Mientras buena parte de la sociedad muestra solidaridad y apoyo a las familias que se vieron afectadas por el sismo del 19 de septiembre, hay quienes aprovechan la coyuntura de dolor para beneficiarse y eso debe ser sancionado por las instancias gubernamentales competentes.
Es inadmisible saber que la mayor parte de los comerciantes de productos del ramo de la construcción, en lugar de reducir el costo de esos materiales, que tendrán sobrada demanda en las semanas que vienen, están reetiquetando a la alza, sí por lo menos en el territorio morelense, ante la pasividad o complicidad de las instancias de gobierno que tendrían que frenar esos abusos.
Con todo lo ocurrido, hay ramas de la economía y de la actividad comercial que salieron beneficiadas; una de ellas es la venta de toda clase de alimentos, medicinas, artículos indispensable en estas condiciones, como cobijas o agua, que incrementaron la demanda y se llegó al caso, por ejemplo, que en muchos almacenes o tiendas de autoservicio se habían agotado granos como el arroz o el fríjol.
Lo anterior, en la primera etapa, luego del registro del sismo, cuando los damnificados se vieron desprendidos de lo más indispensable al quedarse prácticamente en la calle; pero ya en lo sucesivo, lo que se requiere son materiales de construcción a fin de comenzar a levantar muros y paredes de los hogares destruidos.
Pues la mala noticia es que buena parte de los empresarios que se dedican a eso, están elevando los costos y eso no puede ser, ya que se va a requerir mucho más dinero de lo calculado a fin de subsanar los daños, ya de por sí enormes e incalculables en estos momentos.
Lo decíamos recientemente; es muy cierto que se observó con alegría cómo un importante sector popular salió espontáneamente en auxilio del vecino, del amigo, aún del desconocido en desgracia; miles de jóvenes comenzaron a ponerle el ejemplo incluso a los mayores, recurriendo a toda clase de esfuerzos para apoyar en la medida de sus posibilidades, que son demasiadas.
Por ayuda no ha parado, lo seguimos viendo, sólo que ésta es mal conducida y muchos vecinos de comunidades dañadas, que no sufrieron pérdida alguna, se están aprovechando del sufrimiento de otros, acaparando lo que pueden, cosa condenable, pero de que hay por ejemplo despensas de más, es cierto.
Pero volviendo al caso de los negocios de materiales de construcción, hay que exigirle a las dependencias oficiales que cumplan con sus responsabilidades y sancione a quienes se han pasado de listos, no obstante que verán sus ventas incrementadas sustancialmente por la gran demanda que enfrentarán en los meses que vienen.
Un ejemplo claro de que no estamos mal es que a nivel de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), ese ramo de la actividad comercial registró una alza del 20% en sus activos a nivel nacional, lo que advierte de que tendrán ganancias más o menos en ese porcentaje si no es que más en el resto del año y parte del 2018.
Claro, a nivel del país, no sabemos nada de aumentos en los precios de esos productos; es en Morelos donde se dan estas arbitrariedades que sinceramente dejan ver la voracidad del sector. Igual y tampoco son todos, siempre existen personas con sentimientos y con valores, desagraciadamente a veces se actúa con egoísmo.
Morelos es uno de los estados -después de la Ciudad de México- en el que se registró el daño más catastrófico a partir del sismo, le sigue la capital, Oaxaca, Chiapas –estos dos más por huracanes- y Puebla, por lo tanto está siendo considerado en los programas federales de rescate, particularmente a partir del fideicomiso del Fondo de Desastres Naturales (Fonden).
Hay un monto significativo de donaciones procedentes del exterior y de cadenas comerciales, bancos o empresas particulares que se calcula en estos momentos en unos 40 millones de dólares, que traducidos en pesos, significarían algo así como una suma cercana a 800 millones de pesos.
Pero desde distintos países del mundo sigue llegando dinero, objetos de toda naturaleza que bien repartidos entre las entidades antes mencionadas, pueden ir resolviendo las cosas gradualmente. Y a lo anterior hay que agregar lo que viene del propio Fonden, así como lo que los partidos políticos cederían a partir de sus prerrogativas.
Claro, debe recordarse que el sector empresarial se reunió con el presidente de la república Enrique Peña Nieto, de cuyo acuerdo surgió aquello de “Fuerza México” y que reunirá activos importantes para la misma causa; entonces pues sólo a partir de tales ayudas, se dispondrá cerca de lo necesario en bien de esos hermanos en desgracia.
Las instituciones de gobierno quedaron muy lastimadas por el juicio popular, luego de aquel otro terremoto devastador del 19 de septiembre pero de 1985, porque reaccionaron tardíamente; las conclusiones en la opinión pública fueron en el sentido de que se pudieron salvar muchas más vidas de haberse procedido con celeridad.
Incluso se sigue hablando de construcciones abandonadas a la fecha, que nunca fueron apoyadas, lo que significa que los esfuerzos fueron insuficientes o parte de los fondos no se canalizaron correctamente; esta es una oportunidad para que se hagan las cosas de otra manera.
Y por cierto, estamos en la antesala de un proceso electoral, si se deja un buen sabor de boca en la mayoría de los ciudadanos, estarían abriendo la posibilidad de recuperar algo de credibilidad, porque las cosas en ese sentido andan bastante mal, lo mismo que con los partidos políticos.