La misiva es extensa, pero en resumen explica que el intocable “servidor público” municipal fue nombrado por el alcalde Enrique Retiguin Morales en enero de este año, no obstante que los hechos asentados en la averiguación y el oficio de consignación enviado a la justicia local por el Ministerio Público tienen fecha del 5 de julio de 2010. Lo anterior afectará a Retiguin, pues constituye un elemento probatorio para ser acusado por omisiones y sujeto a un juicio de procedencia hasta su desafuero.
Los familiares, indignados por la situación, añaden que de acuerdo a las declaraciones de la jovencita, Leonardo Gómez García, siendo un simple policía preventivo de Jojutla abusó durante los últimos tres años de la niña, a quien tenía amenazada de muerte. Aprovechándose de la cercanía que tenía con la familia, pasaba a su casa y la trasladaba en una camioneta a los campos de cultivo de caña del municipio, donde la sometía sexualmente. A pesar de todo lo anterior, el jefe policiaco sigue en el cargo, desde luego avalado por Retiguin Morales.
Cambiando de tema he de referirme a la cohesión social. Es un concepto que evoca el anhelo de la comunidad para enfrentar conflictos y transformaciones profundas; el grado de consenso entre los miembros de un grupo o la percepción de pertenencia a un proyecto o situación común. Y se fortalece mediante tres elementos adscritos al capital social: la confianza, el respeto mutuo y la solidaridad.
Lamentablemente para ellos, los priistas no son proclives a la cohesión dentro de su partido. El hecho de asumir actitudes triunfalistas después de las elecciones dominicales pasadas sería aberrante y temerario para el PRI-Morelos, donde poco a poco todos los grupos se están dando hasta con la cubeta, mientras dos personajes se carcajean de ellos: Marco Adame Castillo, desde Palacio de Gobierno, y el senador perredista Graco Ramírez Garrido. Los priistas les están abriendo brecha hacia los comicios de 2012.
Cualquier politicastro del partido tricolor se siente apto para lograr la candidatura gubernamental, cuando en realidad no pueden gobernar ni su propia casa, ni tampoco se encuentran posicionados frente al electorado. ¿Cómo es posible que la tendencia de Maricela Sánchez Cortés empiece a surgir como el ave Fénix, cuando durante una década contribuyó a la dispersión de esfuerzos y la dilapidación de recursos humanos, materiales y financieros? Ahí viene ya Guillermo del Valle Reyes.
Asimismo, la ausencia de un patriarca o líder en el partido también ha contribuido a la división. Este y otros factores hacen patente la necesidad de que el Comité Ejecutivo Nacional del PRI envíe cuanto antes a un nuevo delegado especial. El actual, apellidado Castro, ya concluyó su ciclo. Además, mucho tendrá que decidir el próximo candidato a la presidencia de la República, con lo cual una pléyade de integrantes de la clase política del PRI definirá su futuro en el próximo sexenio. Fuera máscaras: si algo caracteriza a los que observan en el próximo cambio sexenal su última oportunidad es “tirar hacia arriba” para ver qué pescan (una senaduría, diputaciones federales y locales, o chambas en las administraciones municipales o la estatal). Tocante a Manuel Martínez Garrigós, a diario recibe el “fuego amigo” de quienes ya van de salida. Indudablemente, la campaña sistemática de ataques hacia él proviene de priistas obcecados en conseguir empleo (son los mismos personajes de hace 20 y 30 años), cuando la sociedad exige rostros y tendencias nuevas. Luego seguimos con el tema de la brecha generacional.
Empero, en el mismo contexto de rechazo social hacia todo lo que huela a política, el diputado Luis Miguel Ramírez Romero, coordinador del grupo parlamentario del PAN en el Congreso local, se pronunció ayer a favor de avanzar en la reforma política que se encuentra detenida en la Cámara de Diputados federal, pero en particular por la concreción de candidaturas independientes o ciudadanas, como lo ha pedido reiteradamente Acción Nacional en su plataforma política y en correspondencia a las diferentes voces de la sociedad y las demandas de agrupaciones empresariales que mantienen una intensa campaña en el país y Morelos al respecto. Añadió Ramírez Romero: “Las candidaturas ciudadanas serían un avance democrático en nuestra entidad, pues incrementarían la participación ciudadana en los procesos electorales, lo cual sin duda robustecería nuestro sistema político”. A ver.
Finalmente comentaré que Arturo Salgado Porcayo, líder de una fracción de comerciantes en el remodelado centro de Cuernavaca, manifestó ayer que las obras respectivas, así como los bloqueos, la inseguridad y la pésima difusión de la ciudad a nivel internacional provocaron durante el pasado bienio una grave disminución en las ventas. Se quejó de la desatención del gobierno estatal y el municipal, pero nunca dijo que la anarquía propiciada por infinidad de ambulantes y semifijos en la zona también es un factor que inhibe la presencia del turismo.