La mayor parte de los secretarios de despacho muestran un mínimo nivel de actividad y acaso vienen dando conclusión a desarrollos iniciados desde el año anterior.
Puede afirmarse que en 2011 se perfila como el peor en resultados específicos, no hay un proyecto significativo en estos primeros 10 meses y en los restantes dos que faltan será muy difícil cambiar el escenario.
Ya incluso se ha luchado por hacer a un lado temas recurrentes como el de la continuidad en la construcción de la autopista Siglo XXI, que llegó a ser un proyecto de utilidad política cuando se aproximaba un proceso electoral, nos queda claro que ya no le van a mover nada.
Tampoco aquel que prometía agilizar el tránsito vehicular a través del libramiento norponiente, para el cual hasta se llegó a radicar “capital semilla”, todo eso quedó en el escritorio y no vemos de que manera se resuelva, en polémica y debate público se la pasó todo el sexenio de Sergio Estrada Cajigal y ya vamos en más de cinco años de este gobierno.
Incluso a nivel de inversiones y obras menores hay una especie de estancamiento, no se liberan recursos y la interrogante sería ¿dónde están los fondos de inversión del presupuesto 2011?, tampoco podemos considerar que casi todo se fuera en gasto corriente.
Hay obras de mejoramiento en el aeropuerto Mariano Matamoros, pero es dinero de la Federación a través de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), nada que tenga que ver con el estado.
Fue también el gobierno federal, vía la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la construcción del distribuidor vial de Xochitepec, a la altura de Palo Bolero, una acción más o menos trascendente, a cuya inauguración extemporánea vino el presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Es más, a estas alturas, ya más bien hay que ir preparando el cierre del ejercicio presupuestal anual.
Más bien ha sido el alcalde capitalino Manuel Martínez Garrigós el que desarrolló intensas actividades por todos lados: entregó el distribuidor vial Emiliano Zapata en Buenavista, construyó dos parque públicos, uno en Tlaltenango y otro en Acapantzingo, remozó la jardinería pública, la avenida Morelos y remodeló el entorno en la Paloma de la Paz, independientemente de obras menores en el resto de la ciudad.
Todo eso lo vimos en estos 10 meses del 2011, a nivel estado tendría que observarse una acción multiplicada, la ciudad maneja cerca de mil millones de pesos, la entidad ejerce 16 mil millones.
Se llegó a pensar que se trataba de una estrategia el dejar todas las obras a finales de año para que concluyeran en el primer trimestre del 2012 e impactaran en la elección, pero ya no cuadran los tiempos, porque vamos hacia navidad y no hay nada de trascendencia.
Más aún, en unas semanas más algunos secretarios de despacho van a tener que renunciar a sus respectivos cargos, porque buscarán un cargo de elección popular al interior del Partido Acción Nacional (PAN) y eso complicará todavía más las cosas.
El Poder Ejecutivo deberá echar mano de funcionarios emergentes, que obligadamente van a necesitar de dos o tres meses para poder sentarse bien en la silla y para entonces ya se les fue la mayor parte del tiempo útil para dar resultados.
Estamos hablando de posiciones estratégicas en el equipo cercano, como la Secretaría de Finanzas a cargo de Alejandro Villarreal Gasca, la Secretaría de Obras a cuyo frente está el arquitecto Demetrio Román Isidoro, incluso se habla de una candidatura para el Secretario de Salud Víctor Manuel Caballero Solano y hasta del Secretario de Gobierno Oscar Sergio Hernández Benítez, sólo por mencionar algunos, porque son más.
Es pues la primera plana de la gente del Gobernador, su salida generará un vacío y más disminución en el ritmo de trabajo que ya se irá así hasta el final, porque una vez que se suelte cabalmente la cargada electoral, se reducirán los márgenes de maniobra del Gobierno estatal en turno, que encaminará sus esfuerzos a la entrega-recepción. Por eso extraña esta pasividad.