Los convocantes: el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Juan Carlos Salgado Ponce; Juan Carlos Rivera Palau, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana en Morelos y el empresario Erick Castro Ibarra, éste último en funciones de conductor del programa o maestro de ceremonias.
La convocatoria de los tres jóvenes empresarios tuvo una excelente respuesta. Comenzaron a llegar los comerciantes, los empresarios de escuelas privadas, los de la construcción, los restaurantes, los discotequeros, los de bienes raíces, los ceramistas de la Tres de Mayo, los de escuelas para extranjeros y por supuesto los hoteleros.
En el presídium, tal como se había prometido, el General de Brigada Diplomado de Estado Mayor, Sergio Ricardo Martínez Luis; el delegado de la Procuraduría General de la República, Bogard Sandoval Aguilar y Sergio Licona Gómez, comisario de la Policía Federal Preventiva en Morelos.
Se explicó que el motivo de la reunión era que los empresarios morelenses pudieran expresar a los funcionarios federales la problemática que los aqueja en materia de seguridad. No lo hubieran dicho. Aquello se convirtió en un verdadero desfile de quejas.
Uno tras otro, los hombres que mantienen las fuentes de empleo en Morelos comenzaron a platicar sus experiencias.
Primero fueron los ceramistas. Explicaron que hay por lo menos 10 empresarios de ese ramo que están “ausentes”, es decir, en espera que sus familias paguen el rescate o que posiblemente estén muertos. Y por supuesto que esos ilícitos no aparecen en las estadísticas, “tenemos miedo a denunciar porque creemos que la policía está coludida con los delincuentes”.
Al principio de la reunión se pidió que cada participante se identificara, y cada que uno se levantaba para expresar su queja, cámaras fotográficas y de video lo enfocaban, hasta que alguien alertó, “no sabemos si son periodistas u orejas”. Se determinó entonces que se guardaría en el anonimato la identidad de los presentes y que estaban prohibidas las cámaras fotográficas y de video.
Luis Gallardo, veterano reportero de nota roja que hoy cubre la fuente empresarial para un periódico local, y uno de los pocos que estuvo presente en la reunión, así lo consignó en su nota:
“Banqueros se dijeron preocupados cuando llegan clientes llorando a pedir que les devuelvan los ahorros de sus cuentas bancarias porque deben de cumplir con el pago de un rescate y también por el asalto que sufren sus clientes al salir de la sucursal, principalmente en Cuernavaca”.
“Se conoció de un centroamericano que ingresa armado a tabernas, bares o centros nocturnos a pedir “derecho de piso” y ha sido detenido en flagrancia, pero al día siguiente regresa para burlarse y con mayor agresividad para extorsionar, inclusive, sigue operando en Cuernavaca y se cree que sea de origen salvadoreño”.
“Los representantes de gasolineras denunciaron pérdidas millonarias por robo a mano armada, afirmaron que a diario asaltan de dos a tres negocios ubicados en Cuernavaca y la zona metropolitana, aun cuando cuentan con cámaras y las imágenes de los responsables se las aportan a la policía, pero nadie hace por detenerlos.
“Corredores de Bien y Raíces (sic) expusieron que en el residencial fraccionamiento Tabachines, han quedado vacías algunas propiedades de empresarios o profesionistas víctimas de secuestro o violencia que salieron del estado y para concluir, se alzaron voces de industriales que se pronuncian por combatir primero la corrupción contra policías o quienes los protegen y luego vayan contra los operadores, consideran que solo así habrá resultados palpables”.
Alguien de entre el público pide la palabra. Se identifica como el Secretario Ejecutivo del Consejo de Seguridad Pública de Morelos, Rafael Gómez Olivares, y pide que se le permita participar en la reunión a nombre del gobierno estatal.
Hay incomodidad entre los presentes. “¿Ya ven, les dije que había orejas?”, murmuró alguien desde atrás. No estaba invitado, confirman los organizadores. “Hace tres meses el CCE pidió su destitución”, comenta un reportero. De mala gana le acercan una silla y se integra al presídium, pero le advierten que sea breve en su “informe”.
El enigmático funcionario que hasta hace unos meses encabezaba la delegación del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) y al que le reclaman que su dependencia pareciera más una unidad de inteligencia estatal que el enlace entre la ciudadanía y las corporaciones policiacas, comenzó a hablar de mando único, de miles de detenciones, de cuarteles regionales, de coordinación con las instancias federales.
Fue como echarle limón a una herida. Los empresarios continuaron con sus quejas. Uno de los presentes narró el calvario que vive una vecina suya desde que le secuestraron a su hijo. Se lo devolvieron tras pagar varios millones de pesos pero sin un dedo meñique. Desde entonces la señora no sale, vive encerrada “a piedra y lodo” en su residencia de la colonia Delicias.
La propietaria de un centro educativo dijo vivir en la zozobra. Ha recibido llamadas amenazantes, vigilan sus casas y negocios. No es vida, pero se niega a abandonar el estado donde ha vivido toda su vida. Son ellos, los delincuentes, los que se tienen que ir. Está al borde de las lágrimas.
Al final el “mea culpa” de los funcionarios federales. El comisario de la Policía Federal se queja de la falta de elementos para trabajar, los acontecimientos en el vecino estado de Guerrero han obligado a la institución a reforzar la seguridad allá y dejan a Morelos sin gente. Hay disposición de Sergio Licona, pero no resultados concretos.
Lo mismo con Bogard Sandoval, recién llegado de Tabasco, no conoce la entidad. Los elementos que tiene a su cargo apenas alcanzan para medio cumplir con las órdenes de investigación. Promete mayor contacto con los empresarios.
El General Martínez Luis es quien habla más tiempo. Explica cuál es la función del Ejército, cuáles son las estrategias que manejan, su participación en la estructura del “mando único”. Involuntariamente delata a otro funcionario mezclado entre el público, al agradecer al secretario de Protección Ciudadana de Cuernavaca, su colaboración para hacer operativos conjuntos. Se trata de Víctor Hugo Valdez Ortíz, quien hasta ese momento permanecía escuchando y calladito, pero tras su identificación pública tuvo que ponerse a las órdenes de los presentes.
Los empresarios piden que el Ejército entre de lleno a las labores de vigilancia en todo el estado, pues es de las pocas instituciones, junto con la Marina, a las que la sociedad todavía les tiene confianza. El militar reitera su disposición a colaborar, pero les advierte que no se manda solo.
Acuerdan una segunda reunión en el mes de diciembre ya con propuestas concretas para combatir la inseguridad, pero ésta se llevará a cabo en las instalaciones de la 24ava. Zona Militar para evitar “colados”.
La anécdota curiosa fue que, a mitad del evento, el presentador o moderador pidió el uso de la palabra. Erick Castro Ibarra le informó a todos que en ese momento estaba siendo solicitada su presencia porque le tomarían protesta como nuevo delegado de la Secretaría de Gobernación en Morelos, y de antemano se ponía a las órdenes de todos los empresarios morelenses.
Es decir, que al menos uno de los presentes en ese momento resolvió su problema. Su seguridad ya corre a cargo del erario. Los demás tendrán que seguir pensando si se van de Morelos o convierten sus casas y negocios en verdaderos bunkers, y se resignan a vivir a expensas de guaruras que no siempre son cien por ciento confiables.
Los que ya pasaron por una experiencia de ese tipo no sólo tienen que gastar en seguridad personal, sino también en psicólogos porque el trauma de haber estado secuestrado no se supera fácilmente.
La reunión de “Las Quintas” fue como una catarsis para los hombres y mujeres de negocios en Morelos. La aparente ausencia del gobierno estatal y la presencia de quienes representan a las instituciones más importantes del país en materia de seguridad y justicia, inspiraron la confianza de los empresarios que, literalmente, se desahogaron con ellos.
Las quejas ahí están, ya los representantes de la Sedena, la PGR y la PFP en Morelos tienen el sentir de los ciudadanos que mueven la economía en esta región, falta ver la respuesta.
Y aunque no fueron invitados, los funcionarios del gobierno estatal tendrán a través de Rafael Gómez Olivares una tarjeta muy completa sobre lo que ahí se dijo.
Estaremos atentos a las acciones que vengan como respuesta a lo que se dijo en la reunión de Las Quintas.
HASTA MAÑANA