Según respuesta elaborada por la Comisión de Consultas de la Academia Mexicana de la Lengua, huachicolero “se deriva del sustantivo huachicol más el sufijo –ero que, en sustantivos, indica oficio, ocupación, profesión o cargo. En México, huachicol o guachicol tiene dos acepciones generalizadas: 1) ‘bebida adulterada con alcohol, principalmente de caña’ y 2) ‘especie de pértiga que lleva en un extremo una canastilla, utilizada para bajar fruta, como manzanas, peras, guayabas, del árbol’”.
En la versión electrónica del Diccionario del Español de México (DEM) de El Colegio de México (Colmex) se señala que el término huachicolero “alude a la ‘persona que se dedica a bajar fruta de los árboles utilizando un cuachicol o huachicol’ y al ‘delincuente que se dedica a robar gasolina perforando los oleoductos que la conducen’”.
Cabe también mencionar lo que refiere Arturo Ortega Morán, escritor e investigador en temas lingüísticos, acerca del origen de la palabra “huachicolero”: “La historia me llevó muy lejos, hasta la época en que en Europa reinaba el latín y, en esa lengua, ´aquatio´ significaba ´aguado´. En italiano, la palabra se fue descomponiendo (aquatio>quatio>guatio>guazzo) hasta dar la voz “guazzo” que significa lo mismo: ´aguado´”.
Ortega Morán añade que el término “guazzo” llegaría a Francia a mediados del siglo XVIII y ahí se convertiría en “gouache”; posteriormente y en el siglo XIX, diversas palabras del francés se colaron al español y entre estos, llegó “gouache”.
Fue así como “del concepto de preparar pinturas “a la gouache” (pronúnciese “a la guach”), es decir, diluidas en agua, el “populus” hizo metáfora y se inventó una jocosa palabra: “guachicol” (alcohol aguado)”, según indica el investigador, además de apuntar que algunos que comerciaban con combustibles, “vieron que era redituable diluir en otras sustancias sus productos y empezaron a vender gasolina y petróleo “guachicoleados” o “huachicoleados””.
Podríamos agregar una tercera referencia, el término “waach”, incluido en el Diccionario Básico Español/ Maya/ Español, en la primera edición en la Biblioteca Básica del Mayab y en donde se anota que “en Yucatán se le dice así a la persona que viene de otras entidades federativas de fuera de la península y del estado de Tabasco”, además de que “así se le nombra a los militares”; la palabra se usa para describir a los foráneos o los forasteros, pero se castellanizó como huache o guache, con su sentido original, aunque utilizándola de forma despectiva.
Según el diccionario de Mexicanismos, guache también se usa como sinónimo de falso o de mala calidad.
El viernes pasado ocurrió una explosión en un ducto en Tlahuelilpan, Hidalgo. Según las autoridades, alrededor de las 16:50 horas, el personal del Petróleos Mexicanos (Pemex) dio cuenta de una perforación ilegal en el ducto Tuxpan-Tula, en el kilómetro 226, sitio al cual llegaron las Fuerzas Armadas; aproximadamente a las 18:50 horas, sucedió la explosión y la toma clandestina al ducto de Pemex comenzó a arder.
La última reforma a la Ley Federal para Prevenir y Sancionar los Delitos Cometidos en materia de Hidrocarburos se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 6 de junio del año pasado; en el párrafo correspondiente al artículo 8 de dicha ley, se indica que se sancionará con pena de 20 a 30 años de prisión a quien: “I. Sustraiga hidrocarburos, petrolíferos o petroquímicos, de ductos, vehículos, equipos, instalaciones o activos, sin derecho y sin consentimiento de asignatarios, contratistas, permisionarios, distribuidores o de quien pueda disponer de ellos con arreglo a la ley”.
Ya señalaba en su momento el juez brasileño Amilton Bueno de Carvalho: la delincuencia tiene como madrastra a todas las injusticias sociales, una frase que aplica a la realidad mexicana; aún falta mucho por hacer para evitar tragedias semejantes en el futuro siendo una de las principales la corrupción.
En la conferencia de prensa encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, la mañana de este sábado, respecto a lo ocurrido en Tlahuelilpan, el mandatario manifestó que “no vamos a apagar el fuego con el fuego. No vamos a enfrentar la violencia con la violencia (…) hay millones de pobres en el país, gente que no tiene ni siquiera para lo más indispensable. Por eso es que ha proliferado este tipo de actitudes. Ante eso, vamos a seguir con la misma política de respetar los derechos humanos, de no responder a agresiones, de no querer enfrentar problemas sociales con el uso de la fuerza”.
Por su parte, el fiscal Alejandro Gertz Manero, puntualizó respecto al ducto: “Evidentemente alguien fue la persona que hizo esa perforación y que quería obtener ilícitamente ese material, de eso no cabe duda (…) el incendio es la segunda parte, pero es consecuencia del primer delito, no es una situación aparte y la intencionalidad del delito está absolutamente a la vista, no hay duda. Lo que es la presunción de responsabilidad precisa, esa es la que tenemos nosotros que manejar con todas esas limitaciones”.
Según datos referidos por Etellekt, consultoría especializada en comunicación, análisis de riesgos y políticas públicas, las tomas clandestinas de combustible en México suman 12 mil 581 en el 2018: Puebla, con mil 815; Hidalgo, mil 726; Guanajuato, mil 547; Veracruz, mil 338; Estado de México, mil 263; Jalisco, mil 263 y Tamaulipas, mil 084, se encuentran entre los estados con mayor número de dichas tomas.
De igual modo, Etellekt refiere que según datos de 2017, diariamente se extraían 60 mil barriles a nivel nacional, además de que en los estados que aumentaron las tomas clandestina aumentó también la tasa de homicidios dolosos.
En entrevista para The Washington Post, el director de Etellekt, Rubén Salazar, mencionó que la tragedia en Hidalgo “expone la total incapacidad de nuestras fuerzas de seguridad y del gobierno para prevenir la tragedia y aplicar la ley”, aunque también expresa que “tenemos que preocuparnos por reforzar la seguridad del presidente” ante las acciones en el marco del “plan contra el huachicoleo".
En la segunda conferencia de prensa extraordinaria por lo ocurrido en Tlahuelilpan, Hidalgo, llevada a cabo la tarde de este sábado, se anotó que el saldo tras la explosión en la toma clandestina es de 73 muertos y 74 heridos; muchos fuimos testigos en las redes sociales de la filmación en la que se observan siluetas en llamas, corriendo tras la explosión.
El fuego súbito era tomado por los antiguos mexicanos como mal augurio: entre los pronósticos de la llegada de los españoles, se contaba el incendio del techo del templo de Huitzilopochtli, que ardió “sin causa aparente”; también, para los antiguos mexicanos toda guerra debía culminar en el centro ceremonial de la población atacada, por lo que cuando veían arder el templo de sus dioses principales, se declaraban vencidos y ya no luchaban.
Para poder cambiar a México ya no cabe únicamente quejarse, tampoco cabe el silencio porque sabemos las causas de nuestra realidad, lo que también nos hace responsables: es tiempo de ser solidarios y no declararnos vencidos antes de luchar o impedir que se diluyan los esfuerzos para el desarrollo; solamente así podremos lograr que nuestro país sea distinto y se transforme de manera positiva.