Esta posición de inconformidad se agudiza más a partir de la percepción de que el actual régimen pudiera estarse despidiendo y abandonando el mando con la elección estatal del 2012.
Entre los factores que alimentan la controversia sobresalen particularmente dos: la aseveración de los propios militantes o simpatizantes del partido, que sostienen que hay un pequeño grupo privilegiado que viene obteniendo amplios beneficios económicos a partir de la realización de inversiones públicas o la compra de insumos para la administración pública.
Y el otro, que tiene que ver con la inclusión de ramales familiares completos posicionados en los mejores cargos, que evidentemente están muy bien pagados, mientras que el resto de las estructuras partidistas están en la banca o con responsabilidades insignificantes.
Bueno, desde dentro se sostiene que el negocio de inversiones públicas y compras, a partir del famoso "diezmo" lo usufructúan cuatro o cinco personajes de élite como máximo, aquí se estarían llevando millones de pesos, dependiendo de los montos en la asignación de contratos de aparente licitación pública.
Lo anterior amenaza con convertirse en problema electoral, porque las estructuras del PAN de medio nivel advierten que no van a permitir la promoción política hacia el 2012 de algunos funcionarios que se han despachado con la "cuchara grande" en lo relacionado a designación de familiares muy cercanos en cargos públicos. sacrificando a la mayoría que ha hecho posible el ascenso de la derecha en la conquista del poder público, en este caso, en el estado de Morelos.
Como en cada final de sexenio, información muy delicada comienza a fugarse por todos lados y son estas estructuras panistas las mismas que comentan ya abiertamente lo que a su juicio está ocurriendo.
El caso es que si damos crédito a sus aseveraciones, estaríamos considerando que se vienen dando graves actos de corrupción, que de llegar a las manos de la oposición, se convertirán en oro molido, porque podrán evidenciar muchas cosas bastante delicadas.
En mucho, los desafortunados resultados obtenidos por el PAN en la elección local del 2009 tuvieron que ver con el acaparamiento de candidaturas por parte del núcleo de consanguíneos denominado "la sagrada familia".
El electorado percibió con claridad que desde décadas, son cuatro o cinco cabezas las que dominan y controlan el poder en el partido, mismos que se apoderan de los mandos superiores y desde ahí orientan y distribuyen espacios de acuerdo a sus intereses de grupo o corriente.
Pero en esta ocasión, la visión es en el sentido de que se agrega un factor más, el de jugosos negocios logrados al amparo del poder, mientras se discrimina a quienes con su trabajo y esfuerzo permanente le dieron al panismo esta oportunidad histórica de gobernar.
Bueno, hay una creciente opinión desde dentro que desaprueba la actitud que desde la administración de estado se asume frente a la ola de crímenes e inseguridad por la que estamos pasando, algunos panistas sienten que muchos no dan la cara y prefieren guardar silencio ante el temor de entrar en mayor desgaste político.
Pero en el análisis admiten que de unos meses a la fecha la imagen gubernamental estatal ha entrado en una delicada decadencia que muestra serias debilidades que se traducirán en merma de la capacidad electoral del propio instituto político.
Y en efecto, las cosas se ven cada día más complicadas. De entrada, hay que recordar un hecho histórico: desde que tenemos memoria, ningún gobierno estatal había perdido una elección intermedia; aún Sergio Estrada logró resultados favorables para su partido en el 2003, en medio de mucha polémica.
Lo que pasó en 2009 sentó precedentes, es la justa que le corresponde al gobierno en turno y está obligado a demostrar su poder y liderazgo, la que viene es ya compartida con quien logre la candidatura del PAN a la gubernatura.
En medio de mucha polémica, observamos signos ya muy característicos de un final sexenal, porque los conflictos, descontento y protestas empiezan a multiplicarse, con muy poca reacción oficial.