La presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, ya declaró en su conferencia de prensa matutina, el clásico “no vamos a encubrir a nadie, que se hagan las investigaciones”, pero eso es muy ambiguo. Los militantes de Morena requieren algo más contundente, porque luego dan verdaderos “bandazos” porque no les avisan por dónde va el asunto.
Y no sólo los morenistas de a pie, sino también los legisladores a los que también les ha tocado dar “maromas” cuando les cambian la jugada. El último caso fue con la famosa Ley de Cobranza Delegada, que no es otra cosa que la posibilidad de que una empresa privada pueda embargar parte del sueldo del trabajador para cubrir una deuda contraída con otro particular.
La iniciativa fue propuesta por el “obrero multimillonario” Pedro Haces, y los legisladores ya estaban listos para votar a favor en bloque como todas las propuestas de Morena (Plan C, le dicen), pero resulta que la presidenta Claudia Sheinbaum no estuvo de acuerdo y amenazó con vetarla.
Como consecuencia, ahora resulta que nadie la propuso. Entrevistado al respecto, el presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, Cuauhtémoc Ochoa, salió con que “el dictamen venía de la Cámara de Diputados y así estaba en la Comisión, no tenía ningún autor”.
Pero esto no es nuevo. El más grande ridículo fue cuando la DEA detuvo al ex secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, cuando este iba de vacaciones con su familia. Los morenistas más recalcitrantes celebraron tal captura, incluso insinuaron que había sido a petición del presidente López Obrador.
“Les digo desde ahora, que al revisar la documentación en mi poder, tengo las pruebas de un negocio escandaloso e inmoral de Salvador Cienfuegos”, escribió en su cuenta de Twitter el entonces diputado federal Gerardo Fernández Noroña.
¿Cómo se iban a imaginar que el fundador de Morena fuera a defender al secretario de la Defensa del último presidente priísta de este país? Pues así fue.
Todavía lo tuvieron que defender hace unos días, cuando asistió a la ceremonia de la lealtad en la que las fuerzas armadas rindieron honores a la señora presidenta. Varios tuiteros reprodujeron un video de Noroña hace unos años, cuando se paseaba con megáfono en mano diciendo que el Ejército había traicionado a la patria al atentar contra el pueblo de México y desaparecer a los 43 estudiantes de Ayotzinapa, y luego pusieron la foto actual, ya de traje y corbata, como invitado de honor de la más alta jerarquía castrense.
Como si no fuera suficiente, el “ultra izquierdista-antiyanqui-proVenezuela” tuvo que dar lectura al decreto mediante el cual se autoriza a que militares estadounidenses entren a territorio mexicano a “capacitar” a las fuerzas de la Marina mexicana.
En el caso que hoy nos ocupa, hay algunas personas de buena fe que defienden al ex futbolista. “El ahora exfiscal ya sabía que se le venía el "cese" y, necesitaba una cortina de humo para salir como héroe y, ocupó el caso Cuauhtémoc y mediatizó el caso con Azucena Uresti, con ello hacerse la víctima. La denuncia contra el Cuauh es solo el dicho de la denunciante, no ofrece más pruebas; por ello, veo un caso o expediente muy frágil. Sin embargo, al Fiscal no le importó, quería o buscaba solo cubrir y dignificar su cese”, escribió un usuario.
Otro más: “Pues ve lo que le poco le pasa al conductor de Uber. De no existir un vídeo ya estaría en el tambo el chavo ese”.
Una abogada escribió: “Claudia Sheinbaum, con la misma bravura y fiereza que defendiste a una mujer, defiende a otra y no protejas a su abusador que tanto daño le hizo a Morelos por lo que ya está denunciado”.
Ahora bien, hay que explicar que el hecho de que se declare procedente el juicio de desafuero no significa necesariamente que sea culpable. Lo único que hace este procedimiento es quitarle el fuero para que comparezca como cualquier ciudadano a defenderse ante las autoridades de las imputaciones que le están haciendo.
La Comisión Instructora está conformada por los siguientes diputados: Hugo Erick Flores, quien entró por la Coalición “Sigamos Haciendo Historia” pero él es fundador del Partido Encuentro Social (el que prestó las siglas para que Cuauhtémoc Blanco pudiera contender por la Gubernatura de Morelos en el 2018); Germán Martínez, quien era panista, luego morenista, luego independiente y ahora otra vez panista; Adriana Quiroz Gallegos, de Morena, pero que es abogada y mujer, es decir, debe aplicar la sororidad.
Y finalmente Raúl Bolaños Cacho, quien entró al Congreso bajo las siglas del Partido Verde pero como aliado de Morena.
En sus manos de ella y ellos está el destino del ex gobernador de Morelos. Hoy sesiona la Comisión Instructora, y aunque el fallo no es definitivo, la votación será una señal de cuál es la línea a seguir. La votación definitiva se dará cuando los 500 diputados voten en Pleno y se aprueba por mayoría simple.
Pero mientras esto ocurre, ¿qué narrativa va a manejar “la chairiza”? Seguramente repetirán la frase “no vamos a proteger a nadie, que se investigue”. No hay mucho qué investigar, pues los hechos denunciados sólo pueden ser testificados por los familiares de Cuauhtémoc y sus trabajadores, y obviamente que ninguno va a declarar en contra del futbolista. Tampoco hay videos.
Luego entonces, es la palabra de la mujer contra la palabra del ex servidor público. Sin embargo, hay declaraciones hechas por el acusado que lo ubican en el lugar donde ocurrió el intento de agresión, pues él mismo admitió que la hoy víctima vivía en la Casa de Gobierno.
Serán decisivas las testimoniales que den (bajo protesta de decir verdad y conscientes de que las declaraciones falsas ante una autoridad son un delito), los empleados de la Casa de Gobierno, no sólo de lo que ocurrió esa noche, sino en muchas otras ocasiones.
HASTA MAÑANA.