Vera Jiménez señaló con insistencia ante la prensa, que la universidad no puede permanecer pasiva ante este embate de los diputados, y de la administración estatal en su conjunto, por ponerle una mordaza a la institución e intervenir en su vida violando la autonomía universitaria. Expuso que si se permite esta intromisión del Congreso, más adelante la UAEM se enfrentaría al absurdo de que agentes externos estuvieran nombrando o pidiendo la renuncia del rector, supervisando o calificando las asistencias y el desempeño de su personal de academia o tomando decisiones en cualquier área. Reiteró que la universidad es autónoma respecto de los tres poderes del Estado y no puede sujetarse a los designios de una administración. Completamente de acuerdo con el funcionario universitario en lo concerniente a las designaciones que derivan de las perversas negociaciones efectuadas al margen de la sociedad por los grupos parlamentarios integrantes del Poder Legislativo morelense. Las hemerotecas están repletas de sus pifias y decisiones asumidas bajo matices partidistas.
2.- Y el Congreso reculó. Como resultado de la toma del Palacio Legislativo por parte del rector Alejandro Vera y miembros de la comunidad universitaria, los diputados morelenses aprobaron durante la sesión de ayer un nuevo dictamen sobre el Sistema Estatal Anticorrupción, que sustituye al que votaron el 1 de julio pasado y que elimina la facultad del Poder Legislativo de designar al titular del órgano de control interno de la UAEM, es decir el punto por el que los universitarios acusaban la violación a su autonomía. Tras de que el rector y un grupo de docentes y estudiantes pernoctaron en el salón de Plenos, del que se posesionaron a mediodía del lunes, a los diputados no les tomó más unos 20 minutos de la sesión de ayer echar abajo su anterior decisión, aprobando un nuevo dictamen que corrige su dislate y que será enviado al Constituyente Permanente con la consigna de que es éste el que deben someter a la consideración de los miembros del cabildo, y no el resultante de la sesión de la semana pasada.
3.- En la discusión del nuevo dictamen, el panista Javier Bolaños y el perredista Juan Ángel Flores dejaron en claro que nunca hubo intención del Congreso de violar la autonomía universitaria, mientras que el independiente y protagónico Carlos de la Rosa festinó que se corrigiera el rumbo y votó a favor, pero reiteró su opinión en cuanto a que el Sistema Estatal Anticorrupción es aprobado por los legisladores con premura, lo que coloquialmente se conoce como “al vapor”. Desde luego, quienes de manera mayoritaria asumieron el miércoles de la semana anterior un compromiso bastante definido alrededor del multicitado y vapuleado Sistema, ayer se mostraron distintos, ocultando el rostro y con un discurso diametralmente opuesto. El mismo Bolaños se insertó en ese contexto, porque no le quedó de otra. Qué vergüenza. En cuanto a De la Rosa Segura es comprensible su frenético activismo de tiempos recientes, una vez que se despidió de la bancada perredista para declararse diputado independiente, lo cual se originó por no haber sido designado candidato del PRD a diputado federal por el primer distrito. Antes de su alejamiento, el ex barrista permaneció apoltronado, sin chistar nada durante 32 largos meses. Y en el sistema político mexicano se perdona todo: desde ser ladrón hasta proxeneta, pero no el ser chaquetero.
4.- Es importante recordar la siguiente expresión de Don Lauro Ortega: “Unen más los odios que las pasiones”. Quise rememorar lo anterior, gentiles lectores, porque el efímero pero histórico movimiento universitario concentró alrededor del rector Alejandro Vera Jiménez a ciertos personajes que mantienen abiertos sus frentes de batalla en contra del Poder Ejecutivo. Entre ellos hay quienes anhelan ver al gobernador Graco Ramírez sentado en el banquillo de los acusados, tal como lo estuvo en octubre de 2004 el entonces gobernador Sergio Estrada Cajigal cuando el Congreso morelense le instauró juicio político. Empero, la continua presencia de esos actores políticos, sobre todo en ámbitos legislativos, indica que los respectivos conflictos siguen latentes sin ser resueltos por la Secretaría de Gobierno a cargo de Matías Quiroz Medina. Varios de esos protagonistas tienen relación con la obra del gasoducto y termoeléctrica de Huexca y la ampliación del Paso Exprés. Otros más, desde el sector transporteril, han pretendido conseguir nuevas concesiones de rutas y taxis sin recibir respuesta de la Secretaría de Movilidad y Transporte. Etcétera.
5.- Y con respecto al tema del alumbrado público de Cuernavaca, ayer reapareció el cadáver político del ex diputado perredista Gabriel Rivas Ríos. Durante más de un año se mantuvo vigente con su movimiento de oposición a diversos cobros municipales y eso le permitió hacerse de una candidatura para las votaciones del pasado 7 de junio, pero perdió. El también ex militante del Partido del Trabajo y ahora miembro de Morena, reapareció la víspera con su ya conocido grupo de seguidores que en número de unos 200 acudió al Congreso para solicitar que los diputados los escuchen en su postura de oposición a que sea concesionado el servicio de alumbrado público en Cuernavaca, como ya lo aprobó el cabildo capitalino que ahora ha solicitado la autorización del Congreso morelense para entregar el servicio al consorcio regiomontano NL Technologies y comprometer hasta por 20 años las ya de por sí menguadas participaciones federales. La respuesta que obtuvo Rivas Ríos del Poder Legislativo fue que los legisladores estaban dedicados a resolver la evidente crisis que tenían con los universitarios, quienes estaban posesionados del salón de Plenos, y que tuviera a bien volver después. El rijoso Gabriel aceptó retirarse pero anunció que volverá el martes siguiente armado con huevos y jitomates para lanzarlos contra el Congreso si es que no lo quieren atender. A ver.
6.- En distinto orden de ideas comentaré que ayer terminó la escuelita, o mejor dicho el curso de inducción organizado por el PRI-Morelos y dirigido a sus diputados locales electos. El acto fue presidido por el dirigente estatal Rodolfo Becerril Straffon. Para este segundo curso fue invitada la senadora Lisbeth Hernández Lecona, quien de actividad parlamentaria y el derecho respectivo no sabía nada hasta que el CEN del PRI (la Segob, pues) bajó a Paco Moreno de la candidatura senatorial en 2012 y la subió a ella por recomendación de Amado Orihuela Trejo y Omar Guerra. Es decir: Hernández Lecona se sacó la lotería. Sin embargo, ayer compartió su experiencia en temas como los procesos parlamentarios, el protocolo, la información pública, etcétera. Javier Malpica, “ex” de muchas cosas en Morelos, también participó. Y por el lado de los legisladores electos acudieron el ya citado Paco Moreno, Leticia Beltrán Caballero, Mario Chávez, Aristeo Rodríguez y Alberto Martínez.