Ayer se conmemoró el 197 Día de la Bandera y durante la ceremonia llevada a cabo en ocasión de dicha fecha, la Bandera Nacional fue izada de cabeza en el Campo Marte, en la Ciudad de México; cabe recordar que en el 2017, también en la ceremonia de conmemoración, el lábaro patrio se rasgó al ser izado al enredarse durante el ascenso en una estructura de iluminación.
Este sábado, la bandera ondeó al revés por algunos minutos, en presencia de las Fuerzas Armadas y del gabinete; posteriormente, el presidente Enrique Peña Nieto agregó: “A final de cuentas estamos hoy aquí en este espléndido escenario con muchas banderas, con este símbolo que nos da identidad. No importa si está al revés o al derecho, hacia atrás o hacia adelante. La bandera es el símbolo que nos da sentido de identidad, de pertenencia, de orgullo de ser mexicanos”.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) destaca, en su sitio web oficial, que “a lo largo de casi 200 años, la Bandera, en su belleza intrínseca, representa el espíritu de unidad, valor y patriotismo, que unió a los mexicanos en los momentos más difíciles, con lo que ha logrado alcanzar y consolidar sus ideas de independencia, libertad, soberanía, democracia, paz, unidad e identidad”.
Agrega que “la Bandera actual es, sin duda, la herencia histórica más importante que nos han legado nuestros antepasados; la mezcla del pueblo Mexica y del pueblo Español, con una carga de religiosidad importante; pero, sobre todo, de esperanza, reflejada en su Escudo y en aquella promesa del Dios de la Guerra Huitzilopochtli, de crear una Nación que, al paso del tiempo, forjó una identidad y se enraizó una pertenencia”.
“Así es cómo, a partir del 8 de febrero de 1984, se estipula que la Bandera es un rectángulo dividido en franjas verticales, de medidas idénticas, con los colores a partir del asta: el verde representa la Esperanza de la Nación (en el transcurso de la historia de la conformación de nuestra Nación: Unidad, Independencia, Libertad); el blanco representa la Pureza de la Nación, la Patria (en el transcurso de la historia de la conformación de nuestra Nación: Soberanía, Religión, Paz); y el rojo representa la Sangre de los Héroes en Batalla (en el transcurso de la historia de la conformación de nuestra Nación: Sacrificio, Valentía, Libertad)”.
Sobre los diversos incidentes ocurridos en las ceremonias del 2017 y 2018 para conmemorar el Día de la Bandera, cabe compartir algunos párrafos que hacen referencia a dos símbolos iconográficos, dos de las figuras más emblemáticas de la tradición militar mexica: las “caballerías” Águila y Jaguar, las cuales constituían verdaderas élites guerreras.
Dichos guerreros, águila y jaguar, se han plasmado en el escudo de la Gendarmería que se suma a las divisiones de Fuerzas Federales, Seguridad Regional, Investigación, Científica, Antidrogas e Inteligencia de la Policía Federal; mientras que el color oro del mismo representa “los valores que rigen la conducta ética” y el “sinónimo de valor y entrega”, la flama al centro simboliza el fuego que transforma, además de ser el gráfico que identifica a las principales gendarmerías del mundo.
Años atrás, en octubre del 2003, en una nota titulada “La nueva estructura policiaca. El rostro de la Agencia Federal de Investigación”, destacaba el siguiente párrafo: “De ahí que no sorprenda que la AFI haya elegido como escudo lo que a cualquiera que venga, como yo, del mundo militar pueda parecer de entrada una blasfemia: la conjunción del caballero águila y del caballero jaguar de nuestra mitología azteca, de nuestra raíz más profunda. Se trata, me explica tan accesible como serio García Luna, de comunicar hacia dentro el orgullo de ser guardián de la justicia”.
La investigadora Silvia Trejo enfatiza que los “guerreros águilas” y los “guerreros jaguares” acompañaban a los gobernantes mexicas en sus campañas y que “en el resto de Mesoamérica desde la época de los Olmecas, órdenes militares similares funcionaban de la misma manera”; entre los mexicas se sabe que “recibían el título, insignias, bienes, tierras y prestigio a causa de sus hazañas: capturaban a más de cuatro prisioneros”.
Y agrega: “Con un largo y difícil entrenamiento, pasando por pruebas iniciáticas, habiendo demostrado su valor, su coraje, el ardor y el furor místicos necesarios para el enfrentamiento bélico, estos guerreros hacían más poderosos a sus gobernantes y más fuerte a su grupo y con su muerte, contribuirán a fomentar y a aumentar las fuerzas generativas de las naturaleza con lo cual se asegura el orden del cosmos instaurado durante la creación del Quinto Sol”.
La AFI, con el tiempo y con las diversas reformas se transformó en una Policía Federal Ministerial; respecto a las nuevas insignias, desaparecieron formalmente las siglas de la AFI y la PFP, pero se conservaron las imágenes de un caballero águila y de un caballero tigre. Imágenes que se plasman en el escudo de la Gendarmería Nacional.
“Un guerrero águila debía de seguir los siguientes pasos para ser iniciado en las armas sagradas, una vez que los sacerdotes del templo le otorgaban la gracia de pertenecer a la Orden, tras haber visto sus atributos en alguna pelea o servicio a la misma Orden: 1. 'Mazewaliztli' (elección, merecimiento y preparación). 2. 'Tozoztli' (la agonía, vigilia). 3. 'Xochimiki' (muerte florida). 4. 'Tlakatia' (nacimiento) o Izkaltia (resurrección)”.
Quien es considerado el poeta nacional escocés, Robert Burns, señalaba que “la historia es cuestión de supervivencia; si no tuviéramos pasado, estaríamos desprovistos de la impresión que define a nuestro ser”. No descuidemos entonces los pequeños detalles que expresan, en voz alta, nuestro presente.