Los destacados militantes perredistas le enviaron algunos mensajes al mandatario panista a través de la Declaración Política del Movimiento por la Refundación del PRD-Morelos promovida, entre otras, por las siguientes personalidades (otrora confrontadas): Graco Ramírez Garrido Abreu, Raúl Iragorri Montoya, Alejandro Mojica Toledo, Guillermo López Ruvalcaba, Ignacio Suárez Huape, Angélica San Vicente Cisneros, Mario Rojas Alba y Jorge Messeguer Guillén. Además de darle varios coscorrones al gobernante, anunciaron que Graco iría con todo y todos tras la presidencia del Comité Ejecutivo Estatal del PRD.
Angélica San Vicente, actual subsecretaria de Reinserción Social de la SSP estatal, leyó la Declaración Política, de la cual extrajimos el siguiente párrafo: “En Morelos, Sergio Estrada Cajigal fue electo gobernador por la voluntad democrática de los morelenses. ‘Que se vaya el PRI’ fue el deseo de cientos de miles, en especial de los jóvenes. Llegó el PAN, pero en poco más de un año de gobierno panista, el cambio prometido se ha vuelto desencanto”. Posteriormente, la fémina enumeró una serie de factores por los cuales Estrada Cajigal había afectado su imagen pública y a la sociedad: “Sergio-bonos, salarios excesivos, dispendios y derroches, nos tienen ante el gobierno más caro de la historia morelense. Gobierno rico, pueblo pobre. Atrás quedó la promesa de eficiencia y manejo honesto de los recursos públicos. El turbio asunto del Casino de la Selva, de Soriana, el cierre de Textiles Morelos y la crisis y represión en la empresa Confitalia y el Hospital del Niño, no es lo que esperaba el pueblo de Morelos”. Hasta aquí lo dicho por Angélica San Vicente y el contexto de la mentada Declaración Política.
Hoy quiero retomar lo expresado allá y entonces por la hoy funcionaria de la SSP morelense respecto a la represión a los ex trabajadores (la mayoría eran mujeres) de la empresa Confitalia. Para ello me trasladaré al 5 de abril de 2001. Quirino Delgado, asesor jurídico del todavía existente Sindicato Independiente de Trabajadores de Covarra-Rivetex (Sección Confitalia), promovió un movimiento de presión a las autoridades en turno a fin de lograr la toma de nota para dicha organización gremial por la Junta Local de Conciliación y Arbitraje. Los líderes del Sindicato concentraron a 600 trabajadores y trabajadoras de Confitalia sobre el Paseo Cuauhnáhuac, frente a Rivetex, provocando un grave bloqueo que afectó a miles de automovilistas. La acción alcanzó a todas las colonias del oriente de Cuernavaca y Jiutepec, y otras tantas ubicadas en la Delegación Miguel Hidalgo. Empero, aquella movilización surgió tras varios meses de oídos sordos por parte del gobierno estatal.
Después de infructuosas negociaciones, Sergio Estrada decidió el uso de la fuerza pública para desalojar a los manifestantes y “restablecer la normalidad”. Quien esto escribe permaneció alrededor de tres horas frente al bloqueo observando el desarrollo de los acontecimientos, hasta que el gobernador tomó la radical decisión, dizque fundamentado en los preceptos legales que lo facultan, entre ellos los artículos del Código Penal estatal que tipifican los delitos contra la seguridad y el normal funcionamiento de los medios de transporte y las vías de comunicación. Asumió los riesgos y costos que tal medida implicó, pero “no tuvo otra opción”. Después de que los policías golpearon salvajemente a hombres y mujeres, los personeros al servicio del gobierno estatal ordenaron que los vehículos pesados ahí varados arrancaran a toda velocidad, lo cual hicieron sin importarles que en los arroyos vehiculares todavía hubiera infinidad de manifestantes. Gracias a Dios no hubo ninguna pérdida humana, pero sí una brutal represión, como otras que se sucedieron durante aquel tormentoso sexenio.
Regresando a la realidad actual, pero disponiendo de dichos antecedentes, no hay mucho qué decir y comparar sobre lo ocurrido ayer en Huexca, poblado de Yecapixtla donde dos grupos sociales están en conflicto por la realización de un proyecto a cargo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Empero, lo menos que se difundió en la prensa nacional fue lo siguiente: “A tres semanas de tomar posesión, el gobernador de Morelos, Graco Ramírez, reprimió un movimiento campesino que ni su antecesor, Marco Adame, se atrevió a tocar. Mediante la intervención de 200 policías estatales, el gobierno estatal contuvo una protesta pacífica y mantiene cercada la comunidad de Huexca. Desde hace varios meses, los habitantes de Huexca mantienen un plantón para evitar que maquinaria pesada y cuadrillas de trabajadores ingresaran a un predio donde la Comisión Federal de Electricidad (CFE) pretende construir dos termoeléctricas como parte del Proyecto Integral Morelos (PIM). De acuerdo con habitantes de dicha localidad entrevistados vía telefónica, alrededor de las 10:00 de la mañana un convoy integrado por unas 20 camionetas de Policía Estatal llegó al plantón y arremetió contra los campesinos, principalmente mujeres, quienes fueron replegados hacia la comunidad a empellones”. Etcétera, etcétera. Mismas circunstancias, diferentes tiempos, un resultado sin heridos graves (gracias a Dios), pero pudo ser peor. Y luego vino el manejo de la propaganda negra (con su respectiva tergiversación) para justificar la intervención de la Policía Preventiva Estatal. No hay ninguna diferencia con lo registrado por nuestra historia. Ahora, frente a los “actos de autoridad”, vendrá la reacción social. Esperemos para ver y después diremos.
Finalmente una pregunta: ¿Conocen ustedes a Heidi Garrido González Aragón? Es pariente cercana del gobernador y funge como directora general de Adquisiciones del Gobierno del Estado. Entre otras cosas ha sido candidata a diputada local propietaria por el II distrito (Cuernavaca Oriente), y candidata a diputada plurinominal suplente por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en el proceso electoral de 2003. Su posición es comprensible dentro de lo que el politólogo Roderic Ai Camp denomina “personalismo” en el reclutamiento político mexicano. Se trata de un sistema donde las personalidades predominan sobre las ideologías, y la conducta sugiere ciertos patrones. El más conocido indica que el éxito político se logra mediante amigos y contactos. Son vitales la amistad y las relaciones familiares; y las oportunidades para ascender en el sistema están condicionadas por los vínculos creados en los años formativos de quienes integran las élites. Ojalá y me equivoque, pero se empieza a notar la dependencia de familiares, viejos y nuevos amigos para ocupar las posiciones de confianza. En fin.