Recuerden ustedes que el operativo de los marinos se llevó a cabo en un conocido condominio situado cerca de la colonia Lomas de la Selva, en nuestra capital, el 16 de diciembre de 2009. Por todo lo ocurrido en Morelos a partir de entonces podríamos considerar aquel espinoso asunto como un parteaguas histórico a nivel local. Pero el tema generó el desgarramiento de vestiduras entre una clase política donde lo mismo pululan los novatos que expertos en acciones discrecionales provenientes de décadas de impunidad. Nadie en su sano juicio y con honesta memoria desconoce que algunas vertientes del crimen organizado prevalecieron en Morelos desde hace décadas bajo el cobijo de las instituciones públicas, priístas y panistas. El escenario actual es resultado de muchísimas acciones y omisiones, con protagonistas de cualquier sello partidista.
2.- Posteriormente a los hechos del 16 de diciembre de 2009 escuchamos, como una moda, muchas expresiones de simulación. Algunas de ellas tenían relación con la posibilidad de que nuestros ínclitos políticos se sometieran a exámenes de control y confianza al igual que quienes acuden por mandato legal a practicárselos en el Instituto de Capacitación, Evaluación y Profesionalización dependiente del Secretariado Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública. Quien esto escribe sigue esperando que aquello se cumpla, dentro de un contexto donde los sujetos del sector público (exceptuando los policías y mandos administrativos de las corporaciones) no están obligados a hacerlo. Continuamos como Santo Tomás diciendo “hasta no ver, no creer”. Sin embargo, el asunto recobró vigencia luego del contubernio que durante muchos años existió entre políticos guerrerenses y el crimen organizado. Los lamentables sucesos acaecidos en Iguala el 26 de septiembre, cuando por órdenes de la pareja imperial de Iguala fueron asesinadas seis personas y desaparecidos 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, volvieron a servir como parteaguas histórico… para nuevos escenarios de simulación.
3.- Los políticos de todos los partidos se desgarran las vestiduras como si no los conociéramos. La nueva disputa del Poder Ejecutivo con el Legislativo de Morelos se inserta en lo mismo. Empero, ninguno de los principales protagonistas de uno y otro bando se escapa. Todos tienen cola. Una vez más asistimos al mismo montaje, con los personajes de siempre, adscritos a una clase política hipócrita y proclive, insisto, a la corrupción. Y es aquí donde deseo recordar lo que escribí el 16 de abril de 2006 haciendo referencia al investigador y pensador uruguayo Oscar Bottinelli, conferencista sobre ciencias políticas en varias universidades latinoamericanas, quien establece gráficamente lo que es la vida pública y privada de nuestros funcionarios, políticos, politiqueros, politiquillos y politicastros sin concederles ninguna hipocresía. Sus reflexiones son importantes para nosotros en los actuales momentos de ebullición preelectoral y antes de decidir por quién votar el 7 de junio de 2015.
4.- Dicho personaje se refiere a la vida pública y la vida privada de los políticos: “Los hombres públicos, las personas que actúan en el plano público, ¿por esa circunstancia carecen de vida privada? Esa vida privada ¿es parte de la vida pública, o hay determinada separación entre ambas, y en ese caso cuál es y dónde están los límites? Tiende a considerarse que los dirigentes políticos son aprobados o desaprobados por lo que hacen con su vida pública, por cómo actúan, cuál es su ética en función de lo público, y no por lo que hacen en su vida privada. No hemos tenido escándalos porque tengan una vida privada más o menos recatada, más o menos apegada a determinadas cosas (…) Llegamos al momento de que nuestros funcionarios y políticos sean juzgados como si estuvieran en una pecera. Es decir: deben estar conscientes de que se encuentran entre paredes de cristal y carecen de toda posibilidad de privacidad: todo lo que hace un político y su familia es parte de la vida pública”. Más claro ni el agua. Pero faltan los controles legales para evitar otro Iguala… y otro Morelos, pues aquí no hemos cantado mal las rancheras respecto al contubernio de hombres y mujeres del sector público con el crimen organizado. Varios diputados locales se desgarran las vestiduras por la balconeada que les puso Milenio Diario, pero son de sobra conocidos en nuestra entidad.
5.- Cambiemos de frecuencia. La incidencia delictiva no les ha parecido suficiente a muchos actores políticos para impulsar un acuerdo en el que concursen los poderes públicos y los partidos políticos a favor de la sociedad, a pesar de las numerosas quejas ciudadanos en los dos años que lleva la actual administración gubernamental, y a pesar de que lo han sugerido desde el Congreso algunos legisladores, como el priísta Matías Nazario, presidente de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, y el perredista Juan Ángel Flores Bustamante, dedicado hoy al trabajo de su próxima candidatura pero quien en el último bienio ocupó los dos mayores cargos del Poder Legislativo, que son las presidencias de la Mesa Directiva y de la Junta Política. Sin embargo, el PRD se dice dispuesto ahora sí, con su flamante dirigencia a cargo de José Luis Correa, a promover un pacto que evite la filtración del hampa en los comicios y para establecer medidas de combate a la corrupción, lo que se pondrá a debate apenas se reactiven los diálogos entre el gobierno estatal y los partidos para enfrentar el proceso electoral que ya está en marcha.
6.- El de la seguridad fue el tema que motivó una reunión de carácter nacional celebrada ayer en la UAEM. Entre los ponentes acudió Alicia Vázquez Luna, quien ocupó la titularidad de la entonces Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Morelos en los primeros 15 meses del gobierno graquista. Fue una reaparición que causó revuelo porque la abogada resultó polémica en su gestión y porque el tema de la seguridad está en el centro del debate local, pero además debido a que hoy todo lo que ocurre y deja de ocurrir es sospechoso de estar relacionado con las elecciones - ¿Se imaginan a Vázquez Luna de diputada? A la universidad llegaron también normalistas de Ayotzinapa que ayer cruzaron Cuernavaca en su camino rumbo a la ciudad de México, donde para el domingo se contempla una gran movilización para exigir la presentación con vida de los 43 estudiantes desaparecidos en los hechos del 26 de septiembre en Iguala. Sobre este caso los católicos celebraron una misa en la Catedral de la Diócesis de Cuernavaca en la noche del miércoles, donde el obispo Ramón Castro oró por los desaparecidos, entre ellos el morelense José Luis Luna Torres.
Punto y Aparte
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Los políticos y la hipocresía
Nuevos acuerdos y montajes
1.- Tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva (alias “El Barbas”), jefe del cártel que operó en Morelos durante un tiempo indeterminado, pero cuya gestación y desarrollo ocurrió entre 2000 y 2006, trascendió extraoficialmente que antes de ser abatido por la Marina Armada de México se comunicó vía celular con un otrora diputado morelense a quien llamaremos “X”.
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