Con base en denuncias de parte de trabajadores, académicos y estudiantes, se advierte de algo bastante grave en la Universidad Politécnica del Estado de Morelos (Upemor), sobre todo, a partir de la llegada de Mireya Gally en su calidad de rectora de esa institución de enseñanza superior.
Se habla de desvíos económicos, persecución y amenazas en contra de quienes levantan la voz o se quejen de las arbitrariedades, por tal motivo, los quejosos han solicitado la omisión de nombres porque afirman que la señora pareciera estar protegida y hasta autorizada para cometer toda clase de arbitrariedades.
Sólo mencionaremos algunos de los conceptos que han llevado a que un grupo de personas a romper el silencio. Desviación de fondos destinados al mantenimiento y equipo de la universidad, mordaza e intimidación, denuncias laborales y legales por los presuntos desvíos, despido injustificado de profesores, nepotismo y tráfico de influencias, bajo nivel de enseñanza y elevado índice de deserción.
La rectora, afirman, tiene un ingreso superior a los 80 mil pesos al mes, pero a juicio de ellos, no cumple con su responsabilidad porque su ausencia es prácticamente cotidiana, difícilmente se le puede encontrar atendiendo los problemas y necesidades del plantel, cosa que permite cualquier exceso.
Hace poco, se construyó una biblioteca y un edificio que quedaron prácticamente inservibles tras el terremoto del pasado 19 de septiembre, pero hasta el momento, nadie se ha presentado a desarrollar la inspección correspondiente para tomar acciones al respecto.
Incluso se hace un llamado a la comunidad universitaria a fin de que no se queden callados y demanden la intervención de las autoridades competentes en materia de auditoría, para que se deslinden responsabilidades y se apliquen las sanciones respectivas al caso que nos ocupa.
La preocupación de los denunciantes es en tres sentidos, fundamentalmente, por un lado, aseguran que hay una especie de saqueo de esa casa de estudios; segundo; el nivel de enseñanza ha venido a menos desde que llegó la rectora en referencia y tercero consideran que goza de toda clase de apoyo para poder cometer excesos sin que alguien ponga orden.
Seguramente que no están muy alejados de la realidad y hay motivos para pensar que así es; ella es la esposa de quien fuera secretario de gobierno y después titular de la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMyT), Jorge Messeguer Guillén.
Desde que se conoció su nombramiento, fue objeto de toda clase de comentarios, por la relación directa con figuras políticas como la del antes señalado. Se hizo hincapié en los antecedentes profesionales y éticos que traía, cosa que medio amortiguó la crítica, pero al paso del tiempo, como que los pronósticos de aquellos se han venido cumpliendo; llegó a sacar ventaja de la posición.
La Secretaría de la Función Pública deberá poner atención al asunto, porque a decir de quienes vienen denunciando el caso, existen elementos sobrados para llamar a cuentas, no sólo a quien es la responsable de lo que pase en la UPEMOR, sino de algunos de sus más cercanos que también pudieran estar involucrados.
SE APUNTAN MUJERES
Y en lo que se refiere al tema electoral, algunas mujeres parecen perfilarse con buenas posibilidades de lograr, primero una candidatura a un cargo de elección popular y luego lograr buenos resultados en las urnas; lo anterior muestra pues que las féminas están logrando por sí solas, equilibrio en la disputa de los espacios electorales frente a los varones.
Hay algunas que traen una carrera bastante contundente; entre ellas, sin duda la diputada federal Rosalina Mazari Espín, que va casi segura en la fórmula al Senado de la República por parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y con posibilidades reales de triunfo.
A decir verdad, es uno de los cuadros más valiosos del tricolor; la elección pasada ganó sobradamente ese distrito que comprende la mayor parte de los municipios de la zona sur y poniente de la entidad y así como se aprecia, se la pudiera volver a llevar tranquilamente. Aunque también la senadora Lizbeth Hernández Lecona trae lo suyo.
Pero ayer, desde diferentes trincheras, aparecieron otras dos figuras femeninas que van por posiciones de importancia en la elección del año que entra; ellas son la igualmente legisladora federal Lucía Meza Guzmán y la ex magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Nadia Luz María Lara Chávez.
Ahora bien, habría que aclarar que las cuatro parecieran tener estatura y trayectoria como para aspirar a la gubernatura del estado. Rosalina, así lo entendemos, prefirió evitar entrar en la lucha por la disputa de esa candidatura al interior de su partido y optó por ir en la fórmula al Senado, pero mucho se le consideró para jugar por la grande.
Meza Guzmán buscó meterse en la pelea por la misma candidatura en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) pero decidió renunciar a ese instituto y sumarse al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Ayer fue oficialmente presentada por el dirigente estatal Miguel Lucía Espejo.
Y en lo relacionado a Lara Chávez, a través de la asociación civil “Una luz por Morelos”, anuncia su deseo de ir en busca de la candidatura al gobierno estatal. Claro, la interpretación que se dio de parte de quienes anunciaron esas intenciones, es que la vienen invitando a que participe; nosotros diríamos que más bien es ella la que se encuentra detrás de la asociación civil; ya conocemos ese tipo de movimientos. No es una crítica, está en su derecho, pero por ahí vienen las cosas.
Ahora bien, lo que se dijo en ese acto es que si hay invitación de parte de alguno de los partidos políticos para que encabece la fórmula, pudiera aceptar, pero si no es así buscaría ir por la vía independiente. Desde luego que hay más mujeres en busca de oportunidades electorales, pero como que esas tres ofrecen mayor experiencia y formación y es muy posible que alcancen acomodo, porque vamos nuevamente a una elección con equidad de género. Es más, las normas en la materia ya obligan a una composición del 50% entre hombres y mujeres y por lo tanto aquellas que traigan algo de carrera, tendrán que ser invitadas casi obligadamente.