Y añadí: “Lo anterior tiene relación con un reciente movimiento en la PGJ, ansiado desde hace meses por propios y extraños. Coronato pidió la renuncia a Santiago Romero Sedano, quien hasta anteayer fungió como director general de Averiguaciones Previas de la Zona Metropolitana. Al relevo, de manera interina, entró Erika Flores Sánchez, subdirectora de Agencias Foráneas y asesora del subprocurador de dicha Zona, Mario Vázquez Rojas. Este último fue objeto de cuestionamientos ante los desatinos de Romero Sedano, a quien le llegó el ‘principio de Peter’, o sea el nivel de incompetencia, pues durante décadas ha sido un magnífico litigante y destacado miembro de la Barra de Abogados de Morelos y de la Asociación de Abogados Penalistas de Morelos, pero fracasó dentro del principal círculo de colaboradores del doctor Coronato. Si algo caracterizó a la gestión de Romero Sedano fue la abulia y entorpecer los procedimientos legales, desde la recepción de las demandas, hasta la integración de las averiguaciones previas y su consignación. Asimismo, cuando el río suena es que agua lleva, y en el caso del citado personaje abundan las especulaciones sobre su confabulación con alguna de las partes actoras, a fin de lucrar”.
Hasta aquí la parte de aquella columna concerniente a Santiago Romero Sedano, quien ayer fue nombrado como nuevo subsecretario de Reinserción Social, dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, a cargo del general Rafael García Aguilar. El ex director de Averiguaciones Previas sustituye en tan delicada responsabilidad a un ya de por sí cuestionado maestro Luis Ramón Hernández Sabás, quien se integró a la estructura de la SSP en febrero de 2010. Desde entonces su gestión se caracterizó por la multiplicación de conflictos en el sector penitenciario, incluidos desde luego múltiples hechos de corrupción en todas las cárceles, fugas de presos y confabulación de custodios con células criminales para introducir vaya usted a saber qué cosas a los reclusorios. Durante todos los operativos llevados a cabo sorpresivamente en Atlacholoaya las fuerzas federales y la propia Policía Preventiva Estatal siempre encontraron drogas, teléfonos celulares, aparatos electrodomésticos, bebidas embriagantes, armas punzocortantes, etcétera, que por algún lado tuvieron acceso.
Un boletín expedido ayer por la SSP de Morelos señala que el maestro en procuración y administración de justicia, Santiago Romero Sedano, fue incluido en el equipo del general García Aguilar “con el objetivo de reforzar las acciones en materia penitenciaria”. Ojalá y así sea. El comunicado plasma algunos datos curriculares del abogado, quien cursó la licenciatura en derecho por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, institución donde alcanzó la maestría en procuración y administración de justicia. Ni duda cabe: por conocimiento académico y científico no se detiene el flamante subsecretario de Reinserción Social de Morelos, pero tan conflictivo sector requiere más que eso. Santiago Romero Sedano no es el prototipo de alguien preparado y experimentado en materia de reinserción social. En lo sucesivo tendrá vinculación con decenas de casos de internos sumamente peligrosos, no sólo en Atlacholoaya, sino también en el resto de los penales que integran el sistema penitenciario morelense. Y deberá tomar decisiones trascendentes que, indudablemente, agitarán el avispero no sólo en Atlacholoaya, sino también en las cárceles distritales.
A continuación otros datos curriculares de Santiago Romero Sedano, que definitivamente revelan el perfil de alguien que debería ser aprovechado en otros ámbitos: ha sido asesor jurídico de personas físicas, asociaciones, empresas, sindicatos y de los ayuntamientos de Tlayacapan y Totolapan; fue procurador de Asuntos Agrarios de Morelos, y ha sido miembro de la Barra de Abogados desde hace varios lustros. Ahí fue presidente del Consejo Directivo; y en cuanto a su relación con el sector público fue vocal ciudadano del Consejo de Honor y Justicia de la SSP Estatal; juez de primera instancia penal en Cuautla y Cuernavaca; juez mixto de primera instancia en Puente de Ixtla y Xochitepec y, como ya lo dije, director de Averiguaciones Previas de la Subprocuraduría Metropolitana de la PGJ. Desconozco las causas por las cuales no ha sido considerado para ser magistrado del Poder Judicial o candidato a notario público (entre otras cosas), pero sí fue escogido para convertirse en subsecretario de Reinserción Social.
A propósito, ¿saben ustedes lo que es “el principio de Peter”, hoy aplicable al caso de Romero Sedano? “El Principio de Peter” fue un libro del doctor Laurence J. Peter, editado en 1969, cuya sinopsis indica que en una empresa, entidad u organización las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad una y otra vez, hasta que alcanzan su nivel de incompetencia. Consecuencia de lo que el principio manifiesta, muchos puestos de alta dirección son ocupados por profesionales que no tienen la suficiente calificación para su trabajo, lo cual conduce a graves errores en las decisiones que toman las personas responsables en muchas organizaciones. Escribió Laurence J. Peter: “Observamos a políticos indecisos que se las dan de resueltos estadistas. Es ilimitado el número de funcionarios indolentes e insolentes; jefes militares cuya enardecida retórica queda desmentida por su apocado comportamiento, y gobernantes cuyo innato servilismo les impide gobernar realmente”. Sopas. Sin embargo, me parece que lo correcto, por ahora, es otorgarle el beneficio de la duda al nuevo subsecretario de Reinserción Social.