Asimismo, en el nuevo berenjenal de la basura (el primero nos remonta a octubre y noviembre de 2006), ya empezó a especularse sobre quiénes podrían ser los beneficiarios tras la clausura “temporal” del relleno sanitario de “Loma Mejía” y la inminente extinción de la concesión otorgada a PASA. Me refiero al consorcio Proactiva Medio Ambiente, que tiene contratos de recolección, transporte y confinamiento de los desechos sólidos en Baja California Sur (Los Cabos), Nuevo León (Salinas Victoria y Ciudad Guadalupe), Tamaulipas (Nuevo Laredo), Querétaro (en la capital), Estado de México (Naucalpan y Tlalnepantla), el Distrito Federal, Michoacán (Morelia), Veracruz (Jalapa, Córdoba y el Puerto), Aguascalientes (la capital de aquella entidad), Chiapas (Tuxtla Gutiérrez) y Yucatán (Mérida). Se supone que Proactiva atiende actualmente a 41 millones de personas, teniendo como socios a Veolia Environnement (Francia), FCC Fomento de Construcciones y Contratas (España), Proactiva Medio Ambiente (América Latina) e Ingenieros Civiles Asociados (ICA) de México. Todavía no trascienden los nombres de los presuntos intermediarios entre Proactiva y el Ayuntamiento cuernavaquense, pero todo apunta hacia el Estado de México (con la participación de políticos e importantes clérigos), donde el consorcio proporciona sus servicios. A lo anterior es importante agregar que un tiradero situado en Tecámac, municipio perteneciente a la entidad gobernada por Enrique Peña Nieto, también servirá para el confinamiento de los desechos sólidos de Cuernavaca. Esa localidad se ubica a 100 kilómetros de Toluca y colinda con Ecatepec, cuya Diócesis es de sobra conocida por la clase política priísta de Morelos.
Por otro lado, comentaré que el oficial mayor del Ayuntamiento, César Cruz Ortiz, desplegó ayer una gran actividad, a fin de coadyuvar con Manuel Martínez Garrigós hacia la búsqueda de soluciones y evitar una nueva crisis de la basura. Al filo del mediodía y en un hotel de la zona norte se entrevistó con Nereo Bandera Zavaleta, presidente municipal de Temixco (municipio del cual César fue alcalde), a fin de utilizar el predio conocido como “El Socavón”, dentro del polígono de Tetlama, donde hoy opera un relleno sanitario metanogénico que le ha dado a Morelos fama internacional respecto a la generación de electricidad a partir de los desechos sólidos. Extraoficialmente trascendió que Cruz Ortiz es el portavoz de un nutrido grupo de empresarios locales, preocupados porque ya llevan varios días sin que nadie recolecte su basura. Por cierto, dícese que los nombramientos de Juan Bosco Castañeda y José Luis Aragón García como director general de la Policía Preventiva de Cuernavaca y subdirector de Grupos Especiales, respectivamente (en sustitución de Armando Verdugo Henderson y Gonzalo Barquín Granados), fueron éxitos del oficial mayor, aunque nadie puede mover a Isidro Landa Mendoza, subsecretario operativo de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano, apuntalado dentro del grupo de Humberto Paladino, síndico municipal.
Hasta el momento de redactar la presente columna, PASA mantenía firme la opción de enfrentarse jurídicamente con la comuna cuernavaquense, pues sus directivos se dicen víctimas de un complot (¿incluyeron el incendio del domingo?) para rescindirles el contrato que, teóricamente, duraría 20 años. ¿Promoverán un amparo? Pueden hacerlo, pero ayer debieron darse cuenta de que MMG ya no quiere tratos con ellos. El bloqueo a sus instalaciones en la Avenida Estado de Puebla lo demuestra. Por cierto, varios camiones de una constructora, al parecer sinaloense, sirvieron como barricada para impedir el acceso y la salida de personal y vehículos de PASA. Lo deseable es que el saldo de esta guerra no vaya a ser pagado por la ciudadanía. Ayer, al domicilio de este columnista, ya no llegó el camión de la basura. Y así pasó con todo el vecindario.