Con motivo de su Cuarto Informe, el titular del Poder Ejecutivo ha llevado a cabo varios actos tendientes a consolidar la relación del propio mandatario con la sociedad morelense. Lo mismo realizó visitas a determinados medios de comunicación, que encabezó concentraciones multitudinarias con el objetivo de otorgar la importancia del caso al protocolo republicano de informar a la ciudadanía. Y de paso ha demostrado ante propios y extraños la simpatía que sienten hacia él quienes, de alguna forma u otra, se beneficiaron con los programas gubernamentales. Esto último, bajo la óptica de partidos opositores al de Acción Nacional, fue considerado como el arranque formal de la campaña panista hacia los comicios constitucionales de 2012, ante lo cual yo preguntaría: ¿Y quién no lo ha hecho aprovechando los resultados conseguidos por una administración específica? Esta fue la constante en siete décadas de gobiernos priístas.
En Cuautla, Adame Castillo aseguró que hoy es tiempo de unidad. Lo hizo ante miles de hombres y mujeres de comunidades ubicadas en el oriente del estado, tal como lo llevó a cabo el viernes en la zona sur. El discurso volvió a ser el mismo: la búsqueda de unidad a favor del desarrollo de Morelos. Así, lanzó un nuevo exhorto para evitar que la discordia, la división o la confrontación “espanten” el progreso de la entidad. El gobernador estuvo acompañado por los presidentes municipales de Yecapixtla, Zacualpan de Amilpas, Axochiapan, Temoac, Tetela del Volcán, así como líderes sociales, mujeres y jóvenes.
El llamado a la unidad hecho por Adame Castillo en Cuautla se dio, asimismo, tras su más reciente encuentro (el jueves pasado) con los representantes de las corporaciones federales de seguridad, en lo que se conoce como Grupo Interinstitucional Morelos, donde se analizan y diseñan estrategias del Ejército Mexicano, la Secretaría de Gobernación, la Policía Federal y la Procuraduría General de la República, en forma coordinada con la Procuraduría General de Justicia de Morelos y la Secretaría de Seguridad Pública estatal, en aras de reforzar y mejorar el combate al crimen organizado.
Si algo ha lacerado la competitividad de nuestra entidad ante el resto de la República es precisamente la inseguridad recurrente. Como botón de muestra sobre lo anterior tenemos la posición adoptada por la Asociación de Comerciantes del Centro de Cuernavaca, presidida por José Acevedo Medina, quien este fin de semana informó que dentro de un universo de dos mil negociaciones, más de 100 cerraron por falta de rentabilidad. Las bajas ventas tienen relación directa con la disminución de la competitividad general de Morelos y Cuernavaca.
Y para paliar un poco la difícil situación financiera de los empresarios, Acevedo pidió la intervención gubernamental estatal hacia la obtención de apoyos provenientes del Programa Nacional de Fomento al Empleo, cuando lo que en realidad se necesita es la unidad convocada reiteradamente por el gobernador Adame Castillo. Sin solidaridad hacia objetivos comunes veo difícil la solución al grave problema de la delincuencia organizada y a la pobre reactivación económica. Además, la misma falta de unidad ha impactado sobremanera al Ayuntamiento de Cuernavaca poniendo en grave riesgo los programas de infraestructura local tendientes a mejorar precisamente la competitividad de una ciudad turística como la nuestra frente a otras capitales estatales.
Y tocante al conflicto en Tlaltizapán, derivado de la transportación colectiva irregular a bordo de motocicletas adaptadas como “taxis” (parecido al servicio que por igual se proporciona irregularmente en Xoxocotla), hubo secuelas fatales, como fue la muerte de un jovencito presuntamente a manos de policías municipales que acudieron a Santa Rosa 30 a apoyar un operativo de la Dirección General de Transportes, aún dirigida por Francisco Alva Meraz, a fin de “poner orden en el sector”, frente a la amenaza de permisionarios de rutas de generar este fin de semana un enfrentamiento violento. Vaya que lo lograron, aunque con los auspicios de una autoridad estatal y del alcalde Ennio Pérez Amador quien, una vez más, volvió a demostrar su insensibilidad política y social.
El horno, pues, no está para bollos. Me parece que la unidad propugnada por Marco Adame Castillo debe conducir a todos los actores políticos morelenses hacia un acuerdo emergente. Repito: debe imperar cuanto antes la serenidad, o de lo contrario nos arrepentiremos más pronto de lo que imaginamos.
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Hey
Y que el Sr. Presidente Ennio Pérez, estuvo cerca de el Hospital… Compartelo!