Partiendo de lo expresado por Roy Campos, los debates son sólo momentos de la campaña que pueden o no ser importantes, dependiendo de si los ciudadanos los tomarán en cuenta para su decisión a la hora de emitir su sufragio. Añade: “Para algunos candidatos el debate es la oportunidad de mostrarse mejor que los demás y exhibir debilidades de los adversarios”. Así, buscan que haya muchos de tales ejercicios, lo cual es normal entre quienes no son favorecidos por las encuestas. Ansían que los debates cambien las percepciones a su favor. En resumidas cuentas, esas lidias no tienen como objetivo comunicar a los ciudadanos lo que buscan saber. “Son momentos de la estrategia; se busca dar golpes o evitar golpes de los adversarios”, indica Campos.
Este domingo, a las 20:00 horas, se realizará el esperado debate entre los candidatos presidenciales: Josefina Vázquez Mota, del Partido Acción Nacional (PAN); Enrique Peña Nieto, de la Alianza Compromiso por México (PRI-PVEM); Andrés Manuel López Obrador, de la Coalición Movimiento Progresista (PRD-PT-Movimiento Ciudadano); y Gabriel Quadri, del Partido Nueva Alianza. El ejercicio se transmitirá por varios canales abiertos (los de menor rating) y, sobre todo, en televisión por cable. Televisa habilitará el canal 5, mientras que TV Azteca hará lo propio a través del canal 40. Quien esto escribe seguirá el debate por Milenio. Ni modo: me perderé el partido de vuelta entre Monarcas y Tigres.
¿Quién es quién rumbo al debate nacional? Cada uno de los aspirantes a la primera magistratura del país tiene fortalezas y debilidades, lo cual se repite con cualquier cantidad de funcionarios públicos y políticos adscritos a todos los partidos. Es normal entre los seres humanos en general. Empero, déjeme decirle que existen infinidad de criterios sobre lo que representan dichas fortalezas y debilidades. A mí me parece que, tratándose de políticos y hombres públicos, cualquier concepto y criterios tienen vinculación con una actividad que carece de escrúpulos, ética y moral. Así las cosas, Nietzsche considera que la principal debilidad del ser humano son sus sentimientos porque, dice él, sólo le sirven para atarlos con aquellos seres o cosas que les impiden avanzar hacia fases superiores. Hay quienes consideran que la fortaleza del ser humano es su razonamiento y humanismo, que le permiten levantarse ante cualquier tropezón. Fortalezas serían la solidaridad, el amor, la amistad, la fe, el optimismo; mientras que las debilidades serían la envidia, la codicia, el odio, la conflictividad y la venganza. Hoy por hoy, la ciudadanía está cada día más perceptiva sobre las fortalezas aludidas y aprecia, por ejemplo, la franqueza, la cual implica enfrentar y decir las cosas sin agresividad e hipocresía, pero sí con sinceridad y en el momento apropiado. También valora la honestidad, la actitud de transparencia hacia las demás personas en cualquier momento; admira a personas que hacen lo correcto y actúan prudentemente. Por el contrario, los ciudadanos perciben de inmediato a personajes soberbios y pagados de sí mismos.
Todo lo antes dicho, pero particularmente lo relativo al debate de este domingo, me sirve como preámbulo para comentar que el Instituto Estatal Electoral (IEE), que preside Oscar Granat Herrera, fijó para el 24 de mayo un debate entre los aspirantes a la gubernatura morelense: Adrián Rivera Pérez, del PAN; Amado Orihuela Trejo, de la Alianza Compromiso por Morelos (PRI-PVEM-Panal); Graco Ramírez Garrido, de la Coalición Nueva Visión (PRD-PT-Movimiento Ciudadano), y Julio Yáñez Moreno, del Partido Social Demócrata (PSD). Como era lógico de esperar, algunos miembros de sus equipos de campaña se frotaron las manos ante lo que, bajo su óptica, son las debilidades de sus adversarios. Suponen que su candidato es el único que posee fortalezas, lo cual es un error.
Cada ser humano tiene cualidades y está en este mundo para usarlas en su propio beneficio y en el de otros. Empero, las personas más grandes de la historia fueron aquellas que descubrieron sus cualidades y las utilizaron para el beneficio ajeno en grado superlativo.
Así las cosas, es importante señalar que las personas con más fortalezas pudieran ser las que más debilidades tienen. De hecho, se poseen más debilidades que fortalezas. Somos fuertes en dos o tres cosas y débiles en cientos de otras. Quien opine al revés es un total estúpido. Y en cuestiones preelectorales lo que menos debe existir es la soberbia y la autocomplacencia.
Menospreciar a alguno de los candidatos a la gubernatura constituye una equivocación garrafal, porque en su aparente debilidad pueden radicar una o varias fortalezas. En este sentido recuerdo al cuautlense Fausto González Hernández (finado), quien fuera secretario general de Gobierno durante todo el sexenio de Armando León Bejarano (1976-1982). Imaginen ustedes: permaneció ahí seis años no obstante que ese régimen se caracterizó por la conflictividad social. Para varios políticos de la época que lo conocieron, su principal debilidad era no resolver nada, pero a mí me parece que ahí radicó su fortaleza. Y es que González Hernández nunca perdió su sonrisa, ni su cachondeo. Jamás dejó de sonreír y acariciar a propios y extraños. Los ciudadanos que acudían a verlo en palacio de gobierno se retiraban satisfechos, felices, atendidos y cachondeados, pero sin su problema resuelto. Algo tenía ese hombre que seducía, aunque le mentaran la madre. Esa era su principal fortaleza: la seducción, que cubría sus omisiones.
En conclusión, Adrián Rivera, Amado Orihuela Trejo, Graco Ramírez y Julio Yáñez Moreno acudirán al debate del 24 de mayo en igualdad de condiciones. Ninguno debe ser subestimado por nadie. Y si alguien supone que agrediendo al “rival más débil” sacará raja, está completamente equivocado. Sin embargo, lo realmente trascendente será mantener desde ahora y sobre ellos un riguroso escrutinio a fin de determinar si alguno tiene la cualidad de la innovación para funcionar y coordinar el esfuerzo de los morelenses. La creatividad debe ser simple, porque sólo hay gente incompetente para desarrollarla. Lo único que tenemos en abundancia es la incompetencia. Eviten, señores candidatos, obsesionarse con sus áreas de incompetencia, que son muchas, y mejor privilegien sus áreas de competencia, que son muchas menos. No escondan sus debilidades y muestren con claridad y prudencia sus fortalezas.