Y lo que se venía diciendo se confirma, la facturación que esos accionistas cobraban a la comuna llegaba casi a 10 millones de pesos al mes. Durante estas semanas de contingencia y con todos los inconvenientes que se enfrentaron, el costo fue de poco más de siete millones.
Pero lo que las autoridades locales sostienen es que una vez puesto en marcha el programa de separación de desechos, se espera bajar la cuota mensual a cinco millones como máximo. Es decir, se estaría situando en un 50% menos de lo que se cubría a PASA.
Todo esto indica el por qué del empecinamiento de esos empresarios, ciertamente venían aplicando un sobre precio, que la ciudadanía estaba aportando a través de sus impuestos.
Lo que nadie se explica es porqué se aceptó un convenio tan desventajoso, porque las mismas instancias municipales han investigado lo que PASA factura en otras capitales de estados como Puebla. Y, en efecto, es mucho menos que aquí, independientemente de que aquella ciudad sea más grande que Cuernavaca y produzca mucho más tonelaje de desechos.
Este punto en particular es el que despierta muchas sospechas respecto a posibles negocios de ex funcionarios en el caso, esos sobreprecios tienen que tener alguna razón, no pueden ser gratuitos.
Ayer la comuna dio a conocer a la opinión pública la sustitución definitiva de PASA, igualmente se aclaró que dejará de seguirle el juego a ésta en lo que se refiere al debate público respecto al tema. Todo lo que tenga que ver con el conflicto, se tendrá que resolver en los tribunales y parece que es lo mejor que el alcalde Manuel Martínez Garrigós debió hacer.
Sin embargo, los empresarios y principales accionistas andan muy molestos, el cabecilla es un pez gordo ligado a las grandes ligas del Partido Acción Nacional y del Gobierno federal, por eso se le entregó la plaza de Cuernavaca en el trienio anterior.
Lo menos que ha dicho es que le va hacer un gran escándalo al alcalde y que políticamente lo acabará, son pues sujetos acostumbrados hacer de las suyas y seguramente buscará venganza. Sin embargo, a los intereses de los capitalinos no conviene seguir engordándole el caldo a alguien que sólo busca acrecentar su fortuna, lograda al amparo del amiguismo y tráfico de influencias.
Bueno, por lo menos a través de sus gentes en Cuernavaca, ese empresario asegura contar con grabaciones "comprometedoras" de José Martínez Garrigós, hermano del edil, que en su momento daría a conocer.
Suponemos que se trata sólo de intentos de intimidación por lo que viene ocurriendo, lo más sensato sería que aceptaran que las condiciones son otras y sus excesos obligaron a tomar determinaciones en beneficio de los gobernados.
Pero finalmente fueron ellos los que fallaron, el contrato es muy claro, por ningún motivo la empresa podía suspender el servicio de recolección de basura, lo cual ocurrió y con ello dieron pie a que se les remplazara.
Lo bueno es que ya en las calles parece irse regularizando el asunto, cada vez hay menos bolsas acumuladas en las esquinas y eso significa que se supera la contingencia.
Con la contratación de nuevas empresas el problema deberá quedar atrás, aunque efectivamente en los juzgados los jaloneos van a seguir. Los empresarios están recurriendo a todo tipo de marrullerías para mantener el contrato.
Sin embargo, tratándose de la prestación de un servicio público tan trascendente, la ley establece que la prioridad es la ciudadanía, sobre cualquier otro interés, y entonces las posibilidades de ganar se le reducen a PASA.
Ellos van por el lucro, la alcaldía debe velar por los intereses de la colectividad, sobre todo aquello que tiene que ver con el presupuesto público y si se puede ahorrar un buen dinero revocando el contrato, es lo que deberá hacerse.
El ahorro se estaría canalizando a acciones de mejorar la imagen pública capitalina, es decir continuar con los trabajos de embellecimiento que ya se efectúan en algunas zonas de esta metrópoli, que mucha falta le hacen.