Obvio. El también precandidato del mismo partido al cargo hoy ocupado por Adame respondió de esta forma a Amado Orihuela Trejo, abanderado del PRI a la titularidad del Poder Ejecutivo, quien manifestó que el senador Graco Ramírez Garrido, aspirante gubernamental de la coalición izquierdista Movimiento Progresista, “es el verdadero candidato del mandatario para ganar las elecciones de julio próximo”.
Aunque la afirmación de Rivera Pérez tiene congruencia con su investidura e ideales de panista recalcitrante, me parece que las reflexiones de Amado Orihuela estarían fundamentadas si las expuso públicamente teniendo como base información de primera mano, pues han de saber ustedes que ha sido el propio Graco quien, en reducidos coloquios y a lo largo del pasado bienio, vendió la idea sobre un pacto alcanzado entre él y Adame para lograr “una transición aterciopelada del poder en Morelos”. Fiel a su estilo (es un experto en propaganda negra), el senador Ramírez intensificó tal versión luego de las elecciones gubernamentales de Guerrero desarrolladas el 30 de enero de 2011, cuando Angel Aguirre Rivero, candidato de una alianza de las izquierdas locales apoyada por Acción Nacional (hágame usted el favor), se levantó con la victoria. No olviden ustedes que la beligerancia del legislador federal era una antes de la aprehensión de Luis Angel Cabeza de Vaca (ex titular de Seguridad Pública del Estado) el 15 de mayo de 2009, pero cambió meses después a una actitud de silencio, “prudencia” y relación “institucional” con la administración estatal panista.
Para nadie al interior del PRD local ha sido un secreto que el controversial tabasqueño propugnó una coalición partidista similar a la de Guerrero en nuestra entidad, proyecto que jamás cuajó ante el Comité Ejecutivo Nacional del PAN debido al berenjenal en que Fernando Gómez Mont, siendo secretario de Gobernación, metió al partido blanquiazul con respecto a las mentadas alianzas (contra natura). Pero de que hubo y ha existido estrecha vinculación del ahora virtual candidato de las izquierdas morelenses a la gubernatura con distinguidos personajes panistas, ni duda cabe. Lo anterior es confirmado por el absoluto respaldo que Graco ha brindado a la candidatura (panista) de Marcos Manuel Suárez Gerard a la presidencia municipal de Cuernavaca. Es Suárez Gerard y no José Luis Urióstegui Salgado su candidato a la alcaldía.
Conclusión: la institucionalidad, hospitalidad y altura de miras que haya podido aplicar Marco Adame en su complicada relación con el multicitado legislador perredista y otros más (de la oposición) adscritos a la Cámara de Diputados, en manos de un experto manipulador de la información significaron un rico filón para tergiversar la realidad. Así lo practicaba Joseph Goebbels en la Alemania nazi. Y así lo ha hecho siempre quien ya se siente con la calidad de primer mandatario morelense.
Por cierto: aguas con los rencores y demás reservas del tabasqueño, quien ha amenazado con vengarse de quienes, hasta ahora, no secundan su proyecto personal iniciado en Morelos a mediados de los 90. Trae la espada desenvainada y a las pruebas me remito. Dijo Jesucristo a sus discípulos la noche previa a su crucifixión: “Los estoy enviando a una tierra llena de lobos opresivos. Tengan cuidado, pues, con quienes rezan parados en las esquinas para ser escuchados por todos, pues son una prole de víboras. Hipócritas que hablan de mi Padre con dientes para afuera”. Fuera máscaras: Graco Ramírez posee el perfil del político déspota y autocrático que al momento de solicitar el voto en campaña se cubrirá, de nuevo, con el manto de la mansedumbre y la inclusión. Al tiempo y veremos su verdadera esencia. Por cierto, quienes tienen el control del Consejo Estatal Electivo que convalidará la candidatura de Graco el próximo 26 de febrero, a saber Fidel Demédicis Hidalgo y Adriana Díaz Contreras, ya se entregaron en cuerpo y alma al senador olvidando el desprecio que les ha tenido durante años. Ni modo.
Cambiando de frecuencia me trasladaré a Jiutepec, donde aumenta la ebullición entre los precandidatos a la presidencia municipal hoy a cargo del perredista Miguel Angel Rabadán. Rafael Reyes, quien fuera secretario general durante esa administración, pero también en la de Rabindranath Salazar (2006-2009), aspira a la alcaldía, aunque podría ser impugnado por lo anterior, a menos que haya informado de ello al Comité Ejecutivo Nacional del PRI en tiempo y forma. Ante el Comité Directivo Municipal ya entregaron también su documentación los siguientes prospectos: el diputado local Javier Mújica Díaz, quien pasó sin pena ni gloria por su distrito; José Castillo Mendoza, hijo del inolvidable Pepe Castillo Pombo, “ex” de muchas cosas en Morelos; Bertín Díaz Rosales, conocido empresario local; la diputada Guadalupe Jiménez Tovar, apoyada por el grupo de Amado Orihuela Trejo; el prestigiado abogado Antonio Yunes; y José Valladares Villaseñor, ex dirigente del partido en Jiutepec. Hasta ayer aún no había hecho lo propio el diputado federal José Manuel Agüero Tovar.
Jorge Meade Ocaranza, consejero político nacional del PRI y aspirante al cargo de presidente municipal de Cuernavaca, se pronunció ayer por devolverle a la ciudad su sello internacional y prestigio. Al mismo tiempo destacó la necesidad de preservar la fortaleza de todos los pueblos y colonias a fin de restaurar el tejido social. Meade recorrió ayer las colonias Carolina, Antonio Barona, el barrio de Ocotepec, Lomas de Ahuatlán y Teopanzolco. Por su parte, Jorge Arizmendi García, quien aspira al mismo cargo, manifestó ayer la necesidad de que se aplique una encuesta para medir el posicionamiento de determinados priístas en Cuernavaca (incluido él, por supuesto), y rechazó la posibilidad de un “dedazo” del Comité Ejecutivo Nacional “en torno a quienes no fueron favorecidos con la candidatura gubernamental”. ¿Se refería a Meade? No lo sé. Pero cualquiera de los precandidatos se topará con un hueso difícil de roer y que dispondrá de la estructura territorial construida durante casi una década por Manuel Martínez Garrigós, hoy presidente del Comité Directivo Estatal del PRI. Me refiero a Víctor Manuel Saucedo Perdomo.