En este mes de febrero se dio a conocer que México fue elegido como primer presidente pro-tempore del Marco Integral Regional de Protección y Soluciones (MIRPS), adoptado por Belice, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá y nuestro país como la respuesta en la región al Pacto Mundial sobre Refugiados de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Al respecto de dicho pacto mundial cabe agregar que se concertó en 2018, pero está basado en un sistema legal internacional existente desde 1951: el Estatuto de los Refugiados, los derechos humanos y el derecho humanitario.
A nivel regional, México se convirtió entonces en el primer país que preside el mecanismo conjunto de seis países de América Latina para fortalecer la protección de las personas refugiadas, desplazadas y retornadas, con el objetivo de promover acciones y coordinar esfuerzos conjuntos entre los países MIRPS y actores relevantes.
Lo anterior, con el compromiso del gobierno mexicano actual con los derechos humanos de los migrantes y refugiados y su determinación por atacar las raíces que dan lugar al desplazamiento forzado de las personas, lo que le exige jugar un papel protagónico en el desarrollo de esta importante empresa, según señaló Andrés Ramírez, titular de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR).
Por su parte, Giovanni Bassu, representante regional de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para América Central y Cuba, indicó en relación al tema que “a través del mecanismo regional, América Central y México continúan demostrando la importancia de trabajar juntos para responder a las necesidades de protección y crear soluciones duraderas para aquellas personas que se ven forzadas a huir de sus hogares”.
Y es que el continente americano se ha enfrentado a nuevas dinámicas de movilidad humana que requieren respuestas integrales y de responsabilidad compartida; un ejemplo es el importante número de personas que han salido de los países del norte de Centroamérica por situaciones de violencia y persecución, el cual creció a más de 311 mil a mediados del 2018.
De igual modo y según datos del organismo internacional, en referencia únicamente al 2018, hubo 40 mil solicitantes de asilo de Venezuela y Nicaragua para buscar protección en países de Centroamérica.
En 2017, Belice, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México y Panamá acordaron el MIRPS como un compromiso para adoptar e implementar capítulos nacionales y la intención de desarrollar mecanismos regionales de cooperación e intercambio de responsabilidades con la participación de todas las partes interesadas relevantes.
También se informó que México forma parte del MIRPS desde sus inicios y como todos los países, trabajó en el cumplimiento de sus compromisos nacionales durante 2018, el primer año de implementación; durante ese periodo, la Secretaría de Gobernación convocó a mesas de trabajo interinstitucionales.
Uno de los logros derivado de dichas mesas fue la creación de la Clave Única de Registro de Población provisional para solicitantes de asilo, para ayudar a que el número creciente de solicitantes (29 mil 600 en 2018), accedan a trabajo y a servicios y programas públicos, en vías de alcanzar una sólida política pública de integración.
No es la primera vez que comentamos la labor de ACNUR en este espacio y este domingo cabe hacer referencia al ejercicio de monitoreo de necesidades protección de los flujos de personas presentado entre Guatemala y México, efectuado entre el 21 y el 25 de enero de 2019 por parte de ACNUR México y el Programa Casa Refugiados (PCR).
Dicho ejercicio se llevó a cabo en el paso fronterizo del puente internacional en Ciudad Hidalgo, México, como un esfuerzo conjunto para la implementación de un piloto de la herramienta regional de monitoreo de protección de ACNUR, adaptado para el contexto de Norte de Centro América; en el mismo, el equipo conjunto de monitoreo realizó 409 entrevistas, representando 988 personas.
Además se refiere que, en general, el perfil demográfico de la muestra es consistente con los números oficiales del Instituto Nacional de Migración de México para esta población (sexo, nacionalidad, y proporción de niñez), en el que el 75 por ciento de las personas entrevistadas son de nacionalidad hondureña, el 13 por ciento guatemalteca, el nueve por ciento salvadoreña y el tres por ciento nicaragüense.
Se anota que el 49 por ciento de las personas entrevistadas viajó sola, el 17 por ciento en grupos familiares de dos personas, el 14 por ciento en grupos de tres personas y el 20 por ciento restante en grupos de cuatro o más personas.
De las personas entrevistadas, el 63 por ciento indicó que entre las razones que lo llevaron a dejar su país de origen se encontraba el haber sido víctima de la violencia, o bien, por el temor por la situación de la violencia; asimismo, el 70 por ciento manifestó que de regresar a su país, enfrentaría un riesgo contra su vida, integridad o libertad y/o que estaría en riesgo por la situación de violencia.
El siete por ciento de las personas entrevistadas (29 de 409) indicó haber solicitado asilo en México, mientras que para aquellos que no habían solicitado asilo, al preguntarles si tenían intención de hacerlo, el 32 por ciento indicó que sí lo pensaba hacer en México, el 18 por ciento en otro país, el 38 por ciento indicó no saberlo aún y el 12 por ciento que no tenía intención; el 97 por ciento de los que indicaron querer hacerlo en otro país reportaron que sería en Estados Unidos.
En cuanto a preferencias de residencia, el 46 por ciento de las personas indicó que preferían reubicarse dentro de México, el 30 por ciento que quisiera ir a otro país, el 13 por ciento quedarse en la ubicación actual (Chiapas) y el nueve por ciento no lo sabía aún; sólo el dos por ciento reportó querer regresar a su país.
Respecto a quienes señalaron querer reubicarse dentro de México, los estados más frecuentemente reportados fueron: Ciudad de México (27%), Baja California (19%) y Nuevo León (18%), además de Chiapas, Coahuila, Baja California Sur, Chihuahua, Jalisco y Tamaulipas (cada uno, 3%).
Hemos citado ya en Panóptico Rojo al comentarista, columnista y escritor británico, Owen Jones: “El problema es que este debate no puede ser ganado con estadísticas (…) eso no cambiará la actitud de las personas. Hay que hacerlo a través de historias, humanizando a los refugiados sin rostro. Tenemos que mostrar sus nombres, sus caras, sus miedos, sus ambiciones, sus amores y de qué están huyendo. Si fracasamos, entonces más y más mujeres, hombres y niños pasarán sus últimas horas ahogándose en el mar o asfixiándose en camiones. Es tan frío como eso”. Coincidimos.