Ya en la agonía del periodo, casi a las dos de la madrugada del 16 de los corrientes, en asuntos generales abordó la tribuna Juan Ángel Flores Bustamante, presidente de la Mesa Directiva. Mientras hablaba contra la Reforma Energética era interrumpido por la panista Amelia Marín Méndez desde su curul, hasta que el oriundo de Panchimalco (Jojutla) explotó y, dirigiéndose a ella, reveló que el 13 de diciembre, en ocasión de la fiesta navideña del Congreso local, llegó a la aberración de anotarse varios números de boletos en la parte interior de la muñeca, para beneficiar a sus allegados a la hora de la rifa.
2.- Cuando Juan Ángel terminó su participación, Amelia (la misma legisladora a quien el ex senador Adrián Rivera Pérez, andando hasta “las manitas”, le reclamó haber votado a favor de la Ley de Ingresos de Cuernavaca) levantó la mano con insistencia pidiendo la palabra, pero fue ignorada por el vicepresidente de la Mesa Directiva y compañero de bancada, Mario Arizmendi Santaolaya, teniendo que esperar a que hablaran primero Fernando Guadarrama Figueroa, David Martínez Martínez, Jordi Messeguer Gally, Alfonso Miranda Gallegos y Héctor Salazar Porcayo, todos de izquierda, todos con dureza en contra de la Reforma Energética y todos con línea ex profeso de un gobierno al que le urge quitarse el tatuaje pro priísta. Luego de que Antonio Rodríguez fijara la postura sobre la Reforma como único orador de los tricolores, finalmente Amelia Marín pudo abordar la tribuna y, para sorpresa de los asistentes, pero en particular de los numerosos corresponsales de medios nacionales que estaban presentes esperando alguna referencia al importante tema de la Energética, sólo se refirió a Flores Bustamante, a quien le exigió probar su acusación; le dijo que la atacaba más bien por un asunto “hormonal”, lo señaló por ser quien lleva los “chismes” entre unos y otros diputados y hasta habló en forma peyorativa de su vida particular. Ese es el nivel del debate en el Congreso, mientras Morelos hierve de problemas serios y urgentes de atender.
3.- A propósito de la clausura del periodo de sesiones del Congreso, llama la atención que los congresistas se fueron a sus largas vacaciones mostrando una vez más que viven en una realidad alterna donde todo es color de rosa (oh, milagros de la nueva visión que son capaces de aprobar presupuestos por unanimidad), pues siendo como son los representantes populares y teniendo en su palacio la más alta tribuna estatal donde debieran encontrar eco todas las preocupaciones de los morelenses, resulta que ninguno de los 30 legisladores hizo la más mínima referencia a la ejecución del morelense Edgar Tamayo Arias, programada para el 22 de enero en Texas, y que ha motivado la intervención por medio de peticiones de clemencia al gobernador de aquel estado gringo, Richard Perry, por parte del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerri, y del gobernador de Morelos, Graco Ramírez Garrido Abreu, quien muestra que él sí tiene una visión que rebasa las fronteras de Morelos y no es producto sólo de la política ratonera que priva en la tierra de Zapata.
4.- El tema preocupa en Estados Unidos, en México y en Morelos, y tiene tensa no sólo a la familia de Tamayo Arias, sino a toda la población de Miacatlán. Es así como uno se pregunta si no les correspondía emitir algún pronunciamiento para que esos morelenses no sintieran que el Congreso los deja solos, por ejemplo al diputado presidente de la Comisión de Migración, Humberto Segura Guerrero; al presidente de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, Matías Nazario Morales; al diputado del VIII Distrito, Juan Carlos Rivera Hernández o a los presidentes de la Junta Política y la Mesa Directiva, Isaac Pimentel Rivas y Juan Ángel Flores Bustamante. Lo que es carecer de sensibilidad, y de interés.
5.- El viernes concluyó el plazo legal para el pago del aguinaldo, pero será en enero cuando este tema haga crisis en unos 15 ayuntamientos cuyas finanzas a la primera quincena de diciembre no les permitían cumplir con esta prestación. El gobierno estatal salió en auxilio de los ayuntamientos el año anterior, facilitándoles préstamos que sumaron 600 millones de pesos y que aún no terminan de pagar, pero este año la historia del apoyo no pudo repetirse, mientras que el Congreso local no cubrió las expectativas de los municipios en cuanto a darles los salvavidas en forma de autorizaciones para refinanciamientos o contratación de nuevos créditos. De hecho, el Congreso viene arrastrando desde mayo las peticiones de los municipios, que se dieron primero a través del llamado Pacto Hacendario, en bloque con la solicitud del gobierno estatal, que terminó yendo solo para obtener créditos por dos mil 800 millones de pesos. Pero los ayuntamientos no han logrado nada con los diputados en este terreno. La noche del domingo 15 de diciembre, cuando se clausuraron los trabajos del periodo legislativo, estaban listos para ser aprobados los créditos de un par de municipios, pero a fin de cuentas ni esos lograron concretarse. Lo más que hicieron los diputados por las comunas fue lanzar un exhorto propuesto por el legislador David Rosas Hernández, llamando a los ayuntamientos para cumplir con el pago de aguinaldo, pero no les dieron con qué. Un exhorto, ya se ha dicho, es como un llamado a misa. Veremos si en 2014 el Congreso hace algo para paliar las crisis económicas municipales.
6.- Conclusión: exceptuando honrosas excepciones (se cuentan con los dedos de una mano), la mayoría de quienes integran la 52 legislatura morelense proyecta los defectos que, según el escrutinio público, caracterizan a los diputados adscritos a cualquier congreso de este país, ya sea estatal o federal: holgazanes, conflictivos y carentes de propuestas legislativas. Todo ello a pesar de que algunos de esos “representantes sociales” arribaron al Congreso local con una mano adelante y otra atrás, a fin de enriquecerse a costa del erario. Cada uno de los 30 diputados de Morelos recibe 64 mil pesos como “dieta” (o sueldo) y otro tanto igual de prerrogativas dizque destinadas a la gestoría social, independientemente de que disponen de varios asesores (el que menos gana cobra 15 mil pesos mensuales), seguro de gastos médicos mayores, lujosos automóviles, teléfonos celulares a cargo del erario, viáticos para peaje y comidas y, respecto al caso de quienes se sienten galanes, hermosas edecanes y “asistentes”. Decía Clavillazo: “Pura vida…”