Mucho tiene que ver la polarización de fuerzas por la proximidad de la lucha electora y en ese sentido hay diversos "focos rojos", que bien pueden crecer a medida que se reduce el tiempo de maniobra.
Lo más candente en este momento, es sin duda el problema de la presencia de Antorcha Campesina en la comunidad de Alpuyeca, este 21 de los corrientes se espera una salida, que tendrá que ser definitiva, de lo contrario el ambiente subirá de tono.
El Gobierno estatal hasta ahora ha mostrado visibles tendencias por favorecer a quienes se dedican a estirar la mano y exigir que les resuelvan sus necesidades de vivienda, educación, salud, empleo bajo el argumento de la pobreza.
Pero lo más delicado es la posición de desprecio que se dejó ver en este asunto, al no tomar en cuenta la posición de la población en la dotación de tierras a esos grupos nómadas.
Pero la población vecina, Xoxocotla, ha sido siempre un referente en el ambiente socio-político y a decir de algunos de sus pobladores volvieron a ser engañados por la autoridad, hace más de dos años que se levantaron, con el apoyo de pueblos hermanos, contra la avanzada de proyectos de construcción masiva y los compromisos firmados por la autoridad para resolverles algunas carencias, siguen esperando mejores tiempos.
Este tema no está agotado, los lugareños consideran que les tomaron el pelo y están muy enojados, andan ya preparándose para dar la batalla y a estas alturas del Gobierno será más difícil apaciguar los ánimos.
Cuando aún fungía como subsecretario de Gobierno Rafael Martínez Flores, hoy secretario general del sistema DIF Morelos, hablaba de compromisos con Xoxocotla por más de 80 millones de pesos a ejecutar entre 2008 y 2009. Ya vamos para el 2011 y no se ejerció ni la quinta parte.
Que muy claro que como suele ser muy común de parte de las instancias públicas, sólo se hicieron acuerdos con la finalidad de superar los momentos difíciles, pero no estaba en el ánimo de los actores gubernamentales dar cumplimiento a la palabra.
Sólo que ello es otro punto crítico que irá creciendo paulatinamente, hasta convertirse en un conflicto insalvable para el actual régimen.
El pleito entre Tetela del Volcán y Hueyapan es una más de esas cuentas pendientes que a través de años no logra ver el final, en apariencia es una lucha por la disposición de agua, pero el fondo es político, funcionarios gubernamentales así lo describían.
Ya han llegado al enfrentamiento físico las dos poblaciones y dudamos que se pueda llegar a buen fin, porque sólo se dan paliativos para posponer la problemática, los reclamos continúan vigentes.
Y en torno al Parque Ecológico del Texcal, podemos ver otro ejemplo de la incapacidad institucional para impedir delitos ambientales, que han provocado irreversibles daños al entorno ecológico de esta zona que impacta a buena parte del estado de Morelos.
Comuneros y ejidatarios, tanto de Tejalpa como de Santa Catarina, esta última comunidad de Tepoztlán, muestran su inconformidad por tantos años de espera para que se desaloje a cientos de invasores que se fueron apoderando de áreas restringidas por ser reservas ecológicas ante la pasividad oficial.
A las instancias competentes les tiembla la mano para aplicar la ley, hay una serie de denuncias que merecen la aprehensión de personajes clave en las invasiones, pero los procesos legales no prosperan y aquello es un enredo.
El argumento de recuperación sigue presente desde inicio de la administración de Sergio Estrada, o sea, vamos por lo menos para una década y continuamos en las mismas. En tanto, los daños a la naturaleza no se contienen y ello a mediano plazo también será otro aspecto más que se sumará a la serie de incumplimientos sexenales y desde luego abonará en el ambiente de protestas y manifestaciones que suelen terminar en Plaza de Armas, frente a Palacio de Gobierno.