Lo que me llama la atención es que ya no sólo hay actividades culturales los fines de semana, sino casi todos los días, y que son instituciones de todo tipo, pero también particulares y organizaciones las que promueven desde funciones de cine hasta conciertos, así como presentaciones de danza, exposiciones de todo tipo, presentaciones de libros, lecturas y en general mucha música.
Por décadas, el principal esfuerzo cultural, que trascendió las fronteras, estuvo a cargo del grupo Amigos de la música de Cuernavaca, que con su esfuerzo lograron ofrecer en Morelos a los mejores artistas de la música de concierto, pianistas, cantantes y orquestas de lo más selecto.
Hoy esa labor continúa pero me da gusto que desde otros lugares se han unido al esfuerzo.
Debo reconocer que la UNAM ha venido a Morelos no sólo a ofrecer ciencia, sino también mucha cultura.
Espero que todo eso de lo que hablo se difunda adecuadamente, pues es necesario para que sea una gran causa para atraer visitantes y para reactivar desde ese ángulo la economía local.
Países más responsables, como Francia e Inglaterra, tienen a la cultura como uno de los sectores más dinámicos de su economía.
Nosotros, como estado, podemos conseguir una industria cultural fuerte, que genere empleos y dé ingresos a cada vez más gente.
Por eso felicito a todos aquellos que se dedican a esas actividades y que superan las limitaciones tradicionales para ofrecer al público algo diferente.
Ojalá que ese esfuerzo siga y se redoble.