La verdad es que de unos años a la fecha se ha venido generando un descuido casi en todos los órdenes, porque la mayoría de los ayuntamientos no cumplen con sus respectivas competencias y existe un rezago creciente en satisfactores que obedece a insuficiencia presupuestal, falta de capacidad de las alcaldías o a consecuencia de actos de corrupción, a partir de la desviación de dinero público para beneficiar a quienes manejan el poder público municipal.
Estamos ya en el segundo año de ejercicio de los presidentes municipales y se aprecian inconsistencias bastante preocupantes en el caso de algunos ediles, hay decepción de los gobernados en buena parte del territorio estatal, porque las expectativas de cumplimiento de la autoridad y sobre todo de la oferta electoral se diluyen.
Huitzilac, con Antonio Cruz García, es uno de los ayuntamientos que viene siendo objeto de toda clase de críticas, porque la inseguridad crece de manera exponencial, mientras las instancias “competentes” simulan trabajo y muestran señales de complicidad con los maleantes.
La comunidad de Tres Marías se convierte en tierra de nadie, los planteles escolares de educación básica, preescolar, primaria y secundaria han sido víctimas de atracos recurrentes de dos o tres meses a la fecha y ni la autoridad municipal, menos la Fiscalía General de Justicia, hacen nada por atrapar a los malhechores.
Ahí las cosas están muy mal, las instancias locales están rebasadas y se aprecia una penosa simulación de los funcionarios públicos, lo que lleva a considerar que en la justa electoral en puerta volverán a apostarle a otra alternancia, en busca de encontrar la paz.
Temixco tampoco canta mal las rancheras, la maestra Irma Camacho García pareciera figura decorativa. Si bien es cierto que sustituyó a la alcaldesa electa Gisela Mota en condiciones poco adecuadas, el pronóstico de que le quedaría grande la silla se ha venido cumpliendo, no tiene autoridad y son otras figuras las que conducen la comuna, pero sin rumbo ni proyecto.
Hace apenas unas semanas se especuló respecto a que estaría presentando su renuncia al cargo, precisamente en un acto de admisión de sus incapacidades para gobernar, ello, luego de que sufriera una caída que la mantuvo inactiva durante dos o tres semanas.
El problema es que ya comienzan los movimientos preelectorales rumbo al 2018 y el terreno empieza a complicarse aún más, los márgenes de movimiento se acotan y la mayoría de los temixquenses quisieran darle vuelta a esa desafortunada página, porque llevan años casi en retroceso.
Con el ex alcalde Miguel Ángel Colín Nava se perdió todo el control y fue la maña la que condujo la alcaldía, cobrando renta por algunos millones de pesos al mes.
Y a pesar de que se tienen identificadas perfectamente algunas de las fechorías del ex presidente municipal, como que el asunto quedará en la impunidad, como acontece en la absoluta mayoría de los hechos de corrupción en el ejercicio del poder público.
Hay sin embargo, algunos ayuntamientos que muestran mayor esfuerzo y cercanía con la población, entre ellos el munícipe de Emiliano Zapata, Fernando Aguilar Palma, o el de Miacatlán, Francisco León y Vélez. Será porque en el caso de éstos dos últimos, ya ocuparon el mismo cargo en otros tiempos y seguramente que la experiencia cuenta mucho.
Cuautla vivió un trienio desafortunado con Jesús González Otero. Yautepec, con el control de los Alonso, Agustín padre e hijo, se conduce en la mediocridad, han recurrido a campañas publicitarias favorables a fin de mantener cierta imagen ante los ciudadanos, pero no hay resultados reales.
De la absoluta mayoría de ediles, muy poco se sabe, precisamente porque han preferido manejarse en la discreción, sabedores de que su desempeño es deficiente y acaso están justificando su actuación con inversiones derivadas de recursos federales, gestionados no por ellos sino por algunos diputados federales que aprovechan su representación para tocar puertas en aquellas esferas superiores, a sabiendas de que los alcaldes no tienen ni el nivel ni los contactos para tal efecto.
Seguridad laboral, hay lagunas
Y en otro asunto, con motivo de la Semana Estatal de Salud y Seguridad en el Trabajo ayer algunas instancias de gobierno, estatal y federal ofrecieron cifras, respecto a los efectos que provoca la insuficiente prevención de riesgos al interior de las fuentes de empleo.
Éste evento se lleva a cabo cada año y tiene el propósito de concientizar a la parte patronal, de lo importante que es ofrecer condiciones adecuadas al personal para un mejor desempeño de sus actividades, pero se sigue apreciando poco esfuerzo en ese sentido.
A nivel mundial, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) documentó durante el 2016 unos 317 millones de accidentes en el orbe, en algunos casos, hechos fatales por las pérdidas de vidas y advierte que ese factor representa una pérdida del 4% del Producto Interno Bruto (PIB) a nivel internacional.
Morelos contribuyó el año pasado con cuatro mil 842 accidentes, aunque las estadísticas de mortalidad fueron mínimas. No obstante, el incumplimiento de normas y reglas en la materia de parte de los centros laborales, obligó a las instancias oficiales aplicar multas por más de seis millones de pesos, en el caso de nuestra entidad. Durante el primer trimestre del 2017 las sanciones van ya en un millón 800 mil pesos contra los incumplidos.
Cabe mencionar que en esta ocasión, en lo referente al acto realizado ayer en Palacio de Gobierno, a diferencia del reciente pasado, no se le dio voz a la parte patronal y sindical, acaso fueron invitados algunos líderes de agrupaciones significativas, pero sólo para hacer presencia física.