Finalmente Beatriz Paredes Rangel, presidenta del Comité Ejecutivo Nacional, se atrevió a distraer un poco de su tiempo e incluir entre sus prioridades el “caso Morelos”, donde la clase política priísta se ha dado con todo esperando la reestructuración íntegra del Comité Directivo Estatal.
Si algo no caracteriza a los liderazgos del partido tricolor en Morelos es la solidaridad y la cohesión. Ni durante las crisis consiguen unificarse. Al contrario: han hecho el ridículo frente a la unidad de los panistas. Diputados federales, locales, presidentes municipales (todos priístas) y dirigentes de diferentes grupos y tendencias al interior del PRI, por citar un ejemplo, no se han cohesionado en torno al presidente municipal de Cuernavaca, Manuel Martínez Garrigós, no obstante los embates que ha padecido, desde el primero de noviembre del año pasado hasta hoy, por parte de destacados cuadros panistas, algunos de ellos encuadrados en esferas gubernamentales estatales, otros en planos del Congreso de la Unión; otros más movilizados desde el Comité Ejecutivo Estatal del PAN, a quienes, sin ningún empacho, se sumó el delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Fidel Giménez-Valdez Román, quien no pasa un día sin impugnar cualquier decisión o acto a cargo del Ayuntamiento de Cuernavaca, desde luego utilizando las redes sociales. Para nadie es un secreto que este funcionario federal opera bajo las directrices del senador panista Adrián Rivera Pérez.
La falta de definiciones alrededor del PRI estatal mantuvo sin orden, disciplina y lealtad a la mayoría de militantes, a pesar del rotundo triunfo con el cual se levantaron tras las elecciones del año pasado, cuando Martínez Garrigós recuperó la capital morelense después de 12 años de predominio blanquiazul. Ni hablar de otros resultados favorables para el tricolor en más del 50 por ciento de municipios y en todos los distritos uninominales, que le otorgaron al partido una aplastante mayoría en el Congreso del Estado. Pero ni así se percataron sobre su fuerza política y rentabilidad electoral. Todo mundo fue testigo de cómo dilapidaron el capital político en el Poder Legislativo, hoy todavía caracterizado por la parálisis y enfrentamientos en pos de los más importantes cargos.
Hasta hace unos días, el grupo parlamentario tricolor operaba como una agencia de colocaciones dentro del propio Congreso y fuera de él aprovechando la supuesta “influencia” de sus integrantes. Sin embargo, lejos de proyectar calidad como tales, los diputados priístas perdieron gran parte de su posicionamiento proveniente de los comicios del año pasado. Esa dispersión de esfuerzos, definitivamente, ha tenido relación con la indecisión e indiferencia de Beatriz Paredes Rangel para renovar la dirigencia del Comité Directivo Estatal. A pesar del esfuerzo desplegado desde hace dos años por el delegado del CEN del PRI, Juan José Castro Justo, los priístas morelenses, insisto, no destacan por ser solidarios o visionarios. No. Tal como sucedió en otras épocas históricas, hoy se siguen dando hasta con la cubeta. Son revanchistas y traidores por excelencia.
Y en tal contexto de polarización se perfilan hacia la elección de nuevos dirigentes estatales. La convocatoria que abrirá el registro de candidatos se publicó este 2 de octubre. El registro de fórmulas a la presidencia y secretaría general del CDE priísta se realizará el 12 de octubre. Un día después se emitirá el dictamen de procedencia e iniciará el proselitismo. Del viernes 15 al domingo 17 de octubre habrá un pre registro de simpatizantes y militantes que, supuestamente, conformarán la nueva base de datos del padrón priísta, y serán ellos quienes podrán votar el domingo 7 de noviembre. El miércoles 20 de octubre se entregará el padrón de electores a los candidatos. Y el 6 de noviembre será el último día de proselitismo. A juzgar por las apariencias, el famoso pre registro es un candado que podría favorecer a algunos privilegiados, pues no todos los precandidatos tienen suficientes fondos económicos para movilizar y “convencer” seguidores. Así las cosas, me parece que la lucha será entre dos corrientes, por poseer recursos: la del diputado local Amado Orihuela Trejo y la de la Dupla del Oriente (Maricela Sánchez Cortés y Guillermo del Valle Reyes). ¿Logrará el PRI la cohesión anhelada? Dependerá de la limpieza durante el inminente proceso.