Sólo ella puede atreverse a escribir que el jefe de la Policía Federal durante el sexenio de Calderón era el principal protector de los narcotraficantes y que “El Chapo” es un pobre ignorante que no terminó ni la secundaria.
Pero después de leer “Los señores del Narco”, uno no vuelve a ver a México de la misma manera. Durante la lectura de esa obra, el lector va entiendo cómo se hicieron millonarios los que hoy controlan la política y la economía del país, y “no deja títere con cabeza”.
Aunque no se queja, la vida no es fácil para la periodista Anabel Hernández. Su mundo es el reportaje conseguido en el filo de la información, en esa línea difusa donde nadie quiere hablar y pocos quieren ver, mucho menos verse.
Vivir con guaruras en forma permanente, atravesar esos días en que quisiera, como cualquiera, echarse a volar con su familia a un sitio donde nadie la amenace, es un precio muy alto que la autora de La familia presidencial, Fin de fiesta en Los Pinos, Los cómplices de presidente y Los señores del narco paga para investigar y luego informar sobre temas que influyen mucho más de lo que nos animamos a admitir en nuestra vida cotidiana.
Por mencionar un hecho que dio la vuelta al mundo y que se descubrió gracias al escrutinio y la fe en el oficio de Anabel, podríamos citar el caso de las famosas toallas de Los Pinos, durante el gobierno de Vicente Fox y su nunca bien ponderada esposa Martha Sahagún.
La ropa de baño de Marthita quedará en la historia como el espejo por donde se mira un México ahogado en la ignominia desde tiempos inmemoriales y que se niega a cambiar la corruptela dominante con una pertinacia difícil de entender y de explicar.
El pasado domingo Anabel volvió a hacer una de sus locuras. Fue durante su participación en el encuentro de periodistas que se llevó a cabo en el Distrito Federal el pasado fin de semana. Habló de lo que nadie se atreve a hablar.
“Los dueños de los medios de información no lo son de nuestra conciencia ni de los ojos ni de los oídos que ven y escuchan y que investigan”, afirmó la ganadora del Premio Nacional de Periodismo 2001 por la investigación del toallagate, en la que se destapó el gasto millonario del presidente Vicente Fox en toallas para manos, con recursos públicos.
En ese tenor, la comunicadora habló de la sensación de “dolor” que se vive en las redacciones cuando alguien te censura: “Duele, arde, te da coraje”.
Durante su charla reconoció que es “dispar” la capacitación a periodistas entre los diferentes estados de la República, y por ello “no nos ponemos de acuerdo” sobre el periodismo de investigación y códigos de ética, porque cada uno tiene su propia percepción, lo cual, 'traducido en papel' provoca desconfianza en la sociedad.
“Cada uno de nosotros sabemos cuál es nuestra responsabilidad y sabemos que hoy más que nunca la sociedad nos necesita”.
Anabel Hernández confió en que cada uno de quienes se dedican al oficio del periodismo tengan “la pasión de informar y la convicción de que la sociedad requiere más de información”.
Si la información en general es un bien útil, hoy es indispensable --dijo--, “como el agua, como el aire”.
La periodista se refirió al momento en que los comunicadores tienen un papel fundamental y único, que hay que comprender y enfrentar sin miedo.
El 3 de mayo de 2011, Anabel Hernández García denunció en televisión nacional que el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, había contratado a policías federales para asesinarla, ofreciéndoles mejores puestos a cambio de cometer el delito.
Más de 140 periodistas de todo el país asistieron al encuentro periodístico cuyo objetivo es propiciar redes de trabajo en temas de seguridad y labor editorial para forjar mejores condiciones de trabajo.
“Para los que no queremos callar y no queremos que nos maten”, dijo en su mensaje de inauguración la periodista Anabel Hernández junto con Celia Baltazar, titular de la organización Periodistas de a Pie, y Ruth Kronenburg de la asociación Free Prees Unlimited, quienes organizaron el evento.
Agregó que ningún reportero debe detenerse por la línea editorial y debe mantener firme su objetivo de informar a la ciudadanía sobre temas de interés común.
Llamó al gremio a crear un frente de defensa a la verdad, desde medios impresos, electrónicos y digitales y a ser unidos en el compromiso de realizar trabajos con ética y objetividad.
Anabel Hernández, destacada periodista; Ruth Kronenburg, director de la Asociación internacional Free Press, y Daniela Pastrana de Periodistas de a Pie, dieron la bienvenida y presentación a la capacitación masiva de comunicadores.
Fue la autora de libro "Los Señores del Narco", quien en su discurso dijo que la mayoría de los medios de comunicación del país dependen de la publicidad gubernamental y son los mismos que coartan la libertad de expresión.
"Al gobierno y al crimen organizado no les interesa la libertad de expresión. A veces están juntos, a veces están separados y por desgracia tienen el mismo objetivo, que los periodistas no denunciemos, que los periodistas nos quedemos callados".
Por tal motivo, la periodista se pronunció porque esta situación cambie ya que la ciudadanía necesita de mejores profesionales del periodismo que cuenten con las herramientas necesarias para enfrentar juntos la situación que prevalece en el país.
"La gente necesita saber qué ciudad, qué cruce de calle, qué carretera es insegura; qué alcalde, o qué gobernador o policía municipal está metida o no en el narco para saber que se hace al respecto".
Para tal efecto los periodistas deben de prepararse, capacitarse y contar con herramientas básicas para realizar trabajos de calidad que den a conocer, de manera profesional casos de corrupción, abusos de poder y violaciones de derechos humanos.
"Yo les pido que nos rebelemos a eso, si romper el silencio es ser un rebelde en este país, seamos rebeldes no podemos seguir aguantando la censura".
Reitero: Anabel está loca. Pero ojalá hubiera más personas como ella para cambiar este país.
HASTA MAÑANA