Alrededor de las 10:00 horas y luego de haber sido informados de que no asistiría Calderón Hinojosa, sino José Francisco Blake Mora, el gobernador Adame y el ministro presidente de la SCJN decidieron iniciar el acto inaugural. El titular de la Segob no llegaba. Ni llegó. En el ambiente se respiraba un ambiente tenso. Algo grave sucedió. Primero habló Marco Adame, cuyo rostro reflejaba un aspecto bastante serio. Su intervención no duró más de cinco minutos, ratificando su compromiso con el nuevo sistema de justicia oral y el cumplimiento de las resoluciones de la SCJN. Por su parte, el presidente de la Corte sentenció que los jueces no se dejarán amedrentar por nadie, pero también dejó en claro que no habrá apoyo para quienes caigan en hechos de corrupción.
Para ese momento trascendió rápidamente un insistente rumor: el helicóptero en que viajaba el secretario de Gobernación rumbo a Morelos fue reportado como desaparecido. A las 11:00 horas, al final de la importante ceremonia, se confirmó que la aeronave, tipo Puma, que transportaba a Blake Mora y siete personas más se desplomó en las inmediaciones del poblado de San Juan Tezompa, en Temamatla, Estado de México, cerca de Chalco.
Así, jueces y magistrados de todo el país, unidos en la Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia y concentrados en el Centro de Convenciones de Xochitepec, expresaron sus condolencias por el fallecimiento de José Francisco Blake Mora. Marco Adame Castillo hizo lo propio inmediatamente en su cuenta de redes sociales. Con Blake Mora murió el subsecretario de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Segob, Felipe de Jesús Zamora Castro. Ambos funcionarios tendrían una disertación especial en los trabajos de la Asamblea.
E igual que lo hizo el 4 de noviembre de 2008, luego del fatal accidente aéreo en que perdió la vida su entonces secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, el presidente Felipe Calderón salió a la palestra pública a confirmar la terrible muerte de José Francisco Blake Mora y siete personas más que le acompañaban. A continuación los aspectos más importantes expresados por el presidente, quien, más de una vez, se escuchó conmocionado y quebrándosele la voz: “Blake era ante todo un gran mexicano, un gran mexicano que amó profundamente a la Patria, y a quien le sirvió hasta el último día de su vida”. “El helicóptero estuvo siempre resguardado en el hangar del Estado Mayor Presidencial, donde recientemente había recibido mantenimiento de rigor”. Esto último, indudablemente, buscó atajar cualquier número de especulaciones que pudiesen surgir respecto a un atentado. “El piloto contaba con suficiente pericia”. “Las condiciones de nubosidad que prevalecían hacen pensar, ciertamente la probabilidad de un accidente, no obstante, se agotarán exhaustivamente todos los indicios que rodean a esta fatal circunstancia, los cuales están debidamente resguardados desde ahora”. El presidente encargó al secretario de Comunicaciones y Transportes, “que organice una minuciosa investigación, para conocer con precisión las causas de este lamentable hecho, las investigaciones serán exhaustivas y contemplarán todas las posibles hipótesis”. “El Gobierno Federal actuará con toda la transparencia y mantendrá informada a la sociedad y opinión pública de manera puntual objetiva y oportuna sobre los avances de esta investigación”. “En tanto se nombra al secretario de Gobernación quedará de encargado de despacho, el subsecretario del ramo, Juan Carlos Gutiérrez, tal y como dispone la ley”. Hasta aquí lo más importante del informe leído por Felipe Calderón en Los Pinos.
Ya imaginarán ustedes, amables lectores, el impacto de la noticia en todos los sectores sociales, políticos y empresariales de México. José Francisco Blake Mora, panista de pura cepa, siempre actuó con bajo perfil en la conducción de la política interior mexicana, pero demostrando gran habilidad y eficiencia. Venció los desafíos que implicó la sustitución de Fernando Gomez Mont. Hubo quienes se atrevieron a subestimar la designación de Blake Mora al frente de la Segob, por provenir de la Secretaría General de Gobierno de Baja California Norte, entidad que aspiraba gobernar. Pero poco tiempo le bastó para propinar un fuerte mentís a sus detractores pues, no obstante su discreción, Blake Mora resolvió infinidad de conflictos en diferentes regiones mexicanas, incluido el Estado de Morelos.
Desde el gobernador Adame Castillo, hasta los más encumbrados políticos locales, lo recordarán con respeto luego de haber evitado una grave crisis social y política a raíz del multihomicidio de siete personas en Las Brisas de Cuernavaca (ocurrido el 28 de marzo de 2011), entre quienes se encontraba Juan Francisco Sicilia Ortega, hijo del poeta Javier Sicilia Zardaín, y que dio origen al Movimiento por la Paz y la Dignidad. A mediados de abril, Blake consiguió lo que varios analistas denominamos “El Pacto de Bucareli”, cuyo objetivo fue evitar la desestabilización de las instituciones morelenses. Al buen entendedor pocas palabras. Y lo consiguió. Por eso la muerte de Blake Mora representa un serio descalabro en la ya de por sí tormentosa ruta de la administración calderonista rumbo al proceso electoral de 2012. Descanse en paz.