2.- Al revisar rápidamente los puntos que Adorno descubrió y describió en la investigación sobre las personalidades autoritarias encontramos que son:
A) Presentan una adhesión rígida e irracional a los valores tradicionales.
B) Se comportan en forma sumisa frente a las autoridades.
C) Agresión evidente contra todos aquellos que, según ellos, irrespetan y violentan sus valores; esto recibe el nombre de agresión autoritaria.
D) Se plantean opuestos a todos los elementos que sean subjetivos, imaginativos y sentimentales. A esta característica, Adorno la llamó “intracepción”.
E) Sus percepciones son, casi siempre, fundamentadas en estereotipos y en supersticiones.
F) Seducen a todas las personas que, dentro de sus valores, son poderosas ya que el poder es realmente un aspecto muy importante en sus vidas.
G) Son, por lo general, destructivos y cínicos.
H) Siempre evalúan que el entorno es amenazante y que, por lo tanto, está lleno de peligros que atentan contra ellos.
I) Muestran una preocupación exagerada por todo lo que es sexual.
3.- Cuando se revisa el poder desde esta perspectiva, inferimos que determinadas sociedades, cuando se ven amenazadas por diferentes elementos (los extranjeros y la influencia que pueden trastornar su propia cultura y, sobre todo, la presencia de la tecnología que creen no poder alcanzar), generan la percepción y el sentimiento que puede apuntalar hacia el poder a una personalidad autoritaria; suponen que tales sujetos les dará el mínimo de seguridad, aunque se sometan a su autoritarismo. El punto H, descrito magistralmente por Adorno, nos sirve para recordar dos casos de personajes autoritarios en Morelos: “Siempre evalúan que el entorno es amenazante y que, por lo tanto, está lleno de peligros que atentan contra ellos”.
4.- Siendo gobernador de Morelos y a escasos días de ser sometido a juicio político por el Congreso local (esto ocurrió el 24 de octubre de 2004), Sergio Estrada Cajigal Ramírez participó el 20 de noviembre de aquel año en un encuentro nacional de estructuras del PAN, que tuvo como escenario una hacienda ubicada en Mazatepec supuestamente propiedad de Diego Salinas Novión, entonces director de Supervisión de Caminos y Puentes Federales, una de las piezas fundamentales en el caso de narcotráfico que encarceló al ex coordinador de la Policía Ministerial de Morelos, Agustín Montiel López. Ahí, en forma por demás sorpresiva, Estrada Cajigal denunció que el PRD buscaba afectarlo a través de su cuñado Gerardo Gómez Borbolla, a quién el gobierno del DF pretendía vincular con el narcotráfico. “Todo esto es porque no han logrado hacerme fracasar”, agregó. En aquella campaña de ataques dirigidos hacia Estrada Cajigal participó Graco Ramírez Garrido Abreu, actual gobernador de Morelos. Como era de esperarse, la denuncia de Estrada sobre un “complot” perredista inmediatamente fue rechazada por diversos dirigentes del partido del sol azteca. Sin embargo, tanto integrantes del sector político estatal, como analistas de distintos medios, coincidieron al señalar que el cuñado del gobernador siempre había contribuido a dañar la imagen del mandatario morelense.
5.- En agosto de 2011 se publicó el libro “México en Riesgo”, editado por Grijalbo y cuyo autor es Jorge Carrillo Olea, ex gobernador de Morelos, cuyo periodo comenzó en mayo de 1994, pero concluyó en el mismo mes de 1998 (dos años antes de cumplir el sexenio constitucional) debido a lo que él mismo consideró “una acción perversa” ordenada por el entonces presidente de la República, Ernesto Zedillo Ponce de León, pero instrumentada y operada de manera directa por Liébano Sáenz, su poderoso secretario particular. Carrillo añadió como parte del complot a otros personajes adscritos al principal círculo de colaboradores del otrora titular del Poder Ejecutivo Federal, entre quienes destacaban el procurador general de la República, Jorge Madrazo Cuéllar, y Graco Ramírez Garrido Abreu, hoy gobernador de Morelos. La parte concerniente a la defenestración del general contiene información de sobra conocida en Morelos. En un “mea culpa”, JCO admitió que el conflicto con Zedillo surgió “cuando la entidad experimentaba una situación negativa tocante a la seguridad pública, sobre todo por los constantes secuestros, un mal endémico del Estado, pero de ninguna manera era peor que el problema de los feminicidios en Ciudad Juárez, que ya para entonces se había convertido en un escándalo internacional. Tampoco era peor que la inseguridad en Sinaloa, con sus secuestros y ejecuciones, o en Baja California, donde el narcotráfico se había apoderado de las ciudades de Tijuana y Ensenada y donde también las ejecuciones eran algo cotidiano. A pesar de lo muy lamentable del caso, tampoco era más grave que la que se vive actualmente en Morelos”.
6.- Indicó Carrillo Olea que la problemática pudo ser combatida e inclusive resuelta con la colaboración del presidente Zedillo, pero no ocurrió así pues el “jefe de la nación”, por angas o mangas, le guardaba resentimiento. Para el distanciamiento prosperaron algunas intrigas. Lo anterior no es ningún secreto para determinados comunicadores sociales de Morelos. Lo importante para nosotros en esta ocasión es la “teoría del complot”. Y es así como llegamos a la actualidad.