Entre muchos otros beneficios que a lo largo de años de trabajo en las estructuras educativas estatales han obtenido se encuentra el denominado “bono decembrino”, que de acuerdo a convenios añejos, es un apoyo permanente, pero en ésta última ministración, se les colocó una especie de candado, que es el origen y motivo de la molestia.
Son mil 800 agremiados los que el pasado 15 de los corrientes tuvieron una asamblea general en la que decidieron no recibir el cheque por dicho concepto, porque trae una leyenda que advierte que “la entrega de este bono será por única ocasión”.
Silvia Gámez Iriarte, líder de la sección D-IV-I, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) Sección 19, encabezó el encuentro, en el que la decisión fue rechazar la entrega del bono, por la intención de pretender despojarlos de ello en lo sucesivo.
No sólo ellos han tenido que enfrentar una serie de irregularidades en materia de pago y prestaciones nominales, es algo que también los trabajadores activos padecen de manera cotidiana y que ha sido motivo de reacciones en masa de los docentes.
Lo que se aprecia es que en el IEBEM no se ha logrado superar el descontrol administrativo y burocrático, hay errores garrafales en cualquier trámite que se desee realizar, el personal es poco atento y a decir verdad, muchos no tienen vocación para el servicio público y actúan con amplio desprecio ante sus propios compañeros, porque todos forman parte del instituto.
Bueno, nos tocó observar cómo, en la aportación de requisitos a fin de dar de alta a ganadores de nuevas plazas, hay que entregar tres o cuatro veces un mismo documento, porque con absoluta falta de respeto, cuando llegan al otro día, quien le atendió le saldrá con que los documentos se perdieron.
Y no hay nada que se pueda hacer, porque la posición es de jefes, no hay a quien reclamarle, lo más sensato, para evitar reprimendas, es volver con el mismo documento las veces que sea necesario, pero así de graves siguen las cosas ahí.
Por eso, en lo relacionado al cumplimiento de obligaciones económicas del IEBEM con los maestros hay una serie de inconsistencias que parecieran llevar la clara finalidad de lucrar con el dinero que no les corresponde, porque pertenece a quienes, con su trabajo en las aulas se lo han ganado.
Pues la historia se repite constantemente y ahora los docentes jubilados advierten que van a dar la lucha, porque el bono decembrino es un logro de luchas de muchos años y nadie tiene derecho a cancelarlo. Igual y sólo fue un intento de madruguete, es decir, si no se dan cuenta, se las cuadran y ya cuando reaccionaran, podría ser tarde, pero no están tratando con tontos, son profesores que saben y conocen sus derechos.
PRECIOS Y SERVICIOS ¿QUIÉN PONE ORDEN?
En otro asunto, de un tiempo a la fecha, la sociedad es víctima de toda clase de abusos en la prestación de servicios y en la mayor parte del costo de los insumos que necesita diariamente, porque las instancias gubernamentales que se supone, tienen la responsabilidad de mantener el orden en ese sentido, se olvidaron de ello.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) es algo así como un “elefante blanco”, una figura de decoración que no controla a nadie y que ha generado las condiciones para que se comentan toda clase de abusos. Hacemos referencia al tema porque el presidente de la Cámara Nacional del Comercio en Pequeño (Canacope), José Salgado Patiño, ha demandado de las instancias competentes poner más empeño en el trabajo de inspección y supervisión a las empresas distribuidoras de combustible, porque se presume de serias irregularidades.
Es un rubro que se presta a todo tipo de arbitrariedades ante los consumidores. Entre otros conceptos, mucho se habla de la entrega incompleta del producto, pero además, los envases en un alto grado, son ya obsoletos y representan incluso un riesgo para los usuarios.
La distribución de combustibles en todas sus formas es un muy buen negocio.
Claro, hay aquellas empresas que buscan cumplir con las normas, pero en lo general es un ámbito en el que existe ausencia de controles y de vigilancia, no obstante que hay instancias oficiales con la obligación de garantizar una prestación del servicio seguro y completo.
Y por lo expuesto de parte de Canacope, fue incluso necesario buscar el apoyo de esa organización a nivel nacional a fin de poder llegar a los mandos superiores de la Profeco, para solicitarles que en el caso muy particular de Morelos, se ordene a su delegación iniciar una inspección.
La petición no está mal, pero el abuso se da hoy día casi en todos los rubros del comercio, porque todo indica que la supervisión oficial es casi nula o en su caso, quien la desarrolla se presta a todo tipo de componendas.