Todo eso nos servirá como base para seguir nuestro camino en el nuevo año que se avecina, en el que entrarán en vigor múltiples cambios de todo tipo a los que debemos hacer frente con las mejores armas.
Sobre todo, sabemos con quién podemos contar y por qué.
En lo personal debo calificar al 2013 como un buen año, porque fue posible concretar importantes y variados proyectos.
A lo largo de los años he aprendido que las personas no podemos quedarnos quietas ni dormirnos sobre nuestros laureles, sino que debemos mantenernos en acción.
Pero siempre es necesario analizar lo que se ha hecho y qué mejor que en un momento que para todos significa un parteguas, como es el cambio de año. Tenemos que saber qué salió bien y qué salió mal en estos últimos doce meses.
Debemos estar seguros de qué cosas hicimos bien, para no perderlas, pero también aquellas que tenemos que evitar en lo sucesivo.
Y no hablo sólo de negocios, sino en general de todo lo que nos rodea. Y, por supuesto, compartir esa información, para enriquecernos mutuamente con la experiencia de los demás.
Los mexicanos siempre hemos sido solidarios y participativos, unas cualidades que poco a poco se deja de practicar, pero que espero que retomen todos aquellos que no las practican.
Y compartir experiencias (o sea, el conocimiento) es algo que no tiene precio.
Pero para compartirlo primero tenemos que evaluarlo. Y eso es lo que les invito a hacer en este final de año, para que a partir de allí planeen su futuro inmediato y, si se puede -que sería lo mejor- también a largo plazo.
Pero también quiero aprovechar la ocasión para expresar mis mejores deseos para usted y sus seres queridos. Que la salud y la felicidad abunden en su hogar y que el 2014 sea un año de éxito y prosperidad.
Feliz año nuevo.