El Centro Cultural Teopanzolco es producto de una visión compartida con el Presidente Enrique Peña Nieto, de construir un espacio cultural para la Ciudad Capital, lo cual se cumplió el pasado viernes. En acuerdo con la Secretaría de Cultura Federal, se hizo un concurso público para la elaboración del proyecto de construcción, mismo que obtuvo Isaac Briod + Productora.
El costo de la obra y su equipamiento es una inversión de 210 millones de pesos, transparentemente licitada y públicamente conocida. Además, tuvo el seguimiento puntual del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Aún cuando la obra se rediseñó por observaciones que precisamente presentó el INAH y a pesar de la complejidad técnica, el Centro Cultural Teopanzolco tiene el reconocimiento por su costo y diseño.
Durante la inauguración de este Auditorio, Mikel Arriola, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y representante del Presidente Enrique Peña, felicitó al gobernador Graco Ramírez por las gestiones que hizo para la realización de la obra.
Desde círculos del poder se considera que las declaraciones que hace el diputado federal Javier Bolaños son una cortina de humo para contrarrestar las críticas que el sector oficial hace a su paso por la Comisión Estatal de Agua y Medio Ambiente, donde consideran que tiene cuentas pendientes por supuestos desvíos de recursos y obras inexistentes, como baños secos que no se hicieron y la presa de Amatzinac que "no retiene el agua".
La inseguridad sigue pendiente de resolver
Es interesante observar cómo las condiciones sociales, políticas y económicas del país sufren cambios y modificaciones de manera permanente y lo que hoy es asunto que pareciera prioritario para el pueblo, mañana puede pasar a segundo o tercer plano, dando origen a nuevos sucesos y consecuentemente, escenarios distintos.
Muy en lo particular habría que resaltar que luego de un tiempo bastante prolongado en lo que se refiere a movilizaciones, protestas e inconformidades a consecuencia de reformas que merecieron un amplio rechazo popular, como la laboral, educativa o energética, las reacciones han venido a menos y eso muestra cierta tranquilidad y pasividad en la mayoría del territorio.
Muy complicadas situaciones enfrentaron estados como Michoacán, Guerrero, Chiapas ó Oaxaca a consecuencia de permanentes bloqueos carreteros, toma de instituciones, estrangulamiento de ciudades y comunidades completas, de parte de maestros del ala radical que pusieron incluso a prueba la fortaleza institucional.
Morelos no se significó por acciones extremas, sin embargo, sí era permanente la presencia de marchas y mítines en apoyo a aquellas entidades que llegaron a altos niveles de inestabilidad y que se presentaron en cerca de la mitad de los estados de la nación. Qué decir de los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero. Todavía se han estado dando algunos movimientos, sin embargo ya son mínimos y muy espaciados.
Sí hay pues una situación, sobre todo, menos conflictiva, aunque en aspectos como el de inseguridad no muestra grandes evoluciones positivas, por lo tanto es un asunto pendiente por resolver, pero a nivel de agitación popular se dan cambios sustanciales que dan fe de cómo las instituciones han venido imponiéndose en muchos aspectos.
Incluso, en temas como el desarrollo económico, en el que se veía un panorama bastante pesimista a inicios de este año, se exhiben señales distintas, hasta modificaciones a la alza en lo que se refiere a los pronósticos de crecimiento del Producto Interno Bruto. Llegó a situarse en un pobre uno por ciento, de parte de algunas instituciones de competencia en la materia y hoy existen voces que advierten de que pudiera duplicarse el índice para alcanzar el dos por ciento.
Claro, como que la disminución de focos rojos en el territorio nacional obedece más al cansancio de esos sectores que mostraban su enojo que a la aceptación de la realidad, pero por las razones que sean, la Federación pudo ir venciendo las inercias, aunque en el caso de la reforma educativa, se debieran conceder ciertos retrocesos en los planteamientos iniciales.
Sin embargo, se continúa percibiendo que el paquete de reformas estructurales no ha dado, hasta ahora, los resultados y las bondades que se ofrecieron a los mexicanos a fin de justificar las modificaciones, sin embargo, también pudiera ser muy pronto para exigirlo, sus efectos se tendrán a más largo plazo.
Ha sido quizás la energética la que enseña ya alcances importantes, por las inversiones y contratos firmados de parte de distintas empresas extranjera en ese ramo, que parecieran garantizar la apertura de miles de fuentes de empleo una vez que se desarrollen los proyectos, pero del mismo modo, son sólo indicios de que algo positivo podría traer para los mexicanos el haber abierto las puertas a los capitales internacionales en un terreno en el que se impedía legalmente su participación, por considerarlo asunto de seguridad nacional.
El haber decidido impulsar todo un paquete de reformas en los diversos campos de la actividad social, laboral, educativa o energética, causó una cadena de reacciones e inconformidades que pusieron incluso a prueba la fortaleza de las instituciones, desde la Presidencia de la República.
Puede decirse que en un altísimo porcentaje, la confianza, credibilidad y respaldo popular con los que llegó al mandato el titular del Poder Ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto, se vinieron abajo y son el principal factor de declive de su administración, sin embargo, para algunos observadores y analistas, a mediano y largo plazo se podrá reconocer el impacto del trabajo en esa materia y pudiera ser positivo.
Pero paralelamente se advierte que las mayores dificultades del presente sexenio han sido superadas, con el pago político correspondiente y que en lo que resta del periodo gubernamental, no habrá conflictos de tanta trascendencia, lo que permite acciones de maniobra para buscar una salida con cierta tranquilidad, y como que esas señales comienzan a observarse.
La figura presidencial, de acuerdo a algunas evaluaciones, muestra una recuperación de dos o tres puntos en lo que se refiere a la imagen y la percepción que, desde el punto de vista social se tiene del desempeño del gobierno federal. Difícilmente la mejora podrá ser sustancial en lo poco que le resta al ejercicio de gobierno, pero sin lugar a error, se aprovechará el tiempo para desarrollar campañas publicitarias que ponderen aquello que a juicio de los gobernantes, ha sido positivo.
Ya comenzamos a presenciar toda clase de spots con esa dirección y aunque es mínima la credibilidad popular al respecto, al paso de los meses, sí logran tener cierto efecto. Además, a esos niveles del ejercicio del poder, se dispone de toda clase de profesionales en la materia, capaces de convertir una mentira en una verdad colectiva.
Por supuesto que la población no está contenta, los compromisos de campaña del 2012 distan mucho de ser los que el mexicano esperaba, México pasa por situaciones poco afortunadas, sobre todo en materia de inseguridad, pero también se tendría que admitir que se han superado adversidades que se antojaban casi invencibles.
El arribo de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos parecía una amenaza terrible, como quiera que sea, se le ha dado la vuelta y todo indica que seguiremos siendo aliados, con todo lo que eso implica, en terrenos como el de intercambio comercial, que incluso, nos es favorable.
Bueno, aún en lo relacionado a la inseguridad, los niveles de criminalidad se antojan menores a los del principio. Eso sí, han tenido que transcurrir casi cinco años para que se pudieran mejorar los controles, pero ahí van las cosas y no se descarta que por la vía del uso de las fuerzas armadas o a partir de acuerdos y pactos con los mañosos, que sí existen, se apacigüen aún más los ánimos.