En ese sentido debe buscarse que lo que ahora se gaste sea más eficiente, lo que significa, entre otras cosas, que debe disminuirse el índice de deserción entre un nivel escolar y el siguiente.
Principalmente es necesario que la mayor cantidad de jóvenes entren a la secundaria y a la vez continúen sus estudios de bachillerato.
Una población educada significa una población más sana, porque tiene los conocimientos para cuidar mejor su cuerpo, además de que tiene posibilidades de obtener mejores empleos y con ingresos de otro nivel que le da una mejor calidad de vida.
En cambio, sin educación se perpetúan conductas nocivas en lo social y en lo sanitario que termina por tener un alto costo colectivo a mediano plazo.
Educar tiene muchas ventajas y ningún inconveniente. Es una inversión y no es un gasto.
Verlo desde otra óptica es desperdiciar los recursos para que mañana vivamos mejor.