Transcribo: “Con mucha calma leí del numeral 1 al 7, y debo reconocer su nivel de información e interés por alimentarse en esos portales de internet sobre diferentes temas. Sin embargo, opino que nosotros, la sociedad o el pueblo, deberíamos tener conciencia o conocimiento respecto a hechos históricos con fundamentos legales y constitucionales, para que en forma organizada hagamos referencia al punto número 4 (de la misma columna), para exponerlo a todos los candidatos, desde Presidente de la República, Gobernadores, Diputados Federales y Locales, y Presidentes municipales (respeto las mayúsculas)”. Debo precisar que el numeral 4 no aludía al artículo de dicho experto uruguayo, sino a la implementación del alcoholímetro en Morelos a raíz de una iniciativa enviada por el Ejecutivo al Congreso local, misma que fue aprobada y deberá regir a partir de agosto venidero. Añade el lector Rosendo Robles: “Pero tristemente, la gran mafia en que se encuentran convertidos todos los partidos políticos se encargó de mediatizar, idiotizar, amedrentar, asesinar y corromper al pueblo de México, a través de las telenovelas, el futbol, el alcohol y las drogas. Yo preguntaría: ¿Cuánta gente del pueblo conoce su Constitución o la palabra democracia? Esto lo hago al sacar mis propias conclusiones de su tan enriquecido artículo, donde nos pide por favor opinar. Y me doy a la tarea también de consultar el portal de internet ‘Maquiavelo & Freud. Psicología política para campañas electorales’”. Muchas gracias a nuestro gentil lector.
2.- Cambiemos de frecuencia. El diputado Carlos de la Rosa llegó al cargo a la sombra de las izquierdas y navegó durante casi 32 meses en las redituables aguas del Congreso amparado por el Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática. Ayer concretó su renuncia a la bancada amarilla, luego de que el fin de semana trascendió que lo haría para pasar a convertirse en diputado independiente pero, a la vez, en un apoyador de la campaña de la priísta Maricela Velázquez, a quien respaldan también el Partido Verde y Nueva Alianza. De la Rosa intentó presentar su renuncia al PRD por la mañana de ayer, antes de ofrecer la conferencia de prensa convocada para ese tema, pero encontró cerradas las oficinas a cargo de Rodrigo Gayosso, cuyo partido desestima la importancia de la defección del abogado De la Rosa y la explica en la frustración que le ocasionó no haber obtenido la nominación como candidato a diputado federal por el PRD, de manos del grupo político que controla al gobierno estatal, del cual ahora se dice decepcionado. Recuerden ustedes, amables lectores, lo que escribí en la columna de ayer: “Durante la semana anterior observamos a los nuevos tránsfugas de la política morelense. El actual proceso electoral les ofrece la oportunidad para volver a incrustarse en la ubre pública. Y podrán externar infinidad de argumentos en aras de justificar su proceder, pero quienes decidieron abandonar las filas de un partido e incorporarse a otro, o respaldar a candidatos que antes fueron sus opositores, revelan gran frustración por no haber sido escogidos como candidatos a algún cargo de elección popular y los proyecta como tránsfugas. Esa es su verdadera esencia”.
3.- Sin embargo, más allá de la felonía política implícita, la salida de Carlos de la Rosa debería preocupar al PRD porque en su afán de convertirse en candidato trabajó al menos durante el último bienio a grupos ciudadanos que serían la base de su propósito de ganar el primer distrito electoral federal. Empero, en la bancada perredista no prende luces rojas la renuncia del ex presidente de la Barra de Abogados de Morelos debido a que en los últimos meses el número de sus integrantes creció con la llegada de Joaquín Carpintero Salazar y Manuel Agüero Tovar, pero también por el aumento de diputado en la bancada de Nueva Alianza, que ha sido su aliada en toda la legislatura; de tal suerte que si antes los perredistas disponían del voto de Erika Hernández Gordillo, hoy cuentan además con los de Ángel García Yáñez y Moisés Armenta Vega. Los amarillos perdieron a Arturo Flores Solorio, que de ser su coordinador pasó a ser, en pocos días, candidato de Morena, pero tienen el compromiso de éste de votar en bloque con ellos. Además, no hay en el frente legislativo grandes pendientes que puedan preocupar al grupo parlamentario del PRD que está cargo de María Teresa Domínguez Rivera. A final de cuentas, al menos de aquí hasta pasadas las votaciones del 7 de junio, lo que importan son las elecciones.
4.- Con el abogado Juan Juárez Rivas a la cabeza, comerciantes y prestadores de servicios del primer cuadro de la ciudad no quitan el dedo del renglón en cuanto a su exigencia de que el gobierno estatal les dé a conocer el proyecto ejecutivo de la remodelación integral que pretende llevar a cabo en esa zona, la cual ya se ejecutó en un tramo de la Glorieta del Porfirio Díaz y se realiza actualmente en la calle de Guerrero, tras haber iniciado a trompicones. El tema viene a cuento porque en ese interés de conocer qué se trae entre manos la autoridad estatal, los interesados han recurrido al Congreso estatal y esperan que en breve los diputados se pronuncien llamando al gobierno a darles una respuesta, aunque eso parece un acto verdaderamente desesperado debido a que los propios diputados, como el caso de Jordi Messeguer, han calificado a los exhortos de los congresistas como “llamados a misa” a los que ignoran la mayoría de aquellos a quienes están dirigidos. Los exhortos, que muchísimo dinero le cuestan a la ciudadanía, no tienen calidad vinculatoria.
5.- La voluntad de los ciudadanos tiende a resolverse en procesos electorales donde la experiencia de los gobernantes adquiere un valor relevante a la hora de tomar decisiones a favor de uno u otro candidato, partido o programa. Las elecciones significan no sólo el método por excelencia para que la democracia funcione con cierta estabilidad, sino también la posibilidad de que la sociedad civil cambie o recicle con cierta regularidad a los actores fundamentales de la sociedad política. Sin embargo, cada tres años surge el riesgo de que a los cargos de representación popular lleguen los menos aptos o los más mentirosos e incumplidos. Durante las campañas preelectorales los candidatos partidistas prometen cuestiones inalcanzables, como ya lo estamos percibiendo, en el afán de propiciar el voto emocional de los ciudadanos, pero conforme transcurren sus respectivas gestiones se olvidan de los segmentos sociales que dicen representar e incurren en acciones y omisiones debidamente tipificadas como delitos en varias leyes, entre ellas la de Responsabilidades de los Servidores Públicos, la cual es letra muerta, pues casi todos los funcionarios administrativos o de elección popular resultan un verdadero fraude. Se reciben sus opiniones.