En medio del proceso electoral, sin duda la aprehensión temporal del ex rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) Alejandro Vera Jiménez calentó más el ambiente, pues obligó a algunos grupos y sectores sociales a salir a las calles para demandar prudencia en ese tipo de acciones.
El caso lleva ya mucho tiempo; es un tema prolongado, derivado de diferencias entre el gobierno estatal y la máxima casa de estudios cuando el presunto indiciado era el rector, pero dadas las circunstancias actuales, como que todavía ese tema dará mucho de qué hablar.
Las posiciones encontradas de Vera Jiménez con figuras importantes del gobierno comenzaron hace ya buen rato, luego de aquel cruel asesinato en contra del catedrático Alejandro Chao y su esposa. Las partes se fueron polarizando y como que a partir de ahí los desencuentros se multiplicaron y subieron de tono.
La UAEM al mismo tiempo comenzó a mostrar un serio problema de deficiencia presupuestal que como quiera que sea, rebotaba en gobierno, ya que se le exigía a las instancias oficiales atender el asunto, cosa que igualmente llevó a posicionamiento de constante roce entre una parte y la otra.
Algunas instancias gubernamentales competentes en la revisión del uso y destino de fondos de la universidad, comenzaron a hablar de errores en el manejo de los mismos y aquello acabó en una constante confrontación al respecto; unos decían que sólo era una manera de fastidiar a la comunidad universitaria, otros que había materia de delito que perseguir, el caso es que se llegó a un momento en el que ya no había ni diálogo posible entre sí.
En medio de una serie de inquietudes al interior del campus universitario por retraso en el pago de salarios y prestaciones, el asunto se puso aún más candente y el propio Vera, con el respaldo de algunos movimientos internos y externos, comenzó a incursionar en esferas federales buscando resolver el asunto monetario.
No fue nada fácil, pues tampoco en aquellos niveles de autoridad había forma de apoyar en el nivel requerido, dado que se menciona un déficit superior a 600 millones de pesos, sólo para superar las dificultades principales. Y en medio de una especie de fuego cruzado, Vera Jiménez debió optar por separarse anticipadamente de su responsabilidad al frente de la UAEM, pero ya traía algunos expedientes corriendo en los tribunales.
Muchas veces logró evadir la detención; la más reciente, en su domicilio en el municipio de Emiliano Zapata, pero en esta ocasión sí pudo ser localizado y fue remitido a los juzgados correspondientes en el penal de Atlacholoaya, donde, después de unas horas, lo declararon en calidad de arresto domiciliario.
Por eso consideramos que las cosas aún no concluyen y que seguiremos viendo todavía algunos capítulos de la película que se antoja, da para mucho más, porque era evidente que su retención llevaría a estos escenarios. Durante un buen tiempo, el ex rector comenzó un trabajo político tendiente a buscar un cargo de elección popular.
O sea, fungía como el responsable de la UAEM, pero acompañaba sus tareas con cierto activismo de carácter político y es así que pudo generar conexiones con muchos grupos y corrientes que son los que lo siguen acompañando en esta travesía que no es fácil de superar.
Hasta los más recientes días, se mencionaba que se tenía un arreglo con el Partido Humanista (PH) y que podía ser el candidato a la gubernatura, no obstante, lo que acaba de pasar podría dejarlo fuera, ya que si lo vinculan a proceso, le anularían sus derechos electorales y no podría contender.
Más o menos eso dijo el diputado local de dicho instituto Jesús Escamilla Casarrubias, aunque aún se aprecia que mantiene la oferta y si logra sobreponerse a este obstáculo, igual y podría aparecer en las boletas electorales. Por lo pronto, hay una serie de voces que llaman a las partes a llevar al asunto a un terreno menos conflictivo.
Incluso, desde el partido en el gobierno, algunos diputados y dirigentes pidieron su libertad y conducir un proceso apegado a derecho. El fiscal anticorrupción Juan Salazar Núñez, quien ha llevado parte del expediente de Vera, niega que procediera de forma ilegal en el asunto y refiere que fue un juez el que liberó la orden de aprehensión.
El tema, desde luego, escaló el nivel nacional en materia informativa y localmente es objeto de toda clase de especulaciones y posiciones antagónicas, pero las instancias oficiales se mantienen en la postura de que se trata de un asunto meramente legal y que por lo tanto tendrá que dirimirse en los tribunales competentes en esa materia.
Una vez que el señor decidió -más por las presiones que por voluntad propia- dejar la rectoría, como que el caso perdió interés y desde luego los apoyos que mantenía se fueron desvaneciendo gradualmente. Incluso, desde el interior del campus universitario hay quienes consideran que Vera sí se habría excedido en algunas acciones.
Particularmente se le menciona un compromiso que hizo con la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), cuyos recursos nunca fueron transparentados y de cuyo origen hay también materia legal en proceso. Pero en lo que corresponde a su orden de arresto, es consecuencia de una denuncia sindical de la misma UAEM por abuso de confianza y por ser un delito menor es que logró evitar ser encarcelado, aunque sí se encuentra en arresto domiciliario.
Habrá que esperar cómo se resuelve su situación, pero hay otros personajes más del movimiento que lo apoyan que igualmente cuentan con señalamientos y advertencias de que podrían correr la misma suerte, entre éstos el dirigente de la Federación Auténtica del Transporte (FAT) Dagoberto Rivera Jaimes y Gerardo Becerra Chávez de Hita, líder de la Coordinadora Morelense de Movimiento Ciudadano (CMMC).
Ellos participaron en diversas acciones de protesta apoyando los reclamos de la comunidad universitaria en lo relacionado al problema económico, pero a juicio de algunos niveles de autoridad, cometieron ciertos excesos que los hacen merecedores de sanciones legales. Algunos incluso portan amparo a fin de no ser detenidos.