Enrique Peñaflor, a la sazón reportero de esta radiodifusora, me brindó la alternativa de ingresar a ella pues tuvo que trasladarse al DF para trabajar en Radio Educación. Ahí se marcó mi ruta y el resto de mi existencia dentro del periodismo morelense, aunque cabe subrayar que Don Salvador, mejor conocido en el ámbito de los comunicadores como “El Papi Ruz”, me había dado la oportunidad de pasar, de un modesto ayudante de oficina, a reportero.
Así conocí a Don Jaime Morales Guillén. En 1974 fundó el programa Línea Caliente dándonos siempre -a cualquier número de colaboradores- la posibilidad de crecer ahí a través de sus frecuentes consejos o de los muchos cursos de capacitación que nos proporcionó. Fue mi caso personal. Lamentablemente, primero sucedió con Don Salvador (hace algunos ayeres) y antenoche con Don Jaime. Empero, no perdí a dos entrañables amigos y apreciados maestros, porque siempre los llevaré en mi corazón. Donde se encuentren (sin duda fueron recibidos por Dios y están con él) seguirán pendientes de lo que sucede aquí, mientras nosotros esperamos el momento de rencontrarnos. En lo personal, no tengo más ruta que la de Don Jaime: de servicio a la comunidad morelense.
Don Jaime Morales Guillén vino a Morelos a comienzos de la década de los setenta para calar hondo en la sociedad local, lo que consiguió sobremanera. Era un hombre con estilo, original, y por eso mismo encontró una forma singular de servir al pueblo de nuestro estado con el programa Línea Caliente, que hasta hoy sirve como puente de comunicación entre la gente (los sin voz) y funcionarios de los tres niveles de gobierno, sobre todo esos que son omisos y a quienes siempre se les debe recordar (diría Don Jaime) que sus salarios son pagados con los recursos públicos. Hace años recibí la encomienda de Don Jaime para no dejar de tener los pies bien plantados en el suelo, a fin de no caer en la soberbia, sino mantener firme la premisa de que estamos aquí para cumplir con una misión social. Es la función del periodista.
Desde que conocí a Don Jaime observé a un hombre dinámico, y así lo recordaré siempre. Tenía la cualidad de la imaginación y la creatividad, amén de su don de gentes y liderazgo. ¡Vaya que sabía ganar amigos! Durante casi cuatro décadas de haberlo tratado y haberme incluido en su interminable lista de amigos, nunca fue un jefe para mí, sino el guía, el líder que sabía cómo pedir las cosas y motivarte para seguir adelante. Nunca fue irrespetuoso con nadie, aunque varias veces lo observé reclamándole con firmeza a servidores públicos negligentes y políticos mentirosos. Siempre oportuno con su Punto de Vista, señalando las desviaciones de aquellos que no merecen estar en cargos públicos por su evidente defraudación social. Siempre exigente, entre quienes colaboramos con él, para mantenernos informados: lean, lean, lean era su recomendación; tengan un archivo personal, algún día necesitarán esa información. Hace muchísimos años me sugirió algo práctico: “Cuando hables con un funcionario público o político, anota en una pequeña tarjeta cardex lo que te diga, ponle fecha y el lugar donde sucedió el encuentro, asígnale un título con la letra del abecedario correspondiente y guárdala en un simple archivero, pues algún día te serán útiles esos datos. Y vaya que el consejo me ha servido hasta el día de hoy, claro con los respectivos cambios tecnológicos. Sobre Don Jaime hay mucha tela de donde cortar. La verdad sea dicha: tenemos ante nosotros una pérdida irreparable, pero también un gran legado de servicio social, que habremos de mantener consolidado hasta que Dios nos llame.
Cambiando de tema (la vida debe continuar) diré que la movilización de maestros disidentes en el DF (radicados en determinadas entidades federativas, sin ser el caso de Morelos), así como la proyección nacional del documental titulado “De panzazo”, generaron diferentes reacciones del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE a través de sus secciones sindicales. Así, la Sección 19, con sede en Morelos y que encabeza María Eugenia Ocampo Bedolla, emitió ayer un comunicado donde fija su postura ante las acciones de la CNTE y otros grupos de presión. A continuación un resumen: “Es notorio que el SNTE ha tratado de ser lacerado por grupos antagónicos a la educación pública en una ofensiva calculada, intensa y notoriamente injusta; este hecho ha fortalecido un liderazgo limpio, inteligente y dedicado como el que representa para la Sección 19 María Eugenia Ocampo Bedolla, y ha hecho que el programa de acción del Sindicato en Morelos se refuerce con su principal estratega enviado del CEN, Moisés Armenta Vega, buscando ahora también tener incidencia en todos los espacios de la vida pública, incluyendo la política”. Noten ustedes la expresión final, relacionada con el actual proceso electoral, que debería ser interpretada como un reclamo a grupos priístas antagónicos a la coalición PRI-Panal en algunas regiones de Morelos.
El boletín desglosa varios actos realizados en tiempos recientes por la Sección 19, a través de los cuales quedó demostrada la unificación del magisterio morelense. Al respecto el SNTE agrega: “Son un mensaje claro a quienes, desde fuera del ámbito educativo, han emprendido una ofensiva contra la organización gremial del magisterio con el objetivo de debilitar, no sólo su liderazgo natural, sino también su estructura”. Y concluye: “No son pocos los ciudadanos, universitarios, representantes de la sociedad civil, políticos y padres de familia que se han sumado a la defensa de los objetivos del SNTE: mejor calidad de la educación, defensa de la escuela pública y salvaguarda de los derechos laborales del magisterio, lo que invariablemente lo coloca como interlocutor obligado a la mesa de quienes tomarán las decisiones en el poder los próximos meses y años”. Desde luego, esta posición busca reivindicar el liderazgo de Elba Esther Gordillo y manda un mensaje a los grupos de poder bajo este tenor: “Aquí sigue la maestra”.