En el mes de diciembre de 2010, Florencia Pereira Cabrera escribió para el diario argentino “La Nación” un artículo, “La generación que México perdió ante el narcotráfico”, en el que enfatizaba que -ya desde esa fecha- había más de 30 mil menores de edad reclutados por los cárteles.
El periodista también entrevistaba a Juan Martín Pérez García, director en aquel entonces de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), quien afirmaba que "se ha instaurado una narcocultura, en la cual los capos se han convertido en todopoderosos que tienen acceso a mucho dinero. Son referentes cuestionables y denostables, pero al final son referentes atractivos que han ido creciendo a falta de otros”.
Interesante también, en dicho artículo periodístico, lo que manifestó el historiador y criminólogo Martín Barrón: "Los menores no evalúan lo que están haciendo, lo ejecutan por emoción, por adrenalina. Y al empezar desde tan chicos corren con el riesgo de desarrollar una psicopatía, ya que pierden la capacidad de empatía (…) "hay que ser más violento que el otro para poder sobrevivir".
Retomando el presente, comentamos que -por supuesto- el seguimiento de la captura de “El Chapo” Guzmán en medios de comunicación no se hizo esperar; tampoco los artículos periodísticos, comentarios y análisis al respecto. Después de leer un poco de todo, lo que vino a mi mente fue el libro del periodista italiano Roberto Saviano, “Cero cero cero”.
El capítulo cinco de “Cero cero cero”, Saviano lo titula “La crueldad se aprende”. Y de nuevo, cedemos el espacio: “Desde hace años me pregunto de qué sirve ocuparse de muertos y tiroteos. ¿Merece la pena todo esto? ¿Por qué razón? ¿Te llamarán para pedirte asesoramiento? ¿Darás un curso de seis semanas en alguna universidad, mejor si es prestigiosa? ¿Te lanzarás a la batalla contra el mal, creyéndote el bien? ¿Te darán el cetro de héroe durante unos meses? ¿Ganarás si alguien lee tus palabras? ¿Te odiarán quienes, ignorados, las han dicho antes que tú? ¿Te odiarán quienes no han dicho tales palabras, o las han dicho mal? A veces creo que es una obsesión. A veces me convenzo de que en estas historias se mide la verdad. Quizá sea ése el secreto”.
“La palabra te da una fuerza bastante superior a la que tu cuerpo y tu vida pueden contener (…) es la única perspectiva que me ha permitido entender las cosas hasta el fondo. Observar la debilidad humana, la fisiología del poder, la fragilidad de las relaciones, la inconsistencia de los vínculos, la enorme fuerza del dinero y la crueldad. La absoluta impotencia de todas las enseñanzas orientadas a la belleza y a la justicia de las que me he nutrido”.
La realidad es más cruel que cualquier ficción.El tejido social se fractura, la solidaridad se debilita y las puertas simulan cerrarse.
En el texto “Sólo las cruces quedaron: Literatura y narcotráfico”, Ramón Gerónimo Olvera desarrolla un apartado en el que apunta que “por más comercial e influida por el mercado, toda la literatura del narcotráfico tiene un claro mensaje político: los gobiernos han sido incapaces de atender las causas sociales de la violencia (…) Hay una suerte de apocalipsis posmoderno; sin creer en las instituciones se afirma un hedonismo tercermundista, que por viajar en una camioneta del año o vestir unos jeans de marca se entra en el negocio del narcotráfico”.
Indica de igual modo que una pregunta moral que debe formularse respecto a “cualquiera de los capos, tiranos o dictadores que se reeligen a perpetuidad, ya sea bajo la bandera de la revolución o la seguridad democrática, no es tanto por el sentido particular de sus actos, sus extravagancias y la sangre que derraman; la pregunta moral enquistada en el fondo es: ¿Qué sociedades tenemos, que los engendran, permiten y perpetúan?”.
Lo más reciente sobre la captura de Guzmán Loera, en específico respecto a las acciones de la Procuraduría General de la República (PGR), tiene que ver con el seguimiento de las peticiones formales de extradición que se presentaron ante la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), el 16 de junio y el 31 de agosto de 2015, por parte del Gobierno de los Estados Unidos de América, por los delitos de Asociación Delictuosa para importar y poseer con la intención de distribuir cocaína, Asociación Delictuosa, Delincuencia Organizada, Contra la Salud, Lavado de Dinero, Homicidio y Posesión de armas de fuego, entre otros.
Según lo confirmado por la dependencia federal, con la reciente recaptura de “El Chapo” se deberán iniciar los procedimientos de extradición que, de acuerdo a la Ley en la materia, tienen distintas etapas; una vez que se notifique, el reclamado tendrá un término de tres días para oponer excepciones y de veinte días más para probarlas, término que podrá ser extendido.
En el caso en el que la SRE emita un acuerdo y conceda su extradición, el reclamado tiene derecho a interponer un Juicio de Amparo en contra de esa determinación, en dos instancias: tanto en Juzgado de Distrito como ante el Tribunal Colegiado de Circuito; si se confirma la negativa de los juicios de amparo, se procedería a su entrega en extradición.
Carlos Monsiváis, en el año 1992, ya señalaba que “como sea, en la nota roja se escribe, involuntaria y voluntariosamente, una de las grandes novelas mexicanas, de la cual cada quien guarda los recuerdos fragmentarios que esencializan su idea del crimen, la corrupción y la mala suerte”. Coincidimos.