Pero cuando los tres órdenes gubernamentales buscan consolidar nuevos proyectos, de inmediato surgen voces y acciones contrarias. Con ironía le he cambiado el nombre a Morelos por el de “Norelos”, pues abundan los politiqueros que sistemáticamente se oponen a todo. La capital y otras regiones requieren con extrema urgencia nueva infraestructura para mejorar nuestra competitividad frente al resto de la República. Sin embargo, cuando hay avances surge el sabotaje político con el objetivo de destruir al contrario, a veces mediante el “fuego amigo”. Lo partidario aparece siempre. Tocante al caso de la capital morelense la última gran etapa de mantenimiento a la infraestructura local estuvo a cargo de Sergio Estrada Cajigal siendo presidente municipal durante el trienio 1997-2000. Desde entonces todos sus relevos se conformaron con pinceladas de remozamiento sin resolver los cada vez más evidentes rezagos urbanos.
2.- ¿Qué ha causado la decadencia de Cuernavaca? No responderé yo sino un excelente artículo que encontré en internet y que ustedes pueden leer en la dirección http://www.ehowenespanol.com/evitar-decadencia-urbana-como_47735/, cuyo título es “¿Qué causa la decadencia urbana?”, escrito originalmente en inglés por algún contribuyente anónimo en el portal denominado “eHow en Español”. La traducción se atribuye a Andrés Marino Ruiz. Por razones de espacio solo retomaré un párrafo, que nos ayuda a entender la descomposición de Cuernavaca en determinados niveles. Transcribo: “La decadencia urbana sucede cuando parte de una ciudad cae en deterioro o abandono. Las características del decaimiento incluyen altas tasas de desempleo, elevados índices delictivos, despoblación, paisajes desolados, edificios abandonados y familias separadas. La decadencia urbana no es por una sola causa sino por la combinación de varias, incluyendo urbanización precaria, pobreza, suburbanización y discriminación racial”. ¿Algún parecido con Cuernavaca?
3.- Esto lo escribo yo: la urbanización pobre incluye el florecimiento de nuevos asentamientos humanos en condiciones de precarismo. Casi siempre se trata de colonias irregulares cuyos moradores no disponen de servicios públicos. Y esa misma gente consigue empleo precarista en el mercado laboral. Si algo caracteriza a Cuernavaca es la existencia de muchos sectores informales posesionados hoy del espacio público para sus actividades económicas ilegales. Generaron lo que he identificado como “zonas de tolerancia” o “zonas de excepción”. Así podemos constatarlo en el Centro Histórico, en el mercado “Adolfo López Mateos” y en la colonia “Patios de la Estación”, por citar tres prototipos del grave rezago cuernavacense. Y ni qué decir sobre lo que acontece en todos los barrios y poblados. Etcétera. Es así como deseo formular el siguiente planteamiento: ¿Alguien gana con lo ocurrido el sábado en el primer cuadro de la ciudad, donde surgió la violencia entre dos bandos frente al inicio de la anunciada remodelación de varias calles del Centro Histórico? Me parece que nadie gana, pero sí pierden quienes subsisten de las actividades económicas de la zona, caracterizada por la decadencia. ¿Faltó socializar el proyecto? Tal vez, pero quienes aparecieron como los protagonistas del sabotaje sabatino son los advenedizos de siempre, beneficiados con las canonjías que en distintas épocas consiguieron al postrar de rodillas a los gobernadores en turno. A las pruebas me remito. Son de sobra conocidos y alguien tenía que frenarlos. Luego seguimos con el tema.
4.- Los permisionarios del transporte colectivo tratan de incrementar su presencia en conflictos sociales para presionar la resolución a su favor de casos como la aprobación de una nueva tarifa mínima de ese servicio. Eso se aprecia al menos con el papel activo que tomaron en cuanto al proyecto de remodelación que el gobierno estatal realizará en el Centro Histórico, en el que agrupaciones como la Federación Auténtica del Transporte trata de convertirse en un actor importante. A la par de esta mayor actividad de los dirigentes de ruteros, sobresalen en el escenario estatal las protestas de organizaciones estudiantiles disidentes que se oponen a un posible tarifazo, como es el caso del Frente Universitario Ciudad de la Esperanza, que con razón argumenta que la economía de los morelenses no está como darle una puñalada elevando el precio del pasaje. La polémica por el ajuste tarifario ha bajado de nivel a pesar de todo, pero no el riesgo de que tal aumento se concrete. Sin embargo, el gobernador Graco Ramírez anunció ayer que no habrá ningún incremento tarifario, mientras persista la decadencia del servicio. Sopas.
5.- En la medida en que los asuntos de orden político electoral han ganado terreno en la atención de los morelenses, hay otros que han pasado a segundo plano y pareciera que se irán al olvido, pero eso no ocurre al menos con las solicitudes de desafuero presentadas al Congreso por el fiscal Rodrigo Dorantes y en contra de los diputados Manuel Martínez Garrigós y Alfonso Miranda Gallegos. Como se sabe, la Junta Política determinó que proceden los juicios y éstos se encuentran en el terreno de la Comisión de Gobernación y Gran Jurado, que no ha terminado de notificar a los señalados, por lo que el proceso cada vez se alarga más, todo en función de que los legisladores tienen derechos que deben ser respetados. A como van las cosas y con el concurso de otros elementos como la recomendación emitida por la CDHEM contra autoridades que habrían violentado la presunción de inocencia de Miranda Gallegos, en el Congreso se presume que los casos podrían prolongarse al menos por otros dos o tres meses. A ver.
6.- En el vecino estado de Guerrero, pese a la alta conflictividad social que desde aquí se percibe, y a las agresiones que las autoridades de distintos niveles sufren un día sí y otro también, el Congreso –que apedrean con frecuencia- sigue trabajando y la semana anterior le dio luz verde a una nueva Ley de Escuela para Padres, con la que ahora tendrán la oportunidad de capacitarse para cuidar, disciplinar e instruir de manera adecuada a sus hijos, y contribuir a evitar la violencia y desintegración familiar. El propósito del ordenamiento es sentar las bases de una cultura para una buena formación de los hijos, basándose en los valores y respeto hacia las personas, pues actualmente las familias guerrerenses viven tiempos difíciles, porque enfrentan problemas de carácter social, económico y particularmente por la ausencia de valores, ocasionando la desintegración familiar. Así como en Morelos nos hemos encontrado casos de legisladores que plagian documentos legislativos de otras entidades y hasta de otros países, me parece que sería oportuno que nuestros ínclitos diputados revisaran la nueva ley citada para considerar su adecuación a la realidad de Morelos.