El discurso así lo evidenció, amables lectores. Guillermo del Valle expresó que “este encuentro no significa la adhesión con nadie, sino para hacer un llamado a las dirigencias nacional y estatal a fin de que eviten dedazos, designaciones cupulares o entrega de candidaturas por compromisos; y exigir respeto a la base militante y a los liderazgos regionales”. Lanzaron, pues, la siguiente advertencia, no obstante que a nivel nacional no se había definido siquiera el método para elegir al candidato presidencial, lo cual sucederá este fin de semana durante la sesión del Consejo Político Nacional del PRI: “Aquí queremos que las candidaturas surjan mediante una consulta abierta a las bases, como lo establecen los estatutos de nuestro partido, y no por acuerdos, compromisos o arreglos sobre la mesa o de grupos con responsabilidad partidista”.
Empero, algo sucedió en las siguientes semanas que irritó sobremanera a la Dupla, distanciándola del presidente municipal de la capital morelense. Hasta donde estoy informado, el evidente posicionamiento de MMG ha obligado, incluso a líderes nacionales del partido tricolor, a explorar la posibilidad de alcanzar una candidatura unificada hacia la gubernatura sin necesidad de recurrir a la consulta abierta, misma que conllevaría el riesgo de la polarización y la ruptura. Así lo demuestra la historia de la clase política priísta morelense. Y las cosas empeorarían si consideramos que en escasas dos semanas surgieron un montón de “tiradores” al mismo cargo, confirmándose el enfrentamiento que viene y los riesgos electorales implícitos para el PRI si sus principales exponentes no se ponen de acuerdo. Se las pongo así de fácil: el actual divisionismo los llevará a la derrota. Todos necesitan de todos, pero la Dupla insiste en la consulta a la base militante.
Para comentar todo lo antes expuesto, estimados lectores, encuentro elementos en un boletín distribuido ayer por Marisela Sánchez Cortés y Guillermo del Valle Reyes, quienes este jueves iniciaron su campaña proselitista a fin de posicionar al ex legislador federal y local en la lista de aspirantes gubernamentales. Por cierto, varios medios locales se confundieron ayer y proyectaron a la controversial fémina como la aspirante a la candidatura, lo cual es inexacto. No. El proselitismo será a favor de Del Valle, quien no canta mal las rancheras en algunas encuestas, mientras Marisela debe soportar la pesada carga de indicadores negativos, de lo cual está bastante consciente.
¿Qué plasmó dicho comunicado oficial de la Dupla, proyectando un escenario de belicosidad? Chequen ustedes la referencia a su segundo día de actividades en la glorieta La Luna de Cuernavaca: “Saludaron de mano y charlaron con más de cuatro mil personas, quienes coincidieron en expresar su queja generalizada por la incompetencia de las autoridades municipales para atender problemas como la seguridad que va en aumento en perjuicio de todos los sectores de la sociedad. También charlaron con unos 20 comerciantes semifijos que trabajan en la zona, quienes lamentaron el estado en que se encuentra, pues fue visible el total abandono y falta de mantenimiento; ahí se quejaron además del acoso del municipio que pretende desalojarlos del lugar, lo que provocaría la falta de ingresos para igual número de familias”. Más claro, ni el agua. El objetivo de la Dupla, al igual que el de otros aspirantes a la candidatura gubernamental priísta, será socavar el posicionamiento de Manuel Martínez Garrigós.
Reiteradamente he cuestionado la división imperante entre los grupos adscritos al Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuyos miembros se dan “hasta con la cubeta” en aras de conseguir canonjías (presionando a sus correligionarios cuando están al frente de un gobierno) y cargos de elección popular (durante las jornadas comiciales). Su naturaleza les impide la cohesión, la solidaridad, el respeto mutuo, la admisión sincera de compromisos, el cumplimiento de promesas, la lealtad y otros valores que, al menos frente a la opinión pública, sí exponen los militantes adheridos al Partido Acción Nacional, quienes “lavan los trapos sucios en casa”. Podrán –los panistas- tener severos desencuentros, pero nunca se desgarran las vestiduras ante cámaras y micrófonos.
El mismo 25 de julio, Humberto Moreira Valdez, líder nacional del PRI, advirtió que en su partido ya no caben las rupturas. Dijo: “Es el momento de un nuevo entendimiento entre nosotros. Un entendimiento cordial, animoso, participativo e incluyente. Solo así vamos a probarle a la ciudadanía la confiabilidad, la fuerza, la legitimidad y la limpieza de una organización en la que no hay y no habrá lugar para la deslealtad”. Muy bien por el ideal de Moreira, pero que aún no se cristaliza entre la clase priísta local debido a la orfandad en que su instituto político todavía se encuentra. Carece de liderazgo. ¿Servirá Emilio Andrés Mendoza Kaplan, nuevo delegado general del Comité Ejecutivo Nacional, como factor de unidad y reconciliación? ¿O se confirmará la regla de procesos electorales anteriores, en que la votación priísta de Morelos no les interesó a los candidatos presidenciales respectivos? A ello me referiré el lunes.
2 comentarios
Hey
GARRIGOS YA SE EMBARRO DE MIERD..... SE NOTA QUE DE HABILIDADES POLITICAS… Compartelo!
Hey
pues tiene razón el presidente del partido, la ruptura es una palabra… Compartelo!