Wikipedia dice que “es una estrategia utilizada para conseguir el poder político. Consiste en apelar a prejuicios, emociones, miedos y esperanzas del público para ganar apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la retórica y la propaganda”.
En palabras más coloquiales, demagogia es darle al pueblo lo que pida, aunque esta no sea la solución al problema. Así entiendo yo la decisión del procurador Rodrigo Dorantes o de quien haya sido la idea, de establecer una agencia del Ministerio Público en las instalaciones del Consejo Ciudadano que encabeza el restaurantero Harry Nielsen.
Cuando nos enteramos que el gobernador Graco Ramírez había acudido a cortar el listón inaugural del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia Morelos, suponíamos que se trataba de una agencia del MP como apoyo a las demás que ya existían, pero no que ésta estaría sustituyendo a todas las demás.
El boletín estaba muy bonito, se leía que este Consejo cuenta con una línea telefónica 01 800, cuya finalidad es fomentar la denuncia ciudadana y garantizar una atención temprana de delitos, excepto robo de vehículo, trata de personas, secuestro, extorsión y narcomenudeo.
“Las instalaciones del Consejo Ciudadano se ubican en Boulevard Benito Juárez No. 26 en el centro de Cuernavaca, donde hay una sala de usos múltiples área de inteligencia y estadística; un Ministerio Público y Atención a Víctimas con un titular y siete auxiliares, a los cuales se canalizarán las distintas denuncias, así como una oficina de justicia alternativa para delitos conciliables o de acuerdo reparatorio”, presumía.
Y Harry Nielsen, el presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad y Procuración de Justicia, se esforzaba en pronunciar su mejor discurso:
“Señor gobernador hoy se está haciendo historia”, afirmaba, al tiempo de precisar que por primera vez la sociedad morelense cuenta con una línea ciudadana de denuncia y unas oficinas donde se vuelve tangible el vínculo entre sociedad y gobierno; por ello, puso a disposición la línea telefónica de Atención Ciudadana: 01 800 422 9000 sin ningún interés, más que el servir a los morelenses en situación de vulnerabilidad.
Recordamos que a lo largo de la historia los procuradores en turno han jugado con las agencias del Ministerio Público: Que si los campesinos se quejaban se inventaba la “Fiscalía Especial para asuntos de tenencia de la tierra”; que si los comerciantes lo pedían se les instalaba una agencia en el interior del mercado; una agencia especial para recibir denuncias de turistas en pleno Tequesquitengo, y una agencia itinerante para acudir hasta el lugar donde fuera requerido el representante social, por ejemplo, en el recinto ferial.
Los profesionistas del Derecho a quienes les tocó encabezar esas “agencias de ocurrencia” saben perfectamente que no servían para nada más que para la foto.
Por eso cuando nos enteramos que habría una agencia en el interior del Consejo Ciudadano sabíamos que no resolvería nada, pero finalmente tampoco estorbaría si se trata de acercar lo más que se pueda la justicia al ciudadano.
Sin embargo, a medida que pasan los días hemos comenzado a recibir quejas. Primero, una persona de Temixco acudió a denunciar un delito a donde siempre lo han hecho los temixquenses, pero ahora se encontró con que ahí ya no, sino que tiene que trasladarse hasta Cuernavaca para iniciar la denuncia, misma que después será canalizada a la misma agencia donde no se la quisieron recibir.
Un ciudadano, Julio Rolando Rosales, escribió en Facebook una singular crónica de lo que ocurre inmediatamente después de que una persona común y corriente es víctima de un delito, por ejemplo, un asalto a mano armada. Por falta de espacio, transcribimos lo sustancial.
Hoy 13 de Diciembre del 2013, a las 21:41 pm, me asaltaron arma en mano afuera de mi casa, en jardines de Cuernavaca en Cuernavaca, Morelos. Al momento de salir de la casa para salir a cenar con mi esposa e hijas, mientras estábamos cerrando la puerta y mis hijas ya esperando dentro del auto, llegó junto a nosotros una motocicleta blanca, marca honda modelo CARGO, de las que usan para mensajería, con dos tipos de estatura mediana, morenos, llenitos, de 40 años aproximadamente, quienes nunca se quitaron los cascos rojos que traían. En cuanto se bajaron los dos de las motos, con pistola en mano y apuntándome profiriendo amenazas de muerte, me pidieron los teléfonos, la cartera y las llaves del auto. Como he visto muchos periodicazos donde a quien se resiste al asalto los balacean, me mantuve con toda tranquilidad y les dije que no se preocupen, que les daba todo sin ningún problema, que aquí lo tenían. Corrí a sacar mi computadora y buscar el teléfono de la Policía Metropolitana, teléfono que nos dio directamente el Director de Seguridad Pública de Cuernavaca dado que soy del comité de vecinos de la colonia. Marqué dos veces al teléfono que nos dieron y que creen????? Nadie contestó!!!!! Tuve que marcar al 066 para que tomaran mi llamada de auxilio. A partir de mi llamada, tardaron 20 minutos en llegar. Al fin llegaron 4 patrullas, les narré lo sucedido ¿y saben que me dijeron? “ahhhh siiiiii, estos asaltantes usan motos blancas, rojas, amarillas, son muy rápidos, pero usted reportó ya muy tarde, ya es muy difícil que los agarremos, ya han de ir muy lejos”.
