Ojo: este último concepto es diferente al ‘desarrollo económico sustentable’, tan cacareado por funcionarios responsabilizados de la preservación de nuestros recursos naturales a nivel nacional y estatal”. Y añadí: “Empero, también es necesario señalar las frecuentes expresiones que encuadran en el ecologismo político, cuyos principales líderes utilizan la ‘sensibilidad ambiental’ de manera instrumental, aunque su verdadero objetivo es atacar al sistema económico predominante, sin proponer otras alternativas”.
Cualquier semejanza de lo anterior con activistas y grupos que aprovechan la coyuntura ofrecida por la aprobación del Programa de Ordenamiento Ecológico y Territorial (POET) de Cuernavaca, finiquitada ayer en sesión de Cabildo, no es simple coincidencia, sino la implementación de estrategias bien diseñadas y con capacidad de movilización, propaganda y fuerte infiltración en algunos medios de comunicación. No es una tendencia mayoritaria, pero hay quienes, formando parte de la misma, se insertan en organizaciones políticas, destacando el PRD por afinidad ideológica.
Un dato más respecto del ecologismo político, opuesto al tradicional, es que se caracteriza por ser esencialmente antropocéntrico. Su preocupación consiste en que las futuras generaciones de seres humanos no hereden un planeta destruido o deteriorado. El grueso del público común encuadra en esta corriente y también las organizaciones ambientalistas moderadas, pero no así las radicalizadas que llegan a postrar, en el caso concreto de Morelos, a autoridades municipales evitando la construcción de una simple vivienda de interés social ante el temor del derribamiento de un árbol. Los grupos ambientalistas más beligerantes de nuestra entidad federativa, pese a su carácter minoritario, subrayan su pertenencia al ecologismo político porque han probado su influencia en los medios de comunicación, lo cual dificulta lograr acuerdos de desarrollo sustentable que podrían ser satisfactorios para la mayoritaria corriente del ecologismo tradicional.
Con referencia al POET aprobado la víspera en el Cabildo cuernavaquense, la regidora Miriam Mar Vázquez Rizo, coordinadora de la Comisión del Medio Ambiente en dicho cuerpo colegiado, declaró que las modificaciones avaladas por los ediles fueron previamente elaboradas y analizadas por un grupo multidisciplinario denominado Comité de Ordenamiento Ecológico, integrado por representantes de los tres niveles de gobierno, instituciones académicas y la sociedad civil organizada.
En este sentido es importante subrayar que la Ley del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente de Morelos otorga facultades a los gobiernos municipales para la formulación, aprobación, expedición, evaluación y modificación de los Programas de Ordenamiento Ecológico, los cuales son el instrumento de planeación ambiental. Cuautla ya avanzó al respecto, al igual que Huitzilac y las localidades asentadas frente al Volcán Popocatépetl, según consta en la página de Internet de la Semarnat. Así las cosas, esta última dependencia federal, así como la Comisión Estatal del Agua y Medio Ambiente, emitieron varias recomendaciones al Comité de Ordenamiento a efecto de cumplir en el POET con una serie de requisitos jurídicos para la fundamentación de los actos administrativos que se derivarán de su aplicación y tengan la validez necesaria.
Es importante mencionar que el documento pugnará por la recuperación de los espacios públicos y el ordenamiento territorial donde hoy están creciendo como lapas los desarrollos inmobiliarios. Es falso de toda falsedad que vaya a ocurrir lo contrario (el “boom” de nuevas unidades habitacionales), lo cual ha sido acuciosamente verificado por la Semarnat en infinidad de POET’s aprobados por esta dependencia federal hasta hoy. El de la capital morelense no fue la excepción.
Cuernavaca y otras localidades morelenses no son las únicas que han cumplido con la expedición de estos programas de ordenamiento, sino también las siguientes: Mexicali y San Antonio de las Minas-Valle de Guadalupe, en Baja California Sur; en la misma entidad se aprobó un POET parecido al de Cuernavaca, pero que abarcará también el ordenamiento ecológico en el Golfo de California; Cuatrociénegas, en Coahuila; el POET de la ciudad de Colima, donde además se expidió el de la Subcuenca de la Laguna de Cuyutlán; el POET de Pijijiapan, Tonalá y Catazajá en Chiapas; el POET del Distrito Federal; Tlalmanalco, Valle de Braco-Amanalco, Villa de Allende e Ixtlahuaca, en el Estado de México; el POET de León, Guanajuato; en Hidalgo, los mismos documentos de la Región Valle Pachuca-Tizayuca, Huasca de Ocampo y Tepeji del Río; Costa Alegre y Puerto Vallarta, en Jalisco; Lázaro Cárdenas y el POET Regional de Sierra Costa, dentro de territorio michoacano; el mismo programa de la ciudad de Querétaro, y otros tantos más en municipios de Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán.
Si los famosos POET’s están insertos en una dinámica nacional, ¿por qué hacer tanto ruido en Cuernavaca? La respuesta es simple y tiene que ver con la política local y la presión de determinados grupúsculos al Ayuntamiento capitalino. Los ecologistas decididos a enfrentarse con la autoridad rompiendo cualquier sentido institucional, necesitan el conflicto ambiental y no tienen interés en buscar o siquiera facilitar acuerdos con las corrientes “desarrollistas” a las que buscan derrotar. Esto ha sido fácilmente comprobable respecto a un grupo específico (Guardianes de los Arboles) que, ante la grave contaminación provocada por un tiradero clandestino en la zona boscosa de Huitzilac, jamás ha defendido el entorno ecológico, a sabiendas de que la gente de la zona los rechazará, inclusive con violencia. Lo mismo sucede en torno a la venta fraudulenta de predios comunales en Tetela del Monte que, al generar la aparición de asentamientos humanos irregulares, arrasa con nuestros recursos silvícolas. Los comuneros en conflicto de esa región también rechazan a tales ecologistas. En fin.