Después de la gubernatura de Morelos, Cuernavaca es la plaza electoral más codiciada y para buscar la alcaldía hay una serie de personajes que ofrecerán una cerrada batalla, ya que algunos cuentan con buena trayectoria que pudiera incluso representar para los capitalinos la oportunidad de recuperar etapas críticas como la que vivimos.
Lo hemos dicho, se nos antoja que el candidato independiente José Luis Urióstegui Salgado es un cuadro interesante; trae como acompañantes a muchos cuernavacos que conocen su ciudad por fuera y por dentro y que seguramente darían su mejor esfuerzo por regresarla a la senda del desarrollo.
Pero se habla de otros nombres más, igualmente atractivos, como en el caso de Alejandro Mojica Toledo, empresario que ya fue dos veces diputado local, una de ellas, muy joven, durante el segundo trienio de Lauro Ortega Martínez como gobernador, de tal manera que trae buena escuela. Él podría ser el aspirante del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), aunque ahí mismo le disputan la plaza Gerardo Becerra o el abogado penalista Cipriano Sotelo Salgado.
Por cierto, Cipriano guarda cierta relación familiar con José Luis.
Becerra Chávez de Hita tiene una presencia interesante a partir de su participación en distintos movimientos y luchas sociales que le dan posibilidad de ser competitivo en el caso de que decida enrolarse en esa candidatura, aunque –reiteramos- como que son varios los que van por la misma trinchera y con la aspiración a la misma candidatura.
El que quiere volver a contender por la capital, como lo ha hecho en recientes justas, es Óscar Cano Mondragón, de corte panista. Él desempeñó algunos cargos en las dos administraciones azules, primero con Sergio Estrada Cajigal Ramírez y luego con Marco Adame Castillo, entre éstos la dirección general del Instituto de Crédito y la Subsecretaría de Ingresos.
Pero mientras no se defina la carrera por la candidatura al gobierno estatal, no es descartable que el diputado federal Javier Bolaños Aguilar decida finalmente ir a buscar la alcaldía capitalina en lugar de la gubernatura y se trata de un pez gordo, con bastante presencia en esta ciudad.
Él ganó la legislatura federal en el 2015 de manera holgada; el nivel de votación fue bastante alto y ese solo hecho muestra que si opta por este espacio, sería el adversario a vencer. No obstante, para los ciudadanos de la metrópoli debe ser satisfactorio ver que hay peleadores de peso completo que se están apuntando para buscar la presidencia municipal y ello augura un futuro mucho más promisorio del que se vive hoy día.
Claro, para quien gane la contienda no será nada sencillo superar el grave rezago que vive la capital, por el abandono que tiene en materia de obra pública y prestación de servicios. Como que de pronto el tiempo se quedó en suspenso y nada avanzó; por eso observamos calles con altos grados de destrucción, un servicio de recolección de basura deficiente que se refleja en basura por todos lados; insuficiencia de agua potable en buena parte de las colonias, así como parques, avenidas y jardines sin mantenimiento.
Poder enderezar el rumbo, además con una carga de pasivos bastante pesada, no es cosa menor para aquel que gane la elección en el 2018, pero por lo menos se advierte de participantes con una clara consciencia de lo que enfrentarán si logran llegar a la comuna.
Por toda la inconformidad que priva en el electorado, contra autoridades y partidos políticos, en esta ocasión quizás más que en el pasado, los ciudadanos votarán por la figura y no por los institutos políticos, así que por eso le concedemos buenos resultados a la fórmula independiente de Urióstegui Salgado. Pero los demás en su mayoría vienen acompañados por las estructuras de los partidos, que contribuyen a sumar adeptos, por la vía del convencimiento, el acarreo o hasta por la fuerza.
Ahora bien, en función de partidos, podría decirse que es Acción Nacional (PAN), el que más voto duro tiene en esta capital. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) mantiene algunos sectores, pero en un porcentaje más bajo. Su nicho pudiera andar ya en torno a los 20 mil, que es muy poco.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) trae algunos militantes, sobre todo en las colonias populares y los estratos sociales de medio y bajo nivel, pero igual que el tricolor, no son suficientes como para ofrecer alguna garantía. En lo que se refiere al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), pues no hay antecedentes que preocupen.
Cuernavaca no es un bastión de esa parte de la izquierda y eso se observó en la justa intermedia del 2015, habría que ver cuál es el comportamiento del electorado en esta ocasión; sin embargo, todo depende del candidato que traiga y si no sabe elegir, pues la tendrá complicada.
Los priistas siguen teniendo serios problemas para poder elevar sus activos en este territorio; tuvieron la oportunidad de volver a gobernar el municipio con Manuel Martínez Garrigós durante el trienio 2009-2012, pero los resultados no fueron muy halagüeños que digamos. La percepción con la que se quedaron los gobernados ha sido negativa y eso le viene costando pérdida de adeptos al PRI. Lo sustituyó Jorge Morales Barud, pero no le dio tiempo ni para poner en orden el desajuste que le heredó su antecesor. Igual, abonó en el desánimo, aunque el ixtleco traía una buena formación y experiencia, porque venía de haber sido gobernador interino.
No hay duda, son los panistas quienes -en lo que se refiere a los partidos- conservan el mayor número de simpatizantes en la eterna primavera y lo único que requieren es enviar un cuadro competitivo para que recuperen el espacio, perdido precisamente a manos del priismo en el 2009.
Pero como se puede ver, la plaza ya está bastante calientita y promete mucho más y sobre todo vienen asomando la cara cuadros valiosos que tienen la capacidad para darle la vuelta al mal tiempo que se vive hoy día, ya que no se están atendiendo como debe ser las necesidades de una ciudad que además es turística y demanda de embellecimiento permanente.