Hoy creo pertinente rescatar aquellas reflexiones, justo cuando las fuerzas políticas representadas en el Congreso del Estado se han comprometido (por enésima vez) a trabajar de manera conjunta y sin prejuicios partidistas, ideológicos y hasta particulares con el Poder Ejecutivo, a fin de lograr el año próximo la obtención de recursos frescos aplicables al desarrollo integral de la entidad. Me parece que todos los ciudadanos de esta región, cuya imagen se encuentra bastante deteriorada frente a la República por el embate del crimen organizado durante los pasados nueve meses y también debido a la perceptible caída del crecimiento económico, estaríamos de acuerdo en respaldar tal posición de la clase política local, siempre y cuando sea congruente entre sus dichos y sus hechos.
Efectivamente. Numerosos investigadores del sistema social mexicano han analizado el valor de la confianza y su importancia en la actividad pública. Samuel Ramos, en su libro “Perfil del hombre y la cultura en México”, indica algo que se vincula además con el fenómeno de la corrupción: “El aspecto más notorio del carácter mexicano es, a primera vista, la desconfianza. Esta actitud subyace en todos los contactos con hombres y cosas. Está presente haya o no motivo para la misma....Es más bien un asunto de desconfianza irracional que surge de lo profundo de su ser. Casi es su sentido primordial de la vida. Ya sea que las circunstancias lo justifiquen o no, no hay nada en el universo que el mexicano no vea y evalúe a través de su desconfianza. Es como una forma a priori de su excesiva susceptibilidad. El mexicano no desconfía de cualquier hombre o mujer en particular, desconfía de todos los hombres y de todas las mujeres”. Inmersos en la alternancia del poder y más allá de las ideologías partidistas, nadie puede negar que esa desconfianza ha llevado a la impugnación de todas las instituciones mexicanas, lo cual no es una exageración.
En este contexto, tras una importante reunión en la cual participaron anteayer el gobernador Marco Adame Castillo y los coordinadores de grupos parlamentarios adscritos al Congreso local, el presidente de la Junta Política y de Gobierno, Luis Miguel Ramírez Romero, recriminó que el grupo parlamentario del PRI pretenda influir en el catálogo de obras proyectadas por la administración estatal, utilizando un eventual empréstito hasta por mil 500 millones de pesos. Dijo textualmente Ramírez Romero, confirmando la tesis sustentada hace décadas por el doctor Samuel Ramos: “Lamento mucho la actitud de determinados diputados que utilizan sus siglas políticas para partidizar el presupuesto (2011) o el crédito; no es correcto, ni sano”.
Al respecto cabe subrayar, amables lectores, que uno de los legisladores priístas cuyo discurso es impugnativo en torno al posible préstamo es el secretario de la Comisión de Hacienda y Cuenta Pública, Fernando Martínez Cué, quien se ha atrevido a propalar que los recursos tendrán un fin electoral y de beneficio al PAN, el partido gobernante. Empero, ayer entrevisté a Rabindranath Salazar Solorio, presidente de la misma Comisión, quien también participó en el encuentro con el gobernador. Sin ningún tapujo, ni prejuicios, aseguró que “le estamos apostando al desarrollo de Morelos, ante lo cual nosotros (los perredistas) acudiremos con nuestros pares en el Congreso federal a gestionar los recursos con quien fuere”. Esto se llama altura de miras y objetividad.
El horno, pues, no está para bollos. La situación económica, política y social de México es crítica, a pesar del discurso oficial. Y si el gobernador Adame, así como importantes líderes del PAN (entre ellos Luis Miguel Ramírez Romero), están dispuestos a promover la cohesión de todas las fuerzas políticas locales hacia el desarrollo económico, se les debe tomar la palabra. Como botón de muestra respecto de la descapitalización nacional, ayer se difundió desde Washington, DC, que la recesión económica redujo casi en una quinta parte el ingreso de las familias más pobres de México, según el Banco Mundial. En contraste, otros países latinoamericanos, en especial Brasil, lograron transitar por la crisis incluso con un aumento en el dinero de que disponen los hogares, apuntó el organismo. Estas circunstancias macroeconómicas, insisto, deben ser analizadas a fondo en las actuales discusiones sobre la Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos de Morelos para 2011. La sociedad está fastidiada de las oposiciones a ultranza. A ver.