Graco Ramírez Garrido, candidato a la gubernatura por la coalición Nueva Visión Progresista por Morelos, señaló que esta tarde acudirá a Jiutepec sólo para dar la bienvenida a López Obrador, con lo cual no violará ninguna disposición de la legislación electoral local. Recuerden ustedes que Jiutepec es uno de los bastiones del PRD en nuestra entidad federativa, donde hay un marcado rechazo a la posibilidad de que el PRI o el PAN retomen el control del Ayuntamiento. El Partido Revolucionario Institucional debería poner atención a la visita de AMLO, quien hace un sexenio arrasó con Felipe Calderón Hinojosa a pesar del apoyo que el gobierno federal le prodigó al entonces abanderado presidencial panista.
Con respecto a las campañas preelectorales de los candidatos presidenciales (el tema aplica por igual a los cuatro personajes que a partir del 14 de abril buscarán el cargo que hoy ostenta el gobernador Marco Adame Castillo) recordaré parte de lo que escribí el 7 de noviembre de 2001. “Durante las campañas electorales del año pasado (los comicios fueron el 2 de julio de 2000) observamos un fenómeno para la promoción de los candidatos mediante intensas y costosas estrategias de marketing. Los discursos no respondieron a cuestiones ideológicas, sino a estudios basados en las nuevas técnicas de la comunicación política”. Sin embargo, en aquellos comicios no se votó por cualquier cosa, ni tampoco por cualquier idea, pues estaba en juego nuestro destino como nación y estado. Lamentablemente se emitieron votos favoreciendo a imágenes, prevaleciendo la ignorancia en el mayor caso de los electores, quienes no alcanzaron a distinguir las ideas que se encontraban atrás de esas imágenes. Y hacia allá vamos en el actual proceso electoral cuya culminación será el primero de julio de 2012. En este contexto, las consignas se repiten: todos los candidatos prometen que acabarán con el desempleo, traerán justicia social y combatirían la pobreza, aunque no dicen cómo.
“El marketing, como estrategia de campaña, acabó con el discurso partidario. Las elecciones se ganan ahora con publicidad: quien disponga de mas fondos, tendrá mayores probabilidades de posicionar su discurso (léase imagen) en la visión y oído del electorado. Consecuentemente los partidos chicos siempre estarán en riesgo de desaparecer o ser absorbidos, mientras los grandes dependen de los millones de dólares provenientes de sus benefactores, así como del apoyo oficial”, añadí el 7 de noviembre de 2001. ¿Algún parecido con lo que acontece hoy en día? Me parece que sí.
Por eso los políticos quieren y querrán siempre proyectar una imagen de decisión, firmeza, carácter, patriotismo y experiencia apoyándose en su carisma. Esto último es lo que más intentan explotar los diseñadores de “spots” televisivos y radiofónicos. El mentado carisma representa el 80 por ciento de la imagen del candidato, pues un abanderado partidista sin carisma puede ser determinante para que un partido carezca de peso específico en la elección.
Dos expertos en marketing político de la actualidad, Adolfo Ibinarriaga y Roberto Trad, autores del libro “El arte de la guerra electoral” (Editorial Grijalbo, 2012), están convencidos de que la elección presidencial del presente año se moverá en dos ejes: el ciudadano será el protagonista, en especial los indecisos, que representan más del 50 por ciento del electorado y son más asiduos a las redes sociales. Además, el tema será el cambio a partir del hartazgo generado por la violencia. Quien logre apropiarse de esa bandera tendrá ventaja.
Entrevistados anteayer por La Jornada advirtieron: “La elección de 2000 consistió en sacar al PRI de Los Pinos; la del 2006 fue un plebiscito en torno a primero los pobres o un peligro para México. Pero la elección de 2012 tendrá un planteamiento muy curioso”. Agregaron: “Los mexicanos elegirán entre el cambio de la continuidad, que sería Josefina Vázquez Mota, en términos de que es una candidata mujer no testimonial; el discurso de Andrés Manuel, de cambio verdadero, y el de Peña Nieto, de la eficiencia en el anhelo de regresar al pasado tras una alternancia donde el cambio y bondades de la democracia electoral no se han plasmado para millones de mexicanos”.
Otro factor es el papel que jugará el presidente Felipe Calderón en la campaña. “Si su objetivo es mantener el gobierno a cualquier costo; veo que van a hacer campaña negativa no sólo utilizando publicidad y marketing”, indica Trad, quien considera que el mensaje negativo, por ejemplo, ligando al PRI con el narcotráfico, ya se hace desde la voz del Estado y no desde la campaña de Vázquez Mota.
Aunque Peña Nieto, el candidato puntero, ha construido su mensaje a partir de la imagen, Trad señala que “pasaremos de una elección basada en la imagen del fabricante y el discurso mercadológico de 2006 a una sustentada en las ideas y los conceptos”. “Hay un espíritu más crítico de este gran elector (los indecisos), del 54 por ciento, que va a hacer la diferencia entre ganadores y perdedores. Quien conduce el cambio de paradigma son los electores, no sé si los partidos lo hayan leído”. Desde esta lógica, AMLO tendría que ir arriba en las encuestas, se le comenta. “Por eso no está muerto. No sé si gane, pero está vivo después de todo lo que le han hecho y de los errores que cometió y de los que han aprendido él y la izquierda”, aseguró Trad. Y en Morelos, López Obrador no está muerto. Por esta y muchas otras razones habrá que ver la concentración de sus simpatizantes en Jiutepec.