Este último, o no se percata respecto a lo que sucede en su entorno, o encubre todo lo realizado por su subalterno.
A decir de algunos dirigentes inconformes por los apoyos y proyecciones excepcionales que este servidor público ofrece de manera discrecional a dirigentes campesinos, Santos Jiménez expresa a los cuatro vientos que está comisionado por su partido (el PAN) para empujar alianzas y candidaturas con sus aliados preferidos del momento, y que es el interlocutor del titular del ejecutivo estatal para canalizar las gestiones e inquietudes de las organizaciones sociales y económicas, pero beneficiando solamente a los que considera de mayor peso o “golpeadores”.
Siguiendo el lema de “divide y vencerás”, en las vísperas de la celebración de un aniversario más del natalicio del General Emiliano Zapata Salazar (este ocho de agosto), Oscar Santos se ufana de tener “todo planchado” para que no haya voces que evidencien las inconformidades existentes en el ambiente por el reparto “disparejo” de los apoyos e incluso de las posibles candidaturas ciudadanas blanquiazules y está dedicado “de tiempo completo” a generar rupturas al interior de los diferentes bloques de organizaciones sociales con el impulso que está ofreciendo a los líderes que considera de mayor peso político y con mayor movilidad, cuyo aparente control vende a sus superiores jerárquicos.
De orígenes modestos pero acostumbrado a la buena vida y sin presentar resultados claros de los altos puestos públicos que ha tenido en su novel trayectoria gubernamental, este sujeto enfrenta procesos administrativos y jurisdiccionales por golpeador y por el manejo nada transparente de los importantes recursos que tuvo a su cargo en la dirección de agricultura de la propia Sedagro, con señalamientos directos de proveedores y de beneficiarios de los programas a su cargo, mismos que no han prosperado, pues se autoproclama como protegido de la Presidencia del DIF estatal, de funcionarios de alto calibre en el gabinete estatal y de la propia dirigencia del PAN en Morelos cuyo presidente, el ingeniero Germán Castañón Galaviz, tal vez ni enterado está sobre lo que a diario arguye el multicitado personaje de la Sedagro.
Si es verdad que un personaje de tan bajo nivel intelectual y moral tiene la venia del secretario Bernardo Pastrana para llevar al cabo el “trabajo sucio” con el objeto de “controlar” al campesinado morelense (yo no lo creo así, de plano), estarán echando por la borda los magros avances que se tienen en la democratización y en el impulso a la autonomía de las organizaciones campesinas que tanto defendió en un principio el PAN, a través de mecanismos ineficaces e inoperantes en la práctica y de impacto negativo para quien los ejerce, ahondando la brecha del divisionismo y abonando al desencanto de los campesinos de Morelos hacia el gobierno.
Mientras tanto, la inconformidad crece y los diferentes grupos campesinos que participan tanto en las centrales campesinas como en los sistemas productivos, ya han emprendido la desbandada con las distintas alternativas políticas que se les presentan de cara al proceso electoral del 2012; lo cual evidencia la falta de oficio político y de sensibilidad para la construcción y el ejercicio de políticas públicas incluyentes y eficaces en beneficio de toda la población sin distinción de compadrazgos o presuntas alianzas que se derrumbarán con la debacle del oportunismo y la corrupción, lo cual está haciendo crisis irrevertible en el sistema gobernante. Al tiempo…
Las oportunidades de incursionar en la política se cierran conforme los grupos sociales exigen auténtica representatividad a sus supuestos líderes. Lo ideal para decenas de politiqueros que actualmente están desempleados o subempleados sería lograr chamba en el gobierno, debido a los excesivos sueldos de la burocracia dorada. En tal contexto cualquier escenario puede ser aprovechado para el oportunismo de determinados personajes. Hacerse notar es su objetivo, aparentando, lamentablemente, una representatividad social de la cual carecen. Siempre buscarán llamar la atención de quienes, formando parte de la actual estructura oficial, tienen la capacidad de autorizar proyectos y programas, dizque de beneficio social, pero que en realidad ayudan a mejorar el modus vivendi de los mismos politiqueros. Así de descompuesta se encuentra la cuestión pública.
Y entre quienes sexenalmente se benefician de manera particular con las políticas agropecuarias destacan algunos líderes del Consejo Agrario Permanente (CAP), cuyo protagonismo se hará patente de nuevo en la conmemoración del natalicio del General Emiliano Zapata Salazar, en Anenecuilco. Cínicamente, varios líderes del CAP han confesado que desde la época de Antonio Riva Palacio (sexenio 1988-1994) se encontraban adscritos a una nómina de la Secretaría de Gobierno, donde cada mes pasaban a cobrar. Su compromiso era mantener en paz “a la raza”, para lo cual también pedían recursos. Hoy están adscritos a la nómina de la Sedagro. Para hacerse sentir, el CAP moviliza a algunas decenas de gente depauperada proveniente de los sectores más pobres de la sociedad rural o de cinturones de miseria de las zonas urbanas, lo cual es criminal. En fin.
7 comentarios
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Sr. Cinta, Los verdaderos agronomos estamos sin empleo desde que llego el… Compartelo!
Hey
Señor Cinta los trabajadores de Gobierno tenemos casi 12 años con sueldos… Compartelo!
Hey
Felicitaciones señor Cinta, como dicen se queda corto con respecto al tal… Compartelo!
Animo Ing. Santos y no se preocupe que todos ya sabemos quien es el trabajador de la sedagro que escribe bajo el sobrenombre de salvemos el campo y por un verdadero campo, ojala que el secretario pastrana se decida ya a correrlo, gente como esa no debe tener un lugar en el gobierno.
Hey
Pues ojala tuvieramos mas funcionarios como usted los califica de bajo nivel… Compartelo!
Hey
Todo lo que usted dice es verdad y los trabajadores de dicha… Compartelo!
Hey
No es posible señor cinta!!! Otra vez difamando a otro funcionario por… Compartelo!
Hey
Que lamentable que un periodista como usted se preste a las desacreditaciones… Compartelo!