Le dije que quería levantar una denuncia y me dijo que fuera a la Barona, que está cerca de mi colonia, y yo le pregunté ¿que no siempre está cerrada esa oficina? me contestó que efectivamente, siempre está cerrada, que mejor fuera a las oficinas de la avenida Emiliano Zapata, donde siempre ha estado la procuraduría. Dejé a mis hijas en una casa segura y fui con mi esposa a levantar la denuncia. Cuando llego a las oficinas de Emiliano Zapata, a 20 minutos de la casa, me recibe un policía en la pluma de seguridad y me pregunta que quería, le dije que iba a levantar una denuncia por robo a mano armada. Movió la cabeza con gesto negativo diciéndome “aquí no es, aquí ya no se levantan esas denuncias, pero a ver, pase al módulo para que le digan bien”.
Dejo a mi esposa en el auto y voy al módulo a preguntar. Veo unas 5 familias en la entrada con rostros tristes y un pasillo desierto. Camino 6 metros y encuentro a dos chicas, comiéndose un sándwich tamaño jumbo. Les indico que quería levantar una denuncia y me contestan que ahí solo eran para denuncias de levantamiento de cadáveres y detención de criminales, es decir, ahí los llevan una vez que los atrapan. Posteriormente me dijo que tenía que ir a las oficinas del centro, a Boulevard Juárez. Tomo el auto y manejo 15 minutos, al centro de Cuernavaca. Llego a las nuevas y flamantes oficinas del ministerio público y se me hizo raro que “alguien del gobierno” fuera tan estúpido para contratar oficinas sin estacionamiento, por lo que con la calle llena por ser una zona de“bares”, tuve que meterme a un estacionamiento privado, pero que cerraba en 30 minutos, es decir, a las 24:00 horas, por lo que tenía que apurarme.
Al entrar a las oficinas, recién instaladas, veo módulos con agentes del ministerio público, me piden me registre en una libreta donde tenía que poner mi nombre, lo sucedido, la colonia y me pasan a un cubículo. Del susto y los nervios, tenía que ir al baño, necesitaba hacer pipí para declarar con calma. Pido al agente me indique donde estaba el baño y se me hizo nuevamente raro que “alguien del gobierno” fuera tan estúpido para contratar oficinas sin baño; ¡no hay baños para los afectados!!. Me molesté y le pregunté al agente si ellos no usaban baño y me contestó que ellos tenían que salir del edificio para buscar un baño. No soy estúpido; o me está mintiendo para no prestarle el baño al afectado o efectivamente no hay baño. Salí corriendo al estacionamiento privado donde dejé mi auto y ahí, junto a mi auto, oriné. Al vil estilo de país de tercer mundo con autoridades de tercer mundo. Regresé a seguir con mi declaración y lo primero que hacen es aplicarme una encuesta donde me preguntan; sexo, edad, ocupación, estado civil, lugar de nacimiento, si uso drogas, a cuánto ascienden mis ingresos, cuantas personas dependen de mí, etc.!!!! Quería decirle al policía que no me venía a inscribir a las fuerzas policiacas, que solo quería levantar una denuncia!!!!!
Me toman la denuncia, me piden firme al calce y me dan dos escritos, uno dirigido al Ministerio Público investigador y otro es el relato de los hechos. Me pidió que si quería en ese momento, podía ir a las oficinas de la av. Emiliano Zapata para darle el oficio al agente investigador a fin de que comiencen las averiguaciones. Yo le pregunté: ¿Que no vine a eso aquí? Me contestó: “Aquí viene a declarar hechos, allá harán la investigación”.
Hasta ahí el relato del ciudadano identificado como Julio Rolando Rosales.
Señores, ya déjense de demagogias y ocurrencias, mejor equipen bien a los agentes del MP que siempre han estado en la avenida Emiliano Zapata.
Y mañana hablaremos de ese enorme elefante blanco llamado Centro de Comunicación, Cómputo, Control y Comando, al que todos conocemos como C4.
HASTA MAÑANA