Luego salen a la calle y con una doble moral e hipocresía, hacen "Un llamado a la civilidad y la búsqueda de acuerdos".
Pero lo más grave para nosotros los del PRI, es que Paco Moreno en su desesperada y alocada ambición, llegue a acuerdos con el gobernador para unirse al golpeteo contra MMG, y ahora van contra Amado Orihuela, ya que Paco tiene la presencia y aceptación en Morelos, como es su propio tamaño…
Aquí cabe lo que sabiamente decía el mejor GOBERNADOR DE MORELOS, DON LAURO ORTEGA MARTÍNEZ, cuando nos decía: “Usted no se preocupe por lo que hagan esas gentes!!! "El pueblo tiene un sexto sentido y saben cuando los líderes son basura, al pueblo no se le puede engañar con falsos Mesías".
Vecino de Emiliano Zapata
Jorge Luis Mariaca Barrios, vecino “del centro de Zapata”, nos hace llegar los comentarios siguientes que, aclara, son del periodista Pedro Martínez Serrano en su columna “Tertulia Política” y, agrega, “son la mera verdad, ya no aguantamos a La Pareja Presidencial, han saqueado las arcas municipales y quien manda es la señora, algo parecido a Vicente Fox—Marta Sahagún”. Dice que solamente en espacios libres puede plasmarse la realidad del municipio, “porque el alcalde ha comprado muchos espacios, es cosa que vean la televisión de cable, los noticieros y en todos aparece su esposa”. Y ratifica: “votamos por Alberto Figueroa, no por la señora, somos traicionados por un hombre sin voluntad, nos engañó”. Y anexa párrafos de lo que escribe Pedro Martínez en su columna electrónica:
¿Quién manda? El alcalde o su esposa
Pedro MARTÍNEZ SERRANO
A nadie le queda la menor duda. El presidente municipal es un pelele, taimado, mandilón y corrupto. Eso sí, es complaciente, sumiso y obediente… ¡mandilón pues! Alberto Figueroa Valladares, actúa a capricho de su esposa, la bravísima y peleonera Catalina Ríos.
Al ayuntamiento de Emiliano Zapata, las órdenes llegan desde la presidencia del comité municipal del DIF. La señora Figueroa es la que manda, la que toma las decisiones y la que amenaza y ordena qué hacer, con aquellos que se oponen a cumplir sus deseos con cargo al erario municipal.
En aquel municipio, gobernado por el Partido de la Revolución Democrática, los favores los hace la señora Figueroa. Las obras, ella las ordena, como también las inaugura. Le gusta, casi le enloquece, dicen sus colaboradores más cercanos, salir fotografiada en los periódicos. Las entrevistas de radio y televisión es lo suyo. Ante los señores de los medios, si acaso, menciona aisladamente a Alberto, su esposo, su pelele.
En Emiliano Zapata, como en los municipios circunvecinos, nadie tiene la más mínima duda de que Catalina Ríos es la que manda. Se cumple carísimos caprichos, con cargo al erario. Se le antojó conocer al cantautor michoacano Marco Antonio Solís El Buki y ordenó contratarlo, para escucharlo de cerca y saludarlo de manera personal.
Ese evento, como muchas estupideces autorizadas por el pelele Alberto Ríos Figueroa, para complacer a su esposa, ha colocado al ayuntamiento de Emiliano Zapata al borde del colapso. No hay que ir muy lejos para encontrar un largo listado de atropellos. El conflicto que se vive con el sindicato de trabajadores de aquel lugar lo acredita.
El más reciente de los trofeos de Doña Catalina (Creel, comentan algunos burlones), es el haber amenazado de muerte al regidor de Hacienda, Jorge Luis García Ocampo quien, luego de que sufrió un ataque armado en su domicilio, denunció los hechos y acusó directamente a la pueblerina pareja presidencial y al secretario de Seguridad Pública de Zapata, José Manuel Pineda Martínez.
La cadena de corruptelas, abusos y atropellos, de Catalina Ríos y su esposa, incluye la denuncia ante la Procuraduría General de Justicia, interpuesta por su propia comadre, Maribel Ramírez, luego de que la presidenta del DIF de Zapata, solapó y encubrió a su primo Pablo Ríos, quien violó a una menor de 13 años, hija de la denunciante, en la propia casa de Los Figueroa. Cuando la señora Ramírez reclamó, fue amenazada de muerte por Catalina y su primo Pablo.
A aquella denuncia, presuntamente por encubrir una violación, Alberto Figueroa y su esposa Catalina Ríos, suman a su cuenta, la carpeta de investigación MY02/48/2011, en la que se les involucra en el intento de homicidio contra Jorge Luis García Ocampo.
Mientras Alberto Figueroa Valladares actúa como un esposo manso, sumiso y complaciente, con la ferocísima Catalina Ríos, en el ayuntamiento el descontento se desborda y amenaza con llegar hasta el recinto legislativo de Matamoros, en donde los convenencieros diputados, podrían incoarle juicio político, que derive con su salida de la alcaldía y su llegada al penal de Atlacholoaya.