La cuenta regresiva que finalizaría el tres de diciembre tuvo que ser interrumpida porque las autoridades no se prestaron a colaborar en el deprimente espectáculo mediático que sólo buscaba saciar el morbo de conocer el destino del adolescente homicida, no el único, sino el más famoso del país.
La presidenta del TUJA guardó muy bien el secreto de que el Gobierno de Estados Unidos había aceptado ya la repatriación del menor y que la Juez de Ejecución de Sentencias también había autorizado reducirle siete días su condena.
Así, sólo las cámaras oficiales pudieron captar el momento en que una camioneta blanca blindada salió del Centro de Ejecución de Medidas Privativas de la Libertad para Adolescentes (CEMPLA) escoltada por siete patrullas con destino a la delegación del Instituto Nacional de Migración y de ahí al Aeropuerto de la ciudad de México.
Ya por la mañana, el gobierno estatal informó que tras cumplir la medida sancionatoria privativa de su libertad en el Centro de Ejecución de Medidas Privativas de la Libertad para Adolescentes (CEMPLA) en el estado de Morelos, el menor Edgar "N" alias "El Ponchis" fue repatriado a los Estados Unidos, con el objetivo de proteger su integridad física y su privacidad, decisión tomada por la jueza de ejecución, Rosalía Martínez de León, quien le otorgó su libertad siete días antes de la fecha fijada.
“El Gobierno de la Nueva Visión implementó un operativo especial para que el menor pudiera salir del CEMPLA sin correr riesgos y sin ser filmado o fotografiado, para salvaguardar su identidad y el derecho de privacidad, como lo estipula la ley”, agrega el comunicado.
Y luego, para que no quedara duda de que la medida se tomó en respuesta al uso indebido de su caso por parte de un conocido diario de Morelos, se asentó que “la decisión de la jueza de ejecución de otorgarle la libertad anticipada al adolescente sentenciado a tres años en el CEMPLA, se basó en buscar la protección integral del adolescente, en relación a que se estaban revelando datos relativos a su identidad y la de su familia”.
Eso sí, el autor del boletín en comento aprovechó también la nota del ponchis para sacar a relucir que “el Gobierno de la Nueva Visión construye una Sociedad de Derechos y para evitar casos como el de "El Ponchis" puso en marcha programas como la Beca Salario, para que los muchachos no abandonen sus estudios por falta de dinero u oportunidades”.
Al aceptar la repatriación de este jovencito, el gobierno de los Estados Unidos le hizo un gran favor a las autoridades de Morelos, pues de esa manera las libera de cualquier responsabilidad. De no ser así, cualquier medida habría sido criticada.
De por sí la gente no entiende cómo un sujeto que admite haber asesinado y degollado a cuatro personas sólo estuvo tres años privados de su libertad.
La “opción B” del TUJA era enviarlo a otro estado, a cargo de una institución que trabaja con jóvenes adictos. Si no había otra solución, tenía que haber sido entregado a una tía que era el único pariente con el que “El Ponchis” tenía contacto.
Su irremediable destino era la muerte, como 12 de sus compañeros que han sido asesinados al salir del CEMPLA, a menos que el gobierno autorizara una escolta permanente para el muchacho de 17 años, lo que redundaría en una inconformidad permanente de la ciudadanía.
Por eso decimos que la embajada de EU salvó al gobierno de Morelos, pues si se le protegía demasiado resultaría injusto (ya ayer criticaban en redes sociales que se haya utilizado una camioneta blindada para trasladar a un “engendro del demonio”) pero si lo asesinaban a los pocos días se tacharía al estado de incapaz de garantizar la vida de un ser humano.
Afortunadamente ya se fue a Estados Unidos donde podrá –si quiere- rehacer su vida, y le pueden garantizar su seguridad.
Y afortunadamente los periódicos amarillistas que inventaron una entrevista que jamás concedió el mozalbete (“Para mi no existe Dios”, dicen que dijo) se quedaron “sin materia”.
Hace algunas semanas Morelos fue sede de una reunión internacional precisamente de Justicia para Adolescentes, y entre muchos otros especialistas estuvo presente el periodista Marco Lara Klahr. Lean ustedes lo que dijo sobre el caso Ponchis (tengo el video).
“En el estado de Morelos hay un caso que hay que responsabilizarnos como colectivo, el caso de el caso de Edgar me parece un caso absolutamente atroz acerca de la manera en que unas instituciones de seguridad del estado y que debieran amparar los derechos de los ciudadanos, unos medios y unos periodistas que no tenemos ningún mecanismo de contrapeso ciudadano, y una ciudadanía absolutamente apática y cómplice, han generado que los niños de Morelos, muchos niños de Morelos, estén siendo avasallados.
“El caso de Edgar desde el principio hasta el final, ha sido un caso plagado de arbitrariedades, abusos y atropellos, la idea o los prejuicios que nosotros tengamos sobre las personas, son más problemas entre nosotros que de esas personas.
“El atropello empezó en la imagen que están viendo (la portada del libro “Niños en el Crimen” de Julio Scherer) y se ha consumado aquí. Es increíble, es inaceptable que el periodista más prestigiado en México sea un instrumento de las peores fuerzas contrarreformistas del Sistema de Justicia Penal para Adolescentes que tacha a Edgar de una persona de alta peligrosidad, que sostiene que en personas como él no se sabe qué hacer con ellas, lo criminaliza y literalmente el señor Scherer –además mintiendo porque da información que no es verdadera- dice que él es una persona que no tiene remedio, cancelándole su derecho al olvido social, que es un derecho que en México no nos pasa por ningún lado.
“Voy a terminar mi participación, advirtiendo que la información que viene en el libro del señor Scherer es una información que le dio la Dirección General de Medidas Cautelares para Adolescentes de Morelos, es decir, el diagnóstico clínico criminológico practicado a Edgar, violando la ley quien se lo dio y permitiendo el atropello y la victimización de una persona que si está por salir de un centro de reinserción social es porque se supone que ya cumplió con la sociedad a menos que ustedes y nosotros los grandes inquisidores determinemos lo contrario”.
Para quienes no lo conocen, Marco Lara Klahr es profesor normalista y licenciado en Ciencias de la Comunicación (UNAM). Reportero desde hace 27 años, durante los que ha viajado por México, Centroamérica, Perú, Brasil, Estados Unidos, Canadá y Europa, especializándose en reportajes de investigación sobre delincuencia organizada, pandillas, violencia y fenómenos sociales emergentes. Colabora en Día Siete, El Universal, Gatopardo, etcétera, Replicante, Metapolítica y Readers.
Coordina el Proyecto de Violencia y Medios de Comunicación en el Instituto para la Seguridad y la Democracia-Insyde (ganador del Premio MacArthur 2007) y es director general de OTROMEXICO/CONTENIDOS PARA MEDIOS. Imparte la materia El periodismo en el Siglo XXI y el Seminario de Titulación de Maestría en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Fue investigador y coordinador académico de la Fundación Prensa y Democracia, AC (2006-2007).
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El Ponchis: se acabó el show
La decisión del Tribunal Unitario de Justicia para Adolescentes (TUJA) de adelantar la salida de Edgar alias “El Ponchis” del lugar donde permanecía cumpliendo una sanción privativa de libertad, se debió básicamente a no prestarse más al “show” que ciertos medios de comunicación sin seriedad alguna comenzaron a armar para su propio beneficio económico.
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Jesús Castillo García. Periodista con 30 años de trayectoria; Premio Estatal de periodismo 2010 y 2012. Premio Nacional de Periodismo 2013.