El documento preveía los riesgos que corría esta entidad federativa debido a su privilegiada ubicación geográfica en la zona centro del país, con una red de carreteras que la comunica con territorios importantes para los más importantes capos del narcotráfico. Señalaba el mencionado Programa: “En el caso concreto de Morelos es importante subrayar que los factores físico-geográficos posibilitan la producción y el tráfico de estupefacientes. La colindancia con algunas regiones de Guerrero que se caracterizan por su grave problemática en esta actividad, constituyen para la entidad riesgos dentro del ámbito y problemática del narcotráfico. No obstante la escasa producción local de marihuana, su ubicación es estratégica para el tráfico; el territorio de Morelos forma parte de corredores de tránsito de droga ya que colinda con entidades como Guerrero, Puebla, Estado de México y Distrito Federal, que son utilizadas como rutas de droga, lo que hace susceptible a la entidad para que se desarrolle aquí con mayor celeridad el problema del tráfico y consecuentemente la distribución y el consumo”.
Las principales rutas de tráfico en Morelos, actualmente, son las mismas que describía en 1993 el Programa Nacional para el Control de Drogas. Ingresan por Puebla y Guerrero y la salida se realiza hacia el Estado de México y el Distrito Federal, siendo las siguientes: 1) Carretera federal 160 y estatal 31, Izucar de Matamoros-Jantetelco-Cuautla-Atlatlahucan-Estado de México; 2) Carretera federal 95D, Estado de Guerrero-Amacuzac-Puente de Ixtla-Temixco-Cuernavaca-Tres Marías-Distrito Federal; 3) Carretera federal 95 y 95D, Amacuzac-Puente de Ixtla-Xochitepec-Temixco-Chipitlán-Cuernavaca-Tres Marías-Distrito Federal; 4) Carretera federal 95 y estatal 1, Jojutla-Xoxocotla-Miacatlán-Mazatepec-Tetecala-Coatlán del Río-Frutas de Cacahuamilpa-Estado de Guerrero.
La aprehensión de Edgar Valdez Villarreal (alias La Barbie) el pasado 30 de agosto confirmó las condiciones benignas en que se han desenvuelto en Morelos, durante décadas, los principales cárteles de las drogas. Las declaraciones ministeriales vertidas por el capo señalan diferentes periodos y escenarios, bajo la complacencia de las autoridades federales, estatales y municipales en turno.
El 2 de septiembre trascendió que Valdez Villarreal había proporcionado información relacionada con organizaciones criminales, sus modos de operación y parte de sus estructuras, generando comprensión al clima de violencia padecido por Morelos desde el año 2000 a la fecha. Durante los pasados ocho meses, y hasta ayer domingo, se llevaban contabilizados casi 200 asesinatos vinculados, de alguna forma u otra, con el crimen organizado. Los dos bandos en pugna han sido el Cártel del Pacífico Sur (CPS), cuyos líderes son Héctor Beltrán Leyva (El H) y Sergio Villarreal Barragán (El Grande), y el del propio Edgar Valdez Villarreal.
Según fuentes de la Policía Federal, en un domicilio localizado en el límite de Guerrero y Morelos se localizaron “narcolistas” con nombres de agentes policiacos y los montos que pagaba La Barbie por protección. Se sabría además que el primer cateo llevado a cabo por la PF el 30 de agosto se realizó en una residencia situada en los límites de Guerrero y Morelos, entre Puente de Ixtla y Buenavista de Cuéllar. Hay versiones que recuerdan la presencia de La Barbie en poblaciones de Tetecala.
La zona se consideraba perfecta para la operación de La Barbie, ya que allí, según las primeras investigaciones, se realizaron al menos dos reuniones entre capos de diversas organizaciones, como Arturo Beltrán Leyva (El Barbas), Juan José Esparragoza Moreno (El Azul), Joaquín Guzmán Loera (El Chapo) e Ignacio (Nacho) Coronel Villarreal. Estos tres últimos, de Sinaloa. El cártel de Juárez también envió un representante.
La ubicación de esa vivienda, cuya posición exacta no se informó, pero que a decir de las fuentes se encontraba asegurada y bajo custodia, permitía que Edgar Valdez Villarreal o sus “visitas” pudieran desplazarse sin problemas a lo largo de Morelos, Guerrero y el Estado de México, vía Taxco, Ixtapan de la Sal y Puente Ixtla, y de allí hacia Cuernavaca o Acapulco por la autopista federal. Con la aprehensión de Valdez Villarreal, ¿habrá concluido tal movilidad? ¿Cesarán o disminuirán los hechos violentos? Al tiempo lo veremos y comentaremos. Eso de “la resistencia” genera un lógico, pero mal presagio